Rekindle, el candelabro que hace las velas (casi) infinitas

En una época donde la alta tecnología domina todos las parcelas de nuestra vida, paradójicamenteestamos asistiendo a un boom de inventos de uso cotidiano, la mayoría enfocados al ahorro del usuario, que poco tienen que ver con la informática, la ingeniería o la ciencia básica.Sin embargo, su nivel de innovación, en este caso basado en el ingenio de sus creadores, que en la mayoría de los casos no buscan una salida comercial, sino compartir su conocimiento, también es alto.

Si esta misma semana se daba a conocer una versión casera del aire acondicionado inspiradaen la tecnología del botijo, en 2013 causó furor entre los internautas la conocida como estufa de los pobres, testada por Teknautas, para cuya construcción sólo se necesitauna maceta y varias velas. Precisamente, un diseñador británico acaba de rescatar este elemento milenariopara crear una nueva generación de velas, gracias a un candelabro que funciona como un molde.

Su nombre es Benjamin Shine y ha inventadoun sistema, rudimentario pero práctico, que permite reutilizar una vela prácticamente hasta el infinito reciclando la cera durante en el proceso de combustión. El británico, especializado en proyectos de diseño gráfico e industrial para grandes clientes, comoCoca Cola, Google o el Arsenal, en esta ocasión ha aplicado su creatividad para redimensionaruno de los objetos más antiguos del mundo.

Es cierto que la luz eléctrica ha matado a las velas:cada vez se utilizan menos. No obstante, en determinadas situaciones de la vida cotidiana siguen siendo elementos de utilidad, sobre todo a la hora de generar ambientes especiales. Además de su uso privado encitas románticas o reuniones que requieren una intimidad especial, en la actualidad, muchos restaurantes o clubs también las utilizan para que sus clientes se sientan más cómodos. De hecho, algunos establecimientos han eliminado las velas de sus presupuestos por una cuestión de ahorro. Con Rekindle, no tendrían ese problema.

Reciclado continuo

La propuesta de Benjamin Shine es muy simple. En realidad,cualquiera podría improvisarla en su casa contando con los materiales adecuados, incluso adaptando el prototipo del molde ideado por el británico, que ha usado un formato estándar de velas,a cualquier tamaño.

Lainnovación consiste en un candelabro con un soporte superior dondedebe insertarse la vela. Hasta aquí, nada raro. Sin embargo, el candelabro es en realidad un recipiente desmontable, en dos piezas, como un molde clásico, donde paulatinamente se va derramando la cera a medida que la vela se va consumiendo. Al final del proceso, cuando la vela colocada en la parte superior ha llegado al límite, en el candelabro ya está preparada la siguiente.

Lo único de lo que debe preocuparse el usuario es de colocar una mecha nueva en el interior del molde, enganchada al filtro, para que la nueva vela pueda utilizarse, reiniciandoel proceso, y así hasta el infinito.

Venta bajo demanda

Benjamin Shine es un diseñador profesional, trabaja por encargo,por eso no vende directamente el artilugio a través de ninguna tienda online. Sin embargo, ante el aluvión de propuestas que ha recibido, el británico ha iniciado un proceso de comercialización bajo demandadeRekindle, de momento más cercano a la artesanía que a una clasede producto industrial.

En ese sentido, el diseñador ya ha preparado tres versiones de su invento: un modelo en acero inoxidable, otro de aluminio y un tercer modelo de porcelana.Rekindlepermite reciclar cualquier vela, pero la palabra infinito esdemasiado ambiciosa desde el punto de vista científico.

Inevitablemente, durante el proceso de combustión una parte de la cera se consumirá, por lo que las velas resultantes serán cada vez más cortas, y llegará un momento en que el usuario deba sustituir la velaoriginal.