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48 horas con el Samsung Galaxy SIII
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TEST DE 'EL CONFIDENCIAL'

48 horas con el Samsung Galaxy SIII

“La clave del éxito de un móvil es que pueda manejarse con una sola mano” me dice un buen amigo mientras mira desconfiado el flamante Galaxy S III. El

Foto: 48 horas con el Samsung Galaxy SIII
48 horas con el Samsung Galaxy SIII

“La clave del éxito de un móvil es que pueda manejarse con una sola mano” me dice un buen amigo mientras mira desconfiado el flamante Galaxy S III. El vaticinio no es gratuito: el codiciado terminal de los coreanos es grande, muy grande. ¿Cómo de grande? 4,8 pulgadas de pantalla. Casi nada. El dispositivo viene a engordar la categoría conocida como ‘phablets’ (juego de palabras entre "phone" y "tablet" que con tanto acierto inauguró el propio Samsung con el Galaxy Note. Si la cifra le deja frío, no deje de ver una foto entamaño real del Galaxy S III frente al iPhone 4S para hacerse una idea de lo que estamos hablando. Este smartphone, como saben, se presenta como una auténtica bestia negra dispuesta a asestar un golpe de mano en el mundo de la telefonía y a acabar con el reinado -si no cifras, sí en referencia- del iPhone. El lanzamiento del dispositivo se vio precedido de una intensa campaña de comunicación en la que los coreanos dejaban claro cuál era su objetivo y qué móvil pretendían desbancar.

La apuesta era arriesgada, pero no tanto. El SIII hereda el incontestable éxito del Galaxy SII, smartphone que ha ostentado durante bastante tiempo el sambenito de ser "el mejor Android del mercado" y parece que su hermano mayor va a heredar sin titubeos dicho título. Es grande pero no lo parece. El nuevo killer Samsung es sorprendentemente compacto pero sobre todo muy ligero: pesa poco más de 130 gramos y uno tiene la sensación de que al dispositivo le falta alguna pieza en sus entrañas que le confiera más contundencia en las manos, pero esa extraña sensación da paso a la tremenda comodidad de contar con un peso pluma entre los dedos. Y es fino, muy fino. En realidad, el SIII es bastante menos grueso y más ligero que el iPhone 4S. Las comparaciones son odiosas pero en este caso obligadas.

La mención al peso y cuerpo del dispositivo no es fruto del azar. El SIII es todo un prodigio de la ingeniería y sorprende descubrir que el equipo de desarrollo de Samsung ha conseguido embutir semejante despliegue de medios en un chasis tan extremadamente compacto. Porque hay que recordar el eslogan con el que Samsung presentó el terminal: "Diseñado para humanos, inspirado en la naturaleza" frase que viene al caso porque el terminal cuenta con el último grito en tecnología en todos sus componentes. No quiero aburrirles con la retahíla de acrónimos que rodean al terminal, pero si uno tuviera que escoger entre los elementos que más destacan en este dispositivo, el resumen se limitaría a tres: una excelente pantalla Super AMOLED), amplia, con gran resolución y brillo, un magnífico equilibrio entre rendimiento del musculoso procesador (Exynos 4 Quad) y consumo de batería, y posiblemente una de las mejores cámaras de fotos del mercado.

Los amantes de la tecnología disfrutarán de lo lindo con este dispositivo que cuenta con multitud de funciones avanzadas que hay que descubrir con el uso. Así, uno puede tomar fotos de viva voz y sin tocar botones, o emplear el movimiento del terminal para efectuar determinadas acciones. Y ahora que hablamos de la voz, el SIII llega con S Voice, el más directo rival de Siri en el iPhone y la sensación ha sido agridulce ya que su funcionamiento resulta bastante impreciso. Eso sí, por lo menos entiende el español. Se trata en definitiva del móvil más avanzado del momento, muy bien terminado por Samsung y que es difícil que decepcione a los usuarios que estén dispuestos a pagar, eso sí, los 650 euros largos que cuesta el dispositivo libre.

“La clave del éxito de un móvil es que pueda manejarse con una sola mano” me dice un buen amigo mientras mira desconfiado el flamante Galaxy S III. El vaticinio no es gratuito: el codiciado terminal de los coreanos es grande, muy grande. ¿Cómo de grande? 4,8 pulgadas de pantalla. Casi nada. El dispositivo viene a engordar la categoría conocida como ‘phablets’ (juego de palabras entre "phone" y "tablet" que con tanto acierto inauguró el propio Samsung con el Galaxy Note. Si la cifra le deja frío, no deje de ver una foto entamaño real del Galaxy S III frente al iPhone 4S para hacerse una idea de lo que estamos hablando. Este smartphone, como saben, se presenta como una auténtica bestia negra dispuesta a asestar un golpe de mano en el mundo de la telefonía y a acabar con el reinado -si no cifras, sí en referencia- del iPhone. El lanzamiento del dispositivo se vio precedido de una intensa campaña de comunicación en la que los coreanos dejaban claro cuál era su objetivo y qué móvil pretendían desbancar.

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