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El Antiguo Egipto, más antiguo de lo que se pensaba
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El Antiguo Egipto, más antiguo de lo que se pensaba

Pocas civilizaciones han dominado el Mediterráneo durante tanto tiempo como el Antiguo Egipto. Aún más escasas resultan las que ejercen tal fascinación entre las sociedades contemporáneas.

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El Antiguo Egipto, más antiguo de lo que se pensaba

Pocas civilizaciones han dominado el Mediterráneo durante tanto tiempo como el Antiguo Egipto. Aún más escasas resultan las que ejercen tal fascinación entre las sociedades contemporáneas. Datar con exactitud los tiempos de los tres imperios que se sucedieron esta zona del Creciente Fértil ha resultado un desafío para egiptólogos y científicos, que saben de la importancia de estas precisiones para datar a la vez otras civilizaciones mediterráneas de aquella época.

Ahora un grupo de investigadores asegura haber hallado una datación más exacta que las existentes. Los nuevos datos, que se publican en el último número de la revista Science, coinciden en gran parte con mediciones anteriores, pero también modifican algunas fechas fundamentales en la historia de esta extinta sociedad.

 

La cronología del Antiguo Egipto ha estado basada históricamente en las muestras arqueológicas y en diversos documentos escritos que han sobrevivido al paso de los milenios. Dichas cronologías sólo podían ser ubicadas en un calendario absoluto a través de determinadas observaciones astronómicas realizadas en aquellos tiempos, pero la recurrencia cíclica de estos eventos (cometas, lluvias de estrellas...) no permitía precisar las fechas exactas de eventos específicos. Christopher Bronk Ramsey encabeza un equipo internacional que ha decidido adoptar una nueva perspectiva, tomando las mediciones de radiocarbono como referencia.

A diferencia de otras investigaciones previas, en este caso fueron descartadas las mediciones de restos de carbón y madera, así como de material momificado, para evitar posibles contaminaciones. El equipo decidió analizar diferentes elementos vegetales, como semillas, canastos, textiles, tallos de plantas y frutas asociados directamente con reinados particulares de los antiguos faraones.

Cambios en las fechas

Los análisis han servido para confirmar la mayoría de las fechas relacionadas con el Antiguo Egipto, pero otras se ven modificadas tras esta investigación, retrocediendo en el tiempo con respecto a lo que se pensaba hasta ahora. Así, los nuevos datos indican que el Imperio Nuevo empezó entre el 1570 y el 1544 a.C, o que el reinado de Djoser en el Viejio Imperio comenzó entre el 2691 y el 2625 a.C.

Los resultados, como indican los autores, implican también cambios en las cronologías de otras sociedades mediterráneas de aquella época. “Contribuirá a nuestra comprensión de las diferencias entre la cronología histórica del Egeo, derivada de sus vínculos con Egipto, y los registros de radiocarbono de esa región, especialmente de la erupción minoica de Santorini”, afirman en las conclusiones de su artículo.

Tanto Egipto como Mesopotamia son las únicas civilizaciones de las edades de Hierro y Bronce de las que se conservan registros escritos y ambas estaban relacionadas a través del comercio con pueblos que se distribuían desde Asia central hasta el occidente europeo o la región africana de Nubia. “La cronología es fundamental para entender la naturaleza de esos vínculos”, rematan.

Pocas civilizaciones han dominado el Mediterráneo durante tanto tiempo como el Antiguo Egipto. Aún más escasas resultan las que ejercen tal fascinación entre las sociedades contemporáneas. Datar con exactitud los tiempos de los tres imperios que se sucedieron esta zona del Creciente Fértil ha resultado un desafío para egiptólogos y científicos, que saben de la importancia de estas precisiones para datar a la vez otras civilizaciones mediterráneas de aquella época.

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