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El tráfico de datos, un sector en auge que ya mueve millones de dólares
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AMENAZA CON LLEGAR A EUROPA DE MODO INMINENTE

El tráfico de datos, un sector en auge que ya mueve millones de dólares

Hay empresas que saben más de ti que tú mismo. Google y Facebook, por ejemplo, registran toda la actividad que realizas en sus servicios y la

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El tráfico de datos, un sector en auge que ya mueve millones de dólares

Hay empresas que saben más de ti que tú mismo. Google y Facebook, por ejemplo, registran toda la actividad que realizas en sus servicios y la rentabilizan con publicidad. Es el precio a pagar por disfrutar gratis de sus buenos productos. Pero, al menos en teoría, no comercian con tus datos. De eso se encargan lo que en Estados Unidos llaman 'data brokers'. En ese país el negocio de la información personal ha alcanzado tales dimensiones que tanto el Gobierno como las dos cámaras lo están investigando. Europa, y en particular España, tienen en sus leyes de privacidad un dique de contención que algunos dudan de que aguante la riada que viene.

Algunas empresas de datos recopilan información sobre familias que esperan un hijo, otras se hacen con los tiques de compra del supermercado, las hay que saben qué dinero se dona a una ONG o que graban las matrículas de los coches que pasan ante sus cámaras. Su objetivo es, mediante la tecnología, rentabilizar toda esa información. ¿Sus compradores? Los anunciantes que sueñan con la publicidad personalizada, los bancos o prestamistas que quieren saber el historial crediticio de los usuarios o los políticos a la caza de indecisos. 

Hoy, más que nunca, los datos son poder.

No hay estimaciones fiables de lo que mueve el negocio de la información personal. Pero, para hacerse una idea, la empresa Acxiom, por ejemplo, asegura en su memoria anual contar con datos de 500 millones de personas de todo el mundo. Entre los servicios que ofrece, están indicadores sociodemográficos como nombres, direcciones, niveles de renta y hasta la raza. Epsilon, firma que ofrece datos sobre lo que llaman eventos de vida, como si uno ha sido padre recientemente o acaba de comprar una casa, dice contar con información de 280 millones de personas. Mientras, Rapleaf se vanagloria en su página web de contar con datos en tiempo real del 80% de las direcciones de correo de Estados Unidos.

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Las tres empresas están siendo investigadas en Estados Unidos por distintos organismos. La Comisión Federal del Comercio (FTC) de ese país, tiene abierta una investigación a Axciom y Rapleaf, junto a otra decena de compañías. Quiere saber de dónde obtienen la información, qué hacen con ella y qué opciones dan a los usuarios sobre sus datos. Dos comisiones tanto del Senado como de la Cámara de Representantes también abrieron sus propias investigaciones. En total, una treintena de 'data brokers' están bajo su lupa.

"Para nuestra investigación, nos estamos apoyando en un informe de privacidad que realizamos el año pasado para avanzar en una mejor comprensión del negocio de los brokers de datos", dice a Teknautas Tiffany George, del gabinete jurídico de la FTC. "Ahora estamos revisando y analizando sus respuestas y esperamos tener un nuevo informe a finales de año", añade. Las empresas investigadas tuvieron hasta el mes pasado para responder al requerimiento de este organismo federal, que confía en tener una lista de recomendaciones sobre las prácticas de este sector.

La investigación no presupone que estas empresas estén haciendo nada ilegal. En sus respuestas, ellas insisten en que buena parte de la información se obtiene de registros públicos. Otros datos los sacan  de encuestas o de las pautas de navegación por la red de los usuarios. Las inocentes tarjetas de fidelidad de los comercios, por ejemplo, permiten a la empresa Datalogix contar con una base de datos de un billón de transacciones de los consumidores. Cogiendo de aquí y de allá, estas compañías de base tecnológica crean un perfil del usuario sin necesidad de saber realmente quien es. Esa es la nebulosa que la FTC quiere despejar.

