Walmart la lía: vende 'teles' a 10 dólares, agota 'stock' y se desdice

Hey, un mal día lo tiene cualquiera ¿no? El error acompaña a la especie humana y está ahí, en la punta de los dedos. Una mala noche, un despiste, tener la cabeza en otro sitio… no somos robots y en ocasiones se nos considera como tales. El desliz está al alcance de cualquiera y si no, que se lo cuenten a aquel empleado de banca a quien Morfeo abrazó en el momento en que estaba terminando de ordenar una transferencia. Ya se sabe, aquella fue una cabezadita muy cara, pero por fortuna solucionada.

Peor pinta tiene el fregado en el que se ha metido Walmart, el coloso de las grandes superficies, que la ha liado parda en la red, y en el momento en el que escribimos estas líneas, todavía no se ha solucionado de una forma satisfactoria del entuerto.

Todo comenzó este miércoles. El día comenzó monótono para los internautas al otro lado del charco. Facebook por aquí, Twitter por allá… pero los que se dispusieran a adquirir algún televisor u ordenador en Estados Unidos se llevaron un susto al entrar en la web de Walmart. Algo no cuadraba ¿un monitor de 24 pulgadas por 8 dólares? ¿Sofisticadas cintas para correr por 30?... ¿había gato encerrado?

Correos agradeciendo las compras que confirman los precios

Primeras marcas en portada de la web a precio de ganga, qué digo ganga, de risa. Los primeros en llegar no lo dudaron: clic y para la saca. Todavía sin llegar a creerlo, acababan de comprar equipos de primer nivel por lo que cuesta un menú diario. Pero pronto llegó la confirmación: el sistema automatizado envió un correo electrónico agradeciendo la compra, confirmando el precio e incluso especificando la fecha prevista de entrega. Ahí no había ni trampa ni cartón.

Los que ya tenían asegurada la compra y todo en orden corrieron a Twitter, a soltar a los cuatro vientos lo afortunados o hábiles que habían sido. Ya se sabe que después de disfrutar de sucesos como este, la mayor satisfacción además de ahorrarse un riñón llega al compartirlo entre los conocidos. Y ya se sabe cómo funcionan las redes sociales: el efecto lupa hizo el resto. Muy buenas para lo bueno, pero demoledoras para lo malo.

Cuando todavía en la central de Walmart se estaban rascando la cabeza intentando averiguar cómo un grupo puntual de clientes había logrado adquirir estos productos de su catálogo a precio de mercadillo, las redes sociales explotaron ante el entusiasmo de los primeros. “¡Me acabo de comprar una tele por 8 dólares!”

Récord de ventas en unas horas

El mundo del márketing es tan misterioso que uno ya no sabía si se trataba de una campaña promocional y que duraba poco o un error. Pero no había tiempo que perder: los pedidos llegaron por millares a través de la web del gigante y aquello estaba absolutamente fuera de control. Alguien superó el aturdimiento en la sede de la firma y declaró en DEFCON 1: había que cerrar la tienda online hasta averiguar qué estaba pasando, y no estamos hablando de un negocio de la esquina precisamente.

Pero el daño ya estaba hecho: Walmart acababa de batir todos sus récords de ventas en apenas unas horas, y el sistema seguía repartiendo las confirmaciones de pedidos a diestro y siniestro para felicidad de sus compradores. La multinacional se enfrentaba en ese momento a una situación crucial, un cara o cruz en la que caminaba sobre el filo. Ser héroe o villano era una simple cuestión de pulgar arriba o abajo.

Y optaron por lo segundo. La letra pequeña les amparaba y podían legalmente cancelar los pedidos y esquivar de esta manera los ingentes costos de regalar buena parte de su catálogo. Los fríos números cuadraban en las cuentas de la firma y el sentido común, pero el coste que están asumiendo, como veremos es muy alto. Altísimo.

Pedidos cancelados por "un error del sistema"

El mismo sistema que había iluminado los rostros de los compradores confirmando por mail su chollo, enviaba fríos pedidos de cancelación aludiendo a “un error del sistema”. De la ganga a la frustración. Twitter giró la moneda y Walmart pasó a convertirse en una firma malvada y sin sentimientos. Los telediarios amanecieron con testimonios de gente sin recursos que por un día podía haber adquirido productos para sus hijos que estaban fuera de su alcance y que ahora eran echados como a perros.

Puestos a equivocarse en materia de comunicación, que sea de lleno: para terminar de empeorar las cosas, el correo anulando los pedidos iba acompañado de un cheque regalo de compensación de 10 dólares. Ya se sabe, palmadita en la espalda y a otra cosa mariposa. Y todo esto con el Black Friday a la vuelta de la esquina...