¿Podrá sustituir la banda ancha móvil al ADSL?

Las conexiones de banda ancha fijas basadas en cobre apenas han evolucionado en los últimos años. Desde la llegada de los 20 megas a España en 2005, la única mejora apreciable ha sido el lanzamiento de ofertas de 30 megas gracias a la tecnología VDSL. El principal problema de las conexiones que utilizan cobre es que el rendimiento y cobertura depende de la distancia de la central al hogar del cliente. Por el contrario, la banda ancha móvil no tiene este problema y su evolución invita a pensar en que podría ser una buena alternativa en el futuro.

Las conexiones 3G han experimentado una mejora importantísima en los últimos años. De 3,6 megas reales teóricos que ofrecían los operadores con tecnología UMTS (Universal Mobile Telecommunications System) pasamos rápidamente a 7 megas. Después llegó el HSDPA (High Speed Downlink Packet Access) o 3,5G con medias que prometían hasta 14 megas teóricos y después el HSPA+ Dual Carrier que alcanza hasta 42 megas. Actualmente, los principales operadores móviles ofrecen medias de velocidad muy dignas en núcleos urbanos de las principales ciudades y gracias a la subasta de frecuencias llevada a cabo por el Gobierno, las redes siguen evolucionando. ¿Hasta dónde llegará?

Vodafone ha sido la primera en desplegar su red reutilizando la banda de los 900MHz al mismo tiempo en Madrid y en Barcelona. Esta actualización permite mejorar de forma considerable la cobertura en interiores así como la velocidad real a la que navegan los usuarios. En las pruebas que he podido realizar en el centro de Madrid la velocidad que he alcanzado supera los 30 megabits por segundo, una tasa que el ADSL no es capaz de conseguir en condiciones ideales. Podríamos decir que estamos a medio camino entre la tercera y cuarta generación de telefonía móvil que promete hasta 100 megas. La pregunta es, ¿sustituirá al ADSL a corto plazo?

La explosión del tráfico de datos desde 'smartphones' y 'tablets' es una realidad, de hecho permite a los operadores móviles compensar el descenso de ingresos por tráfico de voz y mensajes de texto, sin embargo, provoca un problema adicional ya que las redes no soportan la misma cantidad de datos que las conexiones fijas. Una de las desventajas del 3G es que su rendimiento depende del uso de los clientes, por este motivo no hay ninguna tarifa plana ilimitada que permita descargar sin necesidad de mirar el contador de megas. 

En el momento en que los operadores sean capaces de balancear el uso de la red y proporcionar un servicio sin restricciones de tráfico las conexiones basadas en cobre comenzarán a perder abonados. Es cierto que al mismo tiempo las redes de nueva generación basadas en fibra óptica hasta el hogar o cable coaxial siguen evolucionando pero los despliegues son mucho más costosos que en la red móvil. Por tanto, creo que en el futuro muchos hogares cambiarán su ADSL por una conexión de banda ancha móvil y por suerte la velocidad será muy superior a la que hoy conocemos.