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Cuándo puede venirse abajo la disparatada cotización de Apple
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NO SUBIRÁ HASTA EL INFINITO

Cuándo puede venirse abajo la disparatada cotización de Apple

Apple está entrando en punto de ebullición bursátil. Cerca de los 500 dólares por acción, o 460.000 millones de dólares, supera el valor en bolsa conjunto

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Cuándo puede venirse abajo la disparatada cotización de Apple

Apple está entrando en punto de ebullición bursátil. Cerca de los 500 dólares por acción, o 460.000 millones de dólares, supera el valor en bolsa conjunto de Microsoft y Google, dos de sus grandes rivales de la industria tecnológica. También vale más que lo que producen las economías de cientos de países y solo las 25 mayores economías del mundo les superan en términos de Producto Interior Bruto (PIB) y equivale, en euros, al 35% del PIB español, diez veces BBVA o seis Telefónicas. Su talla como empresa se asienta en cifras sólidas y escándadosas de negocio, con crecimientos espectaculares a cada nuevo lanzamiento.

Los inversores andan como locos por Apple, casi tanto como sus evangelistas usuarios de sus gadgets. Con una facturación que se ha duplicado en los dos últimos ejercicios, márgenes brutos sobre ventas que superan el 40% con holgura y una capacidad de generar expectativas sin igual en Wall Street. Sin embargo, el tamaño del monstruo corporativo en que se ha convertido la empresa con sede en Cupertino comienza a adquirir velocidades peligrosas no aptas para cardíacos. Cada punto porcentual que suben sus acciones representa ya unos 5.000 millones de dólares, movimientos que invitan cuando menos a la cautela. Solo en 2012, la empresa se ha anotado más del 20% o 100.000 millones, de capitalización bursátil.

¿Es sostenible o justificable una valoración de medio billón de dólares? Por fundamentales actuales, trayectoria reciente, dominio del mercado y capacidad de innovación no tengan dudas... Sí, lo vale, y mucho más. Hay estimaciones extremas que han llegado a hablar del billón, o 1.000 dólares por acción. Productos caros, a precio casi de lujo, que se venden como rosquillas por todo el mundo gracias a la globalización tecnológica y los rápidos métodos de distribución que redibujan el famoso de la huerta de la mesa, por el de la fabrica a su casa u oficina. Internet, por detrás de EEUU y Europa, es su tercer mercado al cierre de 2011. La revolución que comenzó con el iPod en 2001 vivió su capítulo más sorprendente con la salida con el iPhone en 2007 y ha tenido una excepcional continuidad su 'hermano mayor', el iPad, en 2010. Incluso han resurgido las ventas de Macs sobremesa y portátiles.

Hay dos escenarios que pueden hacer que descarrile la locomotora Apple. Será en el momento en el que otro competidor ponga en el mercado un producto superior, o cuando las operadoras de telecomunicaciones dejen de subvencionar la compra de sus carísimos iPhones y iPads, algo que está comenzando a erosionar las cuentas de las 'telefónicas' del mundo.


Sin embargo, las amenazas que siguen a las puertas de Apple y de cualquier otra compañía que lidere un sector son para mantenerse en guardia a nivel inversor, sobre todo, porque hay numerosos precedentes en el sector. Sin ir más lejos, otro gigante tecnológico como HP todavía anda tocándose y mirándose la ropa después del golpe que ha supuesto para la empresa el cambio radical del mercado y las apetencias de los consumidores en materia de informática. Gran parte de la culpa la tiene Apple. No solo por el resurgir de su tradicionales Macs, o sus versiones portátiles, sino también porque la revolución tablet y smartphones ha dado un vuelco al mercado, golpeando las ventas de PCs, netbbooks y portátiles.

Las cifras son igual de mareantes en lo negativo. HP acumula una caída en bolsa del 40% en doces meses, o el equivalente a unos 30.000 millones de dólares. En tiempos de euforia como los que vive Apple, el sentido común es primordial para el inversor. El ejemplo de rivales caídos como la propia HP, de Nokia o RIM están muy recientes. Que Apple haya subido un 500% en bolsa durante cinco años, o un 100% en los últimos dos, son síntomas de que el tren de alta velocidad que construyó Steve Jobs anda más cerca de una llegada, de comenzar a frenar que de volver a acelerar. Que siga subiendo eternamente es imposible. Nada es para siempre y en algún momento se truncará este sueño inversor. Hay dos escenarios que pueden hacer que descarrile la locomotora Apple. Solo falta el cuándo y será en el momento en el que otro competidor ponga en el mercado un producto superior, algo probable, o cuando las operadoras de telecomunicaciones dejen de subvencionar la compra de sus carísimos iPhones y iPads, algo que está comenzando a erosionar las cuentas de las telefónicas del mundo.

Apple está entrando en punto de ebullición bursátil. Cerca de los 500 dólares por acción, o 460.000 millones de dólares, supera el valor en bolsa conjunto de Microsoft y Google, dos de sus grandes rivales de la industria tecnológica. También vale más que lo que producen las economías de cientos de países y solo las 25 mayores economías del mundo les superan en términos de Producto Interior Bruto (PIB) y equivale, en euros, al 35% del PIB español, diez veces BBVA o seis Telefónicas. Su talla como empresa se asienta en cifras sólidas y escándadosas de negocio, con crecimientos espectaculares a cada nuevo lanzamiento.