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Las descargas sin criterio son 'comida basura' para tu ordenador
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ABUNDA EL 'MALWARE' EN LAS BÚSQUEDAS HABITUALES

Las descargas sin criterio son 'comida basura' para tu ordenador

Morgan Spurlock es un director de cine independiente estadounidense que se hizo mundialmente famoso en 2004 por el documental Supersize Me. En esa película, Spurlock quería

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Las descargas sin criterio son 'comida basura' para tu ordenador

Morgan Spurlock es un director de cine independiente estadounidense que se hizo mundialmente famoso en 2004 por el documental Supersize Me. En esa película, Spurlock quería denunciar los efectos perjudiciales sobre la salud de la comida rápida que cada vez más personas, en Estados Unidos y fuera de ellos, consumen como producto habitual de su dieta.

Para ello, comió tres veces al día durante un mes en restaurantes de la cadena McDonald's. Se impuso dos condiciones: comer al menos una vez cada uno de los productos disponibles y no rechazar nunca un aumento en el tamaño de su menú cuando le fuese ofrecido.

Como resultado, el peso de Spurlock aumentó en 11 kilos durante ese mes, su colesterol se disparó, sufrió problemas de disfunción eréctil, cambios de humor y acumulación de grasa en el hígado. Tuvo que seguir una estricta dieta vegetariana durante 14 meses para recuperar su forma física anterior.

Una versión digital de este experimento sería más rápida -e infinitamente más sana- de realizar, y eso es lo que ha hecho Conor Myhrvold en Arstechnica: una prueba para descubrir el resultado de navegar por internet en búsqueda de diversión rápida, fácil, gratuita y, hasta cierto punto, irresponsable.

En un ordenador limpio con un sistema operativo recién instalado, realizó una serie de búsquedas en Google de términos populares, más o menos generales, relacionados con el entretenimiento inmediato: free games, free music  downloads, free lyrics... Así hasta 10 términos, la mayoría entre los 50 más buscados según el ranking de McAfee.

Hay que señalar que no realizó búsquedas relacionadas con contenidos adultos. Nada de pornografía ni juego online.

Entró en los resultados de las búsquedas y descargó e instaló los productos sugeridos. Al igual que Spurlock en su documental, no tomó precauciones: no utilizó sus conocimientos para discriminar en qué resultados entraba y en cuáles no, y no protegió su equipo. Además, ante las sugerencias para descargar programas adicionales, la respuesta fue siempre sí.

Tras cada una de las búsquedas, descargas e instalaciones, realizó un análisis con varios antivirus gratuitos para comprobar qué programas, complementos y extensiones se habían mudado a su equipo aprovechando la oportunidad.

Al igual que los efectos de la comida rápida en el cuerpo, el software no deseado que llegó al ordenador de Myhrvold tardó mucho menos en instalarse que en desaparecer.

Junto a los productos descargados conscientemente, el equipo se llenó de ejemplos de adware, programas que muestran algún tipo de publicidad en pantalla. En muchos casos estaban incluidos en paquetes de descargas de otros productos, y apenas tardaron un minuto en descargarse e instalarse.

A partir de ahí, el funcionamiento del ordenador se hizo más lento: si antes abrir una ventana del navegador llevaba segundos, ahora tardaba un par de minutos. Fueron necesarios una serie de pasos, semejantes a un programa de ejercicios, para eliminarlos ya que, casualmente o no, solo en uno de los casos el sistema de desinstalación estaba incluido en los paquetes de descarga.

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Myhrvold señala que muchos de los programas de adware que terminaron instalados en el equipo provenían de resultados patrocinados por Google AdWords.

Información sobre ti, tus gustos, tus aficiones, tus amigos, tu trabajo, tus estudios… A los programas de adware les interesa mucho toda la información sobre ti que puedan conseguir. Es decir, quieren acceder a tu cuenta en Facebook.

Según Myhrvold, muchos de estos programas sugerían una sincronización con sus cuentas en redes sociales, pero pocas se enfocaban a Twitter, y aún menos a Linkedin o Google +. El motivo es la eficacia: Facebook es la red con más usuarios y en la que consignamos más información sobre nuestra vida. Si consiguen llegar hasta ahí, la recompensa en datos es mayor.

Aunque la mayoría de las páginas web prometían descargar software solo de proveedores conocidos y de confianza, era mucho suponer que no habría programas malignos en ninguno de los lotes.

No fue un hecho generalizado, pero el paquete de programas descargado desde uno de los resultados de la búsqueda free music download contenía un virus troyano.

Gran parte de la acción de los programas incluidos en las descargas se centró en controlar el entorno desde el que el usuario navegaba por internet: fijar páginas web como páginas de inicio predeterminadas, establecer buscadores principales e instalar barras de herramientas en el navegador.

Una vez que uno de los programas conseguía establecer sus preferencias, competía tenazmente por mantener la posición dominante. Por ejemplo, si Myhrvold accedía a que un nuevo programa fijase una nueva página de inicio, el anterior abría notificaciones y cuadros de diálogo, marcando por defecto la opción de no cambiarlos.

El entretenimiento gratuito y fácil en internet nunca está a más de unos clics de distancia. Sin embargo, esto que es una ventaja de la red viene acompañado de un problema obvio: cuánto más popular sea una web de descargas, más atractivo será utilizarla con intereses ocultos.

En la década de los 2000, los gigantes de internet como Yahoo, Google o Microsoft hicieron un esfuerzo para que el adware y el malware no afectasen a sus usuarios.

Sin embargo, este experimento demuestra que, todavía hoy, las descargas sin criterio, hechas de forma irreflexiva, descuidada o desinformada, tienen un efecto muy perjudicial para el equipo desde el que se realizan. Igual que alimentarse constantemente de comida rápida compromete nuestra salud, navegar de esta forma significa ir acogiendo unos polizones poco recomendables que pueden afectar a la velocidad y a la seguridad de nuestro equipo.

Morgan Spurlock es un director de cine independiente estadounidense que se hizo mundialmente famoso en 2004 por el documental Supersize Me. En esa película, Spurlock quería denunciar los efectos perjudiciales sobre la salud de la comida rápida que cada vez más personas, en Estados Unidos y fuera de ellos, consumen como producto habitual de su dieta.