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Deep Web, un paseo por los bajos fondos de internet
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EXISTEN NUMEROSOS MITOS SOBRE LA RED OCULTA

Deep Web, un paseo por los bajos fondos de internet

Una máxima válida para la mayoría de internautas sostiene que lo que no sale en Google, no existe. Sin embargo, hay un mundo de contenidos que

Foto: Deep Web, un paseo por los bajos fondos de internet
Deep Web, un paseo por los bajos fondos de internet

Una máxima válida para la mayoría de internautas sostiene que lo que no sale en Google, no existe. Sin embargo, hay un mundo de contenidos que no están 'fichados' por los buscadores, ya sea por su formato fuera del estándar o simplemente por estar protegidos por una contraseña o 'captcha', conocido como 'deep web'. Se trata de un internet fuera de foco, no accesible desde los navegadores clásicos, que subyace bajo la red superficial que coloquialmente conocemos como "internet". Como sucedía en la película 'The Matrix', podríamos hablar de dos redes: una a la luz del ciudadano y otra más agreste, representada por la píldora roja.

El sistema imperante en la 'deep web' es The Onion Router (TOR), una red de comunicaciones que pone el énfasis en el anonimato de sus integrantes. Para conseguirlo, cifra los mensajes y los hace pasar por un número indeterminado de nodos de manera que sea, si no imposible, sí más difícil obtener la dirección IP del navegante. Precisamente su nombre ("onion" es cebolla en inglés) hace referencia a las distintas capas de anonimato que cubren los datos que se mueven por TOR. En cualquier caso TOR es una parte de la 'deep web' y no toda ella como se ha difundido erróneamente.

'Onionland' tampoco está sujeta a las veleidades de los algoritmos que rigen los buscadores, de forma que se puede acceder a los bruto de la información, como sucede en el caso de Wikileaks. Por explicarlo de un modo más sencillo, mientras Google encontrará la aguja, TOR te permitirá revisar a fondo todo el pajar.

Pese a que TOR se lanzó hace una década, en los últimos tiempos ha sido abordada con ingentes dosis de sensacionalismo por la prensa generalista. De todas los mitos que se han creado en torno a la web profunda destacan dos: que es refugio de ladrones, criminales o pedófilos, que es muy peligroso navegar por ella y que su contenido representa el 96% del volumen de datos que se mueven en la red.

No. TOR no se ideó para delinquir, sino para proporcionar mayor seguridad a los usuarios. No obstante, esta mayor privacidad y el hecho de encontrarse fuera de la vista de casi todos favorece la visibilidad de este tipo de negocios. En las profundidades de la red encontrarás exactamente lo mismo que puede verse en los lugares menos visibles del mundo real. La pedofilia, la venta de armas y drogas, la falsificación de documentos y otro tipo de ílicitos están en la 'deep web', aunque no se accede con tanta naturalidad como crees.

Las direcciones web están cifradas (f3ew3p7s6lbftqm5.onion/, por ejemplo) y, en consecuencia, el tiempo de carga supera en mucho el de los contenidos indexados. Esto es, no toparás con pornografía de menores o vídeos 'snuff' si no los buscas activamente, luego es posible navegar sin que imágenes atroces te salten a la retina. En Teknautas hemos dado un pequeño paseo por la 'deep web' (vídeo inferior) para satisfacer la curiosidad del lector y al final del artículo explicaremos cómo entrar en TOR.

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Y luego está Google. Teniendo en cuenta que la definición aceptada de 'deep web' se ajusta a aquella que no sale en los buscadores, hay que considerar siempre el papel de Google. Cuando se realizó el estudio el gigante de Mountain View era apenas un infante de 3 años, con una capacidad para clasificar datos infinitamente menor a la actual. Google ha hecho crecer el internet 'mainstream', lo que no significa que la parte oscura haya aumentado al mismo ritmo, sino más bien lo contrario: a medida que los buscadores han ido arrojando luz, la parte oscura es cada vez más pequeña.

Depende desde donde accedas, ya que en países como China se incurre en delito simplemente por cargar TOR. En cuanto a la seguridad, la red profunda no presenta mayores peligros que la web normal. Sin embargo, la actitud con la que se llegue puede influir en la integridad de tu ordenador. Si tu intención en 'Onionland' pasa por descargar material sujeto a derechos de autor, descargar pornografía infantil o comprar armas es muy probable que tengas un serio problema con las autoridades. Cabe recordar que el cacareado anonimato de la 'deep web' es en relación con los demás usuarios, no con las distintas agencias de seguridad, siempre presentes en la red.

Las profundidades de la red son prolijas en 'hackers' y muchos usuarios acuden en busca de virus o troyanos con los que atacar a sus conocidos. ¿Adivinas las consecuencias? Como norma general es adecuado navegar a través de un proxy y no descargar nada en lo que no se confíe.

Aunque se trata de una red para usuarios con un conocimiento por encima de la media, existen posibilidades al alcance de todos. Una buena opción es descargar este Tor Browser Bundle (Windows, Mac, Linux), un paquete que viene preconfigurado con las opciones más habituales. Una vez instalado se lanzará Vidalia, la interfaz de bienvenida de TOR. Llegado a este punto basta con hacer click en 'Ver la red' para comenzar a navegar con una versión modificada del navegador.

¿Y ahora qué? La red TOR se parece mucho al aspecto que tenía internet a mediados de los años 90, incluso en los tiempos de carga. Y, como entonces, los links se obtienen mediante directorios de enlaces, no en los buscadores. La 'wikipedia oculta' (7jguhsfwruviatqe.onion) puede ser un buen punto de partida. Si quieres realizar alguna compra, recuerda que la divisa oficial al otro lado de la red es el Bitcoin. Suerte.

Una máxima válida para la mayoría de internautas sostiene que lo que no sale en Google, no existe. Sin embargo, hay un mundo de contenidos que no están 'fichados' por los buscadores, ya sea por su formato fuera del estándar o simplemente por estar protegidos por una contraseña o 'captcha', conocido como 'deep web'. Se trata de un internet fuera de foco, no accesible desde los navegadores clásicos, que subyace bajo la red superficial que coloquialmente conocemos como "internet". Como sucedía en la película 'The Matrix', podríamos hablar de dos redes: una a la luz del ciudadano y otra más agreste, representada por la píldora roja.