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Austin, capital de Silicon Valley por unos días. Crónicas del SXSW (I)
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Austin, capital de Silicon Valley por unos días. Crónicas del SXSW (I)

Una vez al año, durante una semana, todo Silicon Valley se traslada de golpe a Austin, capital oficial del estado de Texas y capital oficiosa de

Foto: Austin, capital de Silicon Valley por unos días. Crónicas del SXSW (I)
Austin, capital de Silicon Valley por unos días. Crónicas del SXSW (I)

Una vez al año, durante una semana, todo Silicon Valley se traslada de golpe a Austin, capital oficial del estado de Texas y capital oficiosa de la música en vivo, para hablar sobre el presente y el futuro del sector y, por qué no decirlo, para irse de fiesta a lo grande en una de las ciudades más divertidas de EEUU. Es el South by SouthWest Interactivo o SXSWi, que en los últimos tres años se ha consolidado como el encuentro de referencia del sector digital. Este año, cómo no, tenía que aprovechar mi residencia en San Francisco para asistir y ver qué se cuece, cuáles son las nuevas tendencias, hacer contactos, etc..

Tras pasar una semana allí no tengo duda alguna sobre la absoluta necesidad de asistir al SXSW para todo aquel que dirija un proyecto digital. Si eres mínimamente ambicioso y quieres triunfar en el sector, especialmente si tu visión es global o si incluye al menos el mercado americano, tienes que ir al SXSW. Da igual el tipo de proyecto que tengas entre manos: todos caben en este evento megalomaníaco, que parece concebido y dirigido por un grupo de monos locos, y en el que lo mismo se habla de móviles que de educación, lo mismo de música que de periodismo, de B2B o B2C, de organizaciones no gubernamentales y de e-goverment, de... bueno, la lista es tan larga y abrumadora que no voy a seguir. Baste decir que se tocan absolutamente todos los temas imaginables, y también los que nunca imaginaste.

Es gigantesco. En serio. No, no, más grande aún de lo que has pensado
. En enero hablé del CES y dije que era muy grande. Y lo es. Pero con todo lo colosal que es el CES, el SXSW me ha parecido aún más tremendo. Yo nunca había asistido a algo tan descomunal. O al menos nunca había ido a un encuentro que me resultase tan apabullante, que me hiciera sentir tan pequeño, tan insignificante. Por citar solo unos pocos, he estado en SIMO en sus mejores años, en el impresionante CEBIT de Hannover, en la Feria del Libro de Guadalajara (México), en el MWC de Barcelona, en la Web 2.0 Expo de San Francisco... todos ellos eran grandes, pero en todos, incluido el CES, tuve siempre la sensación de tener el control y la certeza de no estarme perdiendo nada importante, al menos en mis áreas de interés.

Con el SXSW no ha sido así. Al contrario, he sentido un agobio constante todo el tiempo que he estado en la feria. Conviene aclarar que este festival es más como FICOD, organizado en torno a un montón de charlas y ponencias, que como SIMO o el CES, centrados más bien en stands donde mostrar productos. Aunque en el SXSW hay también una feria con stands, es algo pequeño y no demasiado interesante. Por cierto, que en esa parte vi un pequeño espacio llamado "Sounds from Spain" donde se promociona a músicos españoles, aunque no tengo ni la menor idea de por qué. El stand estaba vacío las dos veces que pasé por allí, y lo cierto es que no me extraña demasiado, porque aparte de ser bastante poco atractivo, ni yo mismo conocía a ninguno de los músicos que promocionaban.

Curiosidades aparte, volvamos a lo que interesa: la parte de charlas, ponencias, conferencias y encuentros de todo tipo. Aquí, las dimensiones escapan a cualquier lógica. Empezando a las 9 de la mañana, y hasta las 8 de la tarde, había una media de unas 30 charlas cada hora. En las horas punta, el volumen de ponencias que se celebraban en paralelo superaba las 60. Y esto solo hablando de las exposiciones oficiales, donde no se contabilizan todas las acciones y encuentros paralelos organizados por marcas como Google (que tenía su propio "Village"), BlackBerry, Microsoft, Samsung, IBM, Mozilla, Nokia, etc., que también tienen mucho público y conferencias y encuentros todo el tiempo.

Por supuesto, es imposible asistir ni al 0,1% de la programación. El volumen es tal, que es imposible siquiera llegar a saber todo lo que está ocurriendo en un momento dado. Y eso genera una terrible sensación de zozobra al visitante, eres siempre plenamente consciente de estarte perdiendo muchas cosas importantes a la vez. Tienes que decidir a donde ir en cada momento, y sabes que tomes la decisión que tomes, estarás dejando por el camino un conocimiento importante. Eso si es que aciertas con la charla elegida, porque obviamente te puedes equivocar, ya que la calidad de las ponencias varía mucho. Las hay excepcionales y las hay imprescindibles, como es lógico. Y como están distribuidas por media ciudad, en distintos emplazamientos, si te equivocas ya no tiene solución.

Tal desmesura de evento ha generado, al menos este año, un problema añadido: que se han pasado vendiendo entradas. Que había overbooking, vaya. Filas para ir a comer, filas para ir al baño, filas virtuales para pillar WIFI... y filas para las ponencias. Las charlas más populares estaban literalmente desbordadas de asistentes, y yo me he quedado fuera de un par de charlas por día debido a que el aforo no dada para más. Cuando has pagado un pastón por las entradas, y te has dejado un dineral en hoteles, avión, taxis y comidas, que no te dejen entrar a una charla que llevas meses esperando, pues como que molesta bastante. Por no decir algo más fuerte.

Así que sí, debo confesar que tengo sentimientos encontrados respecto al SXSW. Por un lado, es un evento al que hay que ir. Es ideal para hacer nuevos contactos, conocer gente, ampliar conocimientos sobre los temas más variados y hacer negocios... pero por otro lado es un caos organizativo, con exceso de asistentes, y en una ciudad no del todo preparada para acoger a semejante avalancha de "geeks". En mi opinión, lo mejor que podría hacer el SXSW es dividirse y especializarse, creando eventos especializados un poco más pequeños y en distintas fechas. Con esta somera introducción terminan estas primeras crónicas del SXSW. En las próximas semanas iré contando más sobre este mega evento, aunque como he explicado seguirá siendo solo una pequeña parte de todo lo que allí se vio.

Una vez al año, durante una semana, todo Silicon Valley se traslada de golpe a Austin, capital oficial del estado de Texas y capital oficiosa de la música en vivo, para hablar sobre el presente y el futuro del sector y, por qué no decirlo, para irse de fiesta a lo grande en una de las ciudades más divertidas de EEUU. Es el South by SouthWest Interactivo o SXSWi, que en los últimos tres años se ha consolidado como el encuentro de referencia del sector digital. Este año, cómo no, tenía que aprovechar mi residencia en San Francisco para asistir y ver qué se cuece, cuáles son las nuevas tendencias, hacer contactos, etc..

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