El problema es que su margen de maniobra es limitado y pisa terreno desconocido. El pasado jueves, por ejemplo, tuvo que emitir un aviso contra seis páginas web que recogen datos de inquilinos donde los propietarios de casas y locales en alquiler pueden revisar el historial de pago de sus posibles arrendatarios. Esta versión original de las listas de morosos es un fenómeno tan nuevo, que la FTC ha tenido que asimilar a estas páginas con las agencias de información crediticia.

“El mandato legal de la FTC la limita a combatir el fraude. Puede actuar contra una compañía que promete hacer tal cosa pero hace otra, pero el hecho es que no hay leyes en Estados Unidos que regulen o restrinjan lo que los brokers de datos pueden hacer”, explica Jay Stanley, responsable del área de privacidad y tecnología de la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU). Hay leyes que protegen el acceso a los datos de salud o sobre la información de solvencia patrimonial, "pero sus actividades van mucho más allá", añade el experto de esta organización. "La FTC no suple a un auténtico comisionado para la protección de los datos personales. Estados Unidos es, junto a Japón, el único país de la OCDE que no tiene algo así", sostiene Stanley.

Eso es lo que salva al continente europeo y, en particular, a España. "En Europa la protección de datos es un derecho fundamental que reconoce al ciudadano la facultad de controlar sus datos personales y la capacidad para disponer y decidir sobre los mismos", recuerdan desde la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), que vela por el respeto de ese derecho. En Estados Unidos no existe tal derecho fundamental, aunque hay regulaciones sectoriales. En la práctica, mientras en Europa las empresas tienen que contar con el consentimiento expreso para tratar los datos de un usuario, en Estados Unidos, es éste el que tiene que actuar, pidiendo que no los usen.

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Pero eso no significa que el dique español sea impenetrable. En el pasado la AEPD ya sancionó a Acxiom, investigada ahora por el Senado, la Cámara de Representantes y la FTC estadounidenses. Esta firma cerró sus oficinas en España en 2007, culpando a la legislación española de protección de datos de ahogar su negocio. Otras de las investigadas en Estados Unidos también tienen presencia en España, como Epsilon, Equifax o Experian. Pero, al menos las dos últimas, tienen su negocio concentrado en servicios de prevención de fraude y los registros de solvencia patrimonial, los más controlados por la AEPD.

Desde la web Salirdeinternet.com recuerdan que España es el país de 'El Buscón' y de 'Rinconete y Cortadillo', también para el negocio de los datos. Hace ya 20 años, una agencia de publicidad fue acusada de crear un partido político con el único fin de tener acceso al censo electoral y vender después los datos personales de los votantes. Más recientemente, la AEPD sancionó a la empresa dueña de Saberlotodo.com, que llegó a acumular datos personales de más de 37 millones de españoles, algunos obtenidos por medio de detectives. La resolución de la Agencia fue confirmada por el Tribunal Supremo en diciembre pasado.

Pero los aires que vienen de Estados Unidos son nuevos. No usan detectives ni artimañas como crear un partido. Usan minería de datos, algoritmos matemáticos o el Big Data para saberlo todo de uno sin necesitar su nombre y apellidos. Y recurren también a todo el poder que les da su dominio del negocio. Como dice, Jay Stanley, de la UCLA, "las leyes europeas tienen que ser actualizadas para proteger completamente la privacidad de los europeos ante una tecnología que está cambiando muy rápido". Pero los intentos por actualizar la directiva europea de protección de datos, prevista para 2014, "se están enfrentando con la fuerte presión de las compañías de Estados Unidos que basan su negocio en la invasión de la privacidad".

Hay empresas que saben más de ti que tú mismo. Google y Facebook, por ejemplo, registran toda la actividad que realizas en sus servicios y la rentabilizan con publicidad. Es el precio a pagar por disfrutar gratis de sus buenos productos. Pero, al menos en teoría, no comercian con tus datos. De eso se encargan lo que en Estados Unidos llaman 'data brokers'. En ese país el negocio de la información personal ha alcanzado tales dimensiones que tanto el Gobierno como las dos cámaras lo están investigando. Europa, y en particular España, tienen en sus leyes de privacidad un dique de contención que algunos dudan de que aguante la riada que viene.