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Explorar los confines de Minecraft es buen negocio
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eS El mayor explorador de este mundo virtual

Explorar los confines de Minecraft es buen negocio

Kurt explora cada 'byte' de Minecraft y sube sus descubrimientos a Youtube. La valiosa información le está reportando buen dinero al joven de Chicago

Foto: Una muestra del videojuego Minecraft
Una muestra del videojuego Minecraft

"Quería encontrar el final del universo". Los límites de este mundo angustiaban a Kurt, un joven que vive encerrado en su apartamento a las afueras de Chicago. Las palabras fueron el preludio de un épico viaje hacia el más allá, para ser el primero en descubrir qué hay al otro lado. Y no fueron frases huecas lanzadas al aire. Este programador de páginas web preparó todos los pertrechos y comenzó a caminar con una sola guía: su brújula.

Pasaronsemanas, meses y años, y Kurt siguió caminando sin descanso para comprobar, no se sabe muy bien si desesperado o ilusionado, que aquello no tenía fin. Tras cada repecho había un nuevo valle, y tras cada roca otra más. Este viaje podría ser uno más, pero tiene una peculiaridad que lo ha convertido en famoso: es virtual, y recorre las diferentes pantallas de Minecraft.

¿Un viaje virtual? Sí, pero que está moviendo masas y que ha cambiado la vida de nuestro aventurero protagonista. Para comprender por qué esta aventura levanta pasiones en la red hay que rescatar los orígenes de este peculiar juego: vio la luz en 2011 y a diferencia de otros grandes lanzamientos, Minecraft es obra y gracia de un solo programador, Markus Persson.

Para comprender por qué esta aventura levanta pasiones en la red hay que rescatar los orígenes de este peculiar juego: vio la luz en 2011 y a diferencia de otros grandes lanzamientos, Minecraft es obra y gracia de un solo programador, Markus Persson

Que nadie piense en gráficos sofisticados que hacen que el procesador eche humo: su obra magistral es un derroche de píxeles toscos y personajes que parecen escapados del trazo de un niño. Una especie de Lego animado que enseguida ha cautivado al mercado, y que radica su éxito en que es como la vida misma: una sucesión de acontecimientos que varían en función de las decisiones adoptadas. No hay nada escrito y cada uno va confeccionando su propio guión a golpe de ratón.

De oro y jugando

Y la peculiar idea ha convertido a Persson (Notch, en el mundillo) en oro de muchos quilates: en 2013 facturó la friolera de 240 millones de dólares con apenas 35 empleados y él apareciendo y desapareciendo a voluntad. Vamos, que si tiene un mal día se queda en la cama y tan feliz. El juego ha ido más allá de sus propias pantallas y llena foros, blogs y canales de YouTube en los que los usuarios encuentran alivio a sus diatribas diarias en un mundo compuesto por bloques.

Uno de los contagiados por esta fiebre fue nuestro Kurt, que encontró en Minecraft un alivio al estrés diario frente a la pantalla del ordenador. Como a otros tantos, la pasión y enganche por el título le llevó a adorar la figura de Notch, y a seguir cada una de las escasas entradas en su blog. Fue precisamente un breve post publicado en marzo de 2011 el que prendió la mecha del aventurero de Chicago: Persson reconoció que había, en los confines de Minecraft, un terreno donde se acababa todo. Él lo llamaba The Far Lands(las tierras lejanas).

Su canal de YouTube pronto alcanzó cifras que asustaban y su cuenta de Twitter ha superado ya de largo los 60.000 seguidores

Carnaza para los devotos de este mundo virtual. Sin nada que perder, Kurt hizo el petate 2.0 e inició un viaje sin moverse de su silla que lo llevaría, paradójicamente, muy lejos. Se le ocurrió que sería una buena idea documentar todo el periplo en YouTube en vídeos de unos 45 minutos en los que iba comentando la jugada. Y la audiencia pronto se disparó. Su canal de YouTube pronto alcanzó cifras que asustaban y su cuenta de Twitter ha superado ya de largo los 60.000 seguidores.

La búsqueda del fin del mundo

La búsqueda del fin del mundo no termina y el estadounidense lleva la friolera de tres años metiéndose por galerías, recorriendo páramos y encontrándose con todo tipo de enemigos, mientras comenta la jugada con sus miles de seguidores. Y claro, semejante volumen comenzó a dar dinero, hasta el punto que Kurt dejó su trabajo y ahora vive de eso, de jugar a su título favorito.

Su proyecto tiene marca y ha sido bautizado como Far Land or Burst, una epopeya que le está haciendo de oro, y éste sí que no necesita ni quitarse el pijama para generar ingresos. Y tampoco se desloma: cada episodio le lleva entre media y una hora de juego comentado. Luego, a disfrutar del resto del día. El proyecto ha crecido tanto que Kurt se ha embarcado en paralelo a aprovechar su creciente a audiencia para ayudar a los más desfavorecidos recaudando dinero para la beneficencia.

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Pero ¿por qué desata tantas pasiones su viaje? Una de las claves es, sin duda, la aventura: "Tanto yo como mis seguidores estamos viendo por primera y última vez lo que sucede en un determinado momento".

Tanto yo como mis seguidores estamos viendo por primera y última vez lo que sucede en un determinado momento

Kurt se refiere a que en Minecraft a medida que se avanza el paisaje cambia; es como pisar la Luna por primera vez, pero en una secuencia sin fin que le está haciendo de oro.

El de Chicago sigue con su particular viaje y engrosando su cuenta corriente, pero la el camino cada vez es más angosto. Notch no se ha pronunciado sobre esta aventura, pero las versiones posteriores del juego han terminado con las Far Lands y el mundo sin descubrir, algo que no preocupa al programador, que sigue exprimiendo cada bit y cada bloque en su epopeya. ¿Dinero fácil? Que se lo pregunten a él.

"Quería encontrar el final del universo". Los límites de este mundo angustiaban a Kurt, un joven que vive encerrado en su apartamento a las afueras de Chicago. Las palabras fueron el preludio de un épico viaje hacia el más allá, para ser el primero en descubrir qué hay al otro lado. Y no fueron frases huecas lanzadas al aire. Este programador de páginas web preparó todos los pertrechos y comenzó a caminar con una sola guía: su brújula.

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