Vuelve Olivetti...con un tablet

Está claro que todo vuelve. Desde estas líneas nos hemos hecho eco de gloriosos regresos como el de la Polaroid o el propio Spectrum. Los más nostágicos recordarán con cariño las conocidas máquinas de escribir Olivetti, empresa italiana que posteriormente se adentró en las inciertas aguas del mundo de los ordenadores. La maniobra fue turbulenta, y en un periodo trufado de claroscuros, vivió momentos de cierta gloria con ordenadores que se hicieron célebres, como el M24. Sin embargo, la compañía no supo gestionar bien el frenético ritmo al que está sometido este mercado, y en 1995 echó el cierre a su división de ordenadores. Sin embargo, los mediterráneos vuelven a copar los titulares de los medios tecnológicos puesto que acaban de presentar, átense los machos, un tablet Android que han bautizado como OliPad.

Sin embargo, no puede decirse que la rentrée haya sido por todo lo alto. En menuda aventura se ha embarcado la gente de Olivetti en un mercado en el que el dominio de Apple sigue siendo insultante y donde fabricantes de la solera y experiencia de Samsung o Motorola siguen sudando sangre para arañar décimas de cuota de mercado. Valor no les falta, eso queda claro, pero les llueven las críticas ya, y apenas lleva unos días en el mercado. El tablet de los italianos ha sido ya acusado de “feo”, y ya saben que es uno de los peores insultos que puede recibir un producto con el marchamo made in Italy. Pero no sólo es por el diseño, Wired lo califica abiertamente de ‘caro’ y tampoco ahorra en adjetivos a la hora de demostrar su decepción en lo tocante al apartado técnico de la tablet, el último cartucho que le quedaba al producto habiendo suspendido el aspecto estético.

Pero hay más: un tablet poco agraciado en diseño y ramplón en lo que respecta a las prestaciones, tiene al menos que ser muy económico. Pues ni por esas. Los 400 euros que tendrá que pagar por rendir culto a su nostalgia abren peligrosamente el abanico de decenas de tablets fabricados en China, y se acercan peligrosamente al icónico iPad de Apple. Menos mal que el fabricante aclara que su producto está dirigido al mercado corporativo, que Olivetti conoce a la perfección, en el que cuenta con un sobrado prestigio, y donde cosechará posiblemente el grueso de sus ventas.

Mencionábamos antes las anodinas especificaciones técnicas de un dispositivo que no destaca en nada en este apartado: pantalla de 10 pulgadas (resolución de 1.024x600), procesador ARM Corex A9 de doble núcleo y conectividad por WIFI3G. A fuer de ser sinceros, las especificaciones técnicas son las convencionales en el mercado, pero éste precisamente es el punto débil de un producto que llega con retraso al mercado y en el que los recién llegados se ven forzados a innovar de alguna manera o mejorar lo presente si quieren ser considerados en un mercado tremendamente exigente. Incierto futuro el de un producto que, por otro lado, revive la esencias de un pasado glorioso y con un valor desconocido para un fabricante europeo que no parece conocer el miedo. Si va a comprarse un tablet, alternativas, en 2011, no le van a faltar.