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Las empresas españolas de robótica, entre las más avanzadas del mundo
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Las empresas españolas de robótica, entre las más avanzadas del mundo

Acaba de celebrarse el Sabadell Robotik 2010, la segunda feria intersