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"La cuenta por favor", OpenTable acaba con las agónicas esperas en el restaurante
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Paga con un solo botón de tu móvil

"La cuenta por favor", OpenTable acaba con las agónicas esperas en el restaurante

Una comida de primera puede verse truncada por un servicio desbordado que tarda mucho en atenderte. OpenTable propone una solución: paga con tu móvil

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La comida, para qué engañarse, había sido de primera. Aquel restaurante que nos habían recomendado estaba francamente bien, pero había demasiada gente, y el servicio estaba sobrecargado. Terminado el agradable trámite de dar gusto al estómago, ahora lo que a uno le apetecía era pagar y abandonar el local cuanto antes. ¿Una copa en otro sitio? ¿Un paseo? Cualquier plan es bueno con la panza llena y el espíritu animado tras una distendida conversación en buena compañía.

Toca pedir la cuenta. Brazo en alto y comienza una tortura demasiado habitual para muchos. El camarero que hace apenas unos segundos andaba revoloteando a nuestro lado y rellenando compulsivamente la copa de vino es ahora unser esquivo que ni siquiera nos mira.

“¡La cuenta por favor!” El grito suena a desesperado y giran la cabeza varias personas alrededor que nos miran compasivamente. Todos menos el aludido, que sigue a la carrera con la bandeja de mesa en mesa. Los minutos se hacen interminables y la animada conversación se tensa, esperando los comensales poder levantarse y a otra cosa, mariposa.

Esta grotesca situación, tan desgraciadamente habitual, podría ver pronto su fin y todo gracias a la tecnología. Pensándolobien, si uno ha concluido su comida y desea abandonar el restaurante, ¿por qué no puede hacerlo en el momento? El negocio libraría antes las mesas y podría elevar la rotación de clientes, y si a esto añadimos que en realidad tampoco es necesaria la presencia del camarero para finalizar el pago, las ventajas para restaurante y cliente se multiplican.

El proceso de pago, claramente ineficaz

Nos hemos acostumbrado, pero un repaso rápido al proceso de pago nos da una clara idea de la ineficiencia del mismo, en especial ahora que vivimos entre WhatsApp, Facebook y Twitter: todo pasa por la gestión personal del camarero, que debe de atender nuestra solicitud de la cuenta.

Ésta debe ser preparada, el mismo empleado del local debe venir con ella a nuestra mesa, y tras dejarla hay que volver a llamar su atención para que se la lleve, nos entregue las vueltas o pase la tarjeta según proceda. Si el restaurante está lleno, este proceso, improductivo para todos, se eterniza.

Pero como apuntamos, en Estados Unidos se ha comenzado a poner en práctica un sistema que brilla por su sencillez y que consigue el milagro de que, tras haber masticado el último bocado, el cliente pulse un botón en su móvil para efectuar el pago y abandone el local sin necesidad de ver a nadie.

OpenTable, una red social de restaurantes

Uno podría pensar que esta quimérica situación requeriría de una sofisticada y costosa instalación llena de sensores y aplicaciones, pero al contrario: es tan insultantemente sencilla que la pregunta que rondará la cabeza de muchos es cómo es posible que no existiera ya antes.

La idea parte de la plataforma OpenTable, una web mediante la cual uno puede reservar mesa en miles de restaurantes en todo el mundo (fundamentalmente en Estados Unidos, y por desgracia, sin presencia todavía en España). Desde el ordenador o el móvil mediante una aplicación, se reserva hora ynúmero de comensales del restaurante a escoger, pudiendo ver además las opiniones de los diferentes usuarios e incluso la carta.

Esta red social de restaurantes ha comenzado además, como apuntamos, a probar un revolucionario sistema de pago desde el móvil. Desde la misma app mediante la cual se ha efectuado la reserva, el cliente pulsa el botón Pagary el pago se efectúa desde el móvil a la cuenta del restaurante sin necesidad de escanear nada ni de costosas inversiones en equipos.

OpenTable no cobra un sólo céntimo por el proceso, pero se conforma con aportar este valor añadido al usuario de su comunidad, que sin duda repetirá la experiencia de la reserva, que es donde realmente está el negocio de esta innovadora red. La red social factura a sus clientes -los restaurantes- una pequeña comisión por cada comensal y una cantidad fija mensual mediante la cual descarga la responsabilidad de buena parte de las reservas de su local.

Cómo evitar que los clientes se vayan sin pagar

El sistema, como apuntamos, se está probando con éxito en un número limitado de restaurantes, pero todavía tiene que lidiar con un asunto espinoso que clientes y hosteleros quieren tratar con tacto: al ser tan rápido todo el proceso, cómo se asegura el camarero que una determinada mesa ha efectuado el pago o simplemente se va a la brava dejando un cañónal negocio.

En este sentido, se está trabajando con un sistema de notificaciones que evite situaciones embarazosas. “Lo último que queremos es que un camarero persiga a un cliente a la salida y le pregunte si ha pagado”, reconoce Matthew Roberts, CEO de OpenTable.

La comida, para qué engañarse, había sido de primera. Aquel restaurante que nos habían recomendado estaba francamente bien, pero había demasiada gente, y el servicio estaba sobrecargado. Terminado el agradable trámite de dar gusto al estómago, ahora lo que a uno le apetecía era pagar y abandonar el local cuanto antes. ¿Una copa en otro sitio? ¿Un paseo? Cualquier plan es bueno con la panza llena y el espíritu animado tras una distendida conversación en buena compañía.

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