De turista a business: el silencio de los 'influencers' en Twitter tiene un precio

La inocencia digital en Twitter forma ya parte de historia. Una de las redes sociales más influyentes del mundo se aleja de su origen, de su pureza y de la nobleza del que fue un transparente medio que muestra el sentir global de sus usuarios. Suena mal, pero este medio de comunicación global también tiene en sus entrañas a usuarios que soterradamente aprovechan su potencial. 

La pregunta es, ¿Hay usuarios que se aprovechan de su influencia para conseguir determinados objetivos? La realidad demuestra que sí.

El servicio de microblogging creado en 2006 por Jack Dorsey es ya la tercera red social a nivel mundial en usuarios por detrás de Facebook y Google+, eso sí, a nivel de relevancia compite de tú a tú con la red creada por Mark Zuckerberg. Diariamente genera cerca de 70 millones de tweets y cuenta con algo más de 200 millones de usuarios registrados. En la red es conocida como el "SMS de internet" ya que ha sido capaz de sustituir incluso a los servicios de mensajería tradicional mediante el móvil.

Aunque existen herramientas que proporcionan información sobre la influencia de los usuarios en Twitter, muchas marcas o incluso usuarios se fijan en los "followers" o seguidores de determinados perfiles para cuantificar la importancia dentro de la red social. Se da la circunstancia de alguno de estos usuarios "populares" utilizan su status para conseguir determinados privilegios. 

Por ejemplo, la semana pasada una agencia especializada en 'social media' me contaba que una de las aerolíneas españolas más importantes había actualizado en varias ocasiones el billete de turista a 'bussines' a un usuario conocido en la red por gestionar una red de blogs y con gran influencia en Twitter. Básicamente la razón que tenían era evitar comentarios negativos cuando un vuelo se retrasaba, algo que el "usuario" acostumbraba a hacer para recibir la contraprestación. 

Desde luego que en los tiempos que corren donde la corrupción y los cohechos forman parte de nuestro día a día, personajes de este tinte dan bien como aprendices de las malas artes en los negocios.

En el sector de las telecomunicaciones también he visto actos de usuarios que han sido premiados con cuotas gratis o con un trato preferencial por el simple hecho de tener cierta repercusión en Twitter. El caso más extremo tiene que ver con los famosos maletines, ahora también conocidos como 'sobres'. Y es que hay marcas que están dispuestas a pagar para que se hable bien de ellas. Yo mismo, humilde 'tuitero' en ratos libres, he recibido propuestas que rondaban los 300 euros, por lo que en caso de tener cientos de miles de seguidores pueden llevar un cero detrás.

Volviendo a la relevancia, ni todos los seguidores son iguales, ni todos ellos son personas reales. Existen empresas dedicadas a inflar los contadores de 'followers' con bots (robots) que hablan en todos los idiomas y cuestan relativamente poco dinero. Por apenas cien euros se pueden conseguir miles de seguidores que sirven de poco pero visten determinados perfiles. Una de las soluciones que baraja la red social para medir la influencia de sus usuarios es mostrar el número de 'retweets' con el objetivo de mostrar la cantidad de veces que un mensaje se replica. 

Está claro que falta mucho por evolucionar y también las empresas deben ser conscientes de que tener contentos a los llamados "influencers" no siempre da resultado.