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El decálogo para sobrevivir a la Navidad en las redes sociales
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Tanto si vives el espíritu navideño como si no

El decálogo para sobrevivir a la Navidad en las redes sociales

La Navidad produce reacciones encontradas: unos la odian, a otros les encanta. Aquí van unos consejos para que el espíritu navideño 2.0 no te desborde

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La Navidad es una época de extremos y no a todos nos sienta de la misma manera.Hay quien entra en un estado de felicidad supremaen elque todo son buenos deseos y generosidad para con los demás, y hay quien se convierte en elGrinch, oscureciendosu humor hasta lo insoportable.

La mayor parte de la gente, quitando a los niños, nos situamos en un tibio punto medio, en el que intentamos sacar lo mejor de las inevitables y bulliciosas reuniones familiares, las comilonas opulentas hasta el agobio, las calles llenas de gente, los cotillones de Nocheviejay los ocasionales villancicos y panderetas sin morir en el intento.

Las redes sociales no son una excepción al ambiente navideño:desde sus más fervientes defensores hasta sus atacantes más furibundos, la Navidad invade internet y hay posturas para todos los gustos. Seas de los primeros o de los segundos, aquí van unos cuantos consejos para que tu entusiasmo o manía por estas fiestas no te condenen al ostracismo digital.

1. Respira hondo. Un día te despiertas y ha llegado la Navidad. Las luces en la calle, los anuncios en televisión, la cartelería de ElCorte Inglés… No sabes cómo, pero está por todas partes. El equivalente en las redes sociales son los gorritos de Papá Noel en los avatares. Están aquí y es inevitable. Ya que no puedes hacer nada contra ello,tienes dos opciones: o te rindes y te entregas al frenesí navideño equipando con su correspondiente gorrito a tu avatar o respiras hondo, cuentas hasta diez y practicas la tolerancia. No te queda otra.

2. No seas aguafiestas.Y si lo eres, intenta ser original. Poner “Feliz Falsedad” como estado de Facebook está más visto que el tebeo. Si tanto te molesta la Navidad, busca otra forma de decirlo.

3. La lotería de Navidad. Esta guía llega tarde para el Gordo, pero puede servir para el Niño y para sorteos de años venideros. La mañana de la Lotería de Navidad se vive en las redes con una mezcla de esperanza, escepticismo y vuelta a la realidad, por ese orden. “La Lotería es el impuesto voluntario para los que no saben estadística”, tuitean unos, mientras otros celebran que les ha tocado (como mucho) una pedrea. Y todos al unísono envidian a los premiados mientras comentan el típico “mientras haya salud...”. El consejo aquí es que lo sigas con humor. Y si te toca, ya sabes:¡comparte!

4. La guerra entre creyentes y ateos. Es un clásico y vuelve a casa (a las redes) por Navidad, como el turrón. “No creéis en Dios pero bien que os gusta la Navidad”. Es una discusión estéril y además tiene poco sentido (lo que garantiza, por supuesto, que prenda cada vez que surge). ¿No podemos acordarque la Navidad tiene un significado histórico, social y cultural, además de religioso, y quedar en paz?

5. Fotos de comida. Si bien esto merece ser tenido en consideración siempre, es especialmente importante en estas fechas en las que las comilonas se suceden. Un poco de contención, por favor. La sucesión interminable de fotos de mesas a rebosar de comida, langostinos, nécoras, cochinillos, besugos, jamón, quesos, postres, turrones, mazapanes y demás manjares navideños en Instagram puede terminar provocando más atracones que lo ingerido en sí mismo.

6. El 'smartphone' fuera de la mesa.Ha sido un chascarrillo habitual estas pasadas semanas:“A qué lado del plato es correcto poner el móvil, ¿a la derecha o a la izquierda?”. La respuesta es: a ninguno. Deja el WhatsApp y el Twitter para después de la cena (o la comida), practica un poco la interacción 1.0 y habla con tu familia. Eso evitará muchas de las fotos de comida que tendrías la tentación de hacer (véase el consejo anterior) y puede que hasta disfrutes de la compañía. O quizá no, pero en cualquier caso, no será tan grave.

7. Felicitaciones con personalidad. Es muy tentador (y muy fácil) enviar el mismo mensaje de felicitación navideña o para el nuevo año a todos tus contactos de WhatsApp o por email. También es algo cutre. Mucha gente no envía felicitaciones y no pasa nada, pero si lo haces, que signifique algo para ti y sobre todo para quien la recibe. Cúrratelo un poco y haz sentir al receptor que realmente quieres cosas buenas para él. De eso se trata, ¿no?

8. Aprovecha para retomar contactos. Recibes un mensaje de felicitación a través de Facebook de un amigo al que hace mucho tiempo que no ves y piensas: “No se acuerda de mí nunca y me escribe ahora”. No seas gruñón. En vez de malhumorarte, aprovecha y retoma el contacto, es tan buen momento como otro cualquiera. Las redes sociales son la herramienta y la Navidad es la excusa.

9. Cuidado con las fotos tras varias copas, que los smartphones para estas cosas los carga el diablo y al final todo acaba en internet. Esto, de nuevo, es aplicable todo el año, pero puesto que el vino, el champán y las copas corren en estas fechas con abundancia, no viene mal tenerlo en cuenta. Este consejo puntúa doble si se trata de la cena de empresa y el que terminará viendo las fotos probablemente sea tu jefe.

10. Año nuevo, 'tuits' nuevos. Por favor, busca otra forma de dar la bienvenida al nuevo año. El día 1 de enero es probable que Twitter y Facebook se llenen de mensajes como estos: “Parece que 2013 fue ayer”, “Página 1 de 365” o “¡Llevaba desde el año pasado sin entrar Facebook/Twitter/la red que sea”. Estamos a tiempo de evitarlo, por el bien de todos.

La Navidad es una época de extremos y no a todos nos sienta de la misma manera.Hay quien entra en un estado de felicidad supremaen elque todo son buenos deseos y generosidad para con los demás, y hay quien se convierte en elGrinch, oscureciendosu humor hasta lo insoportable.

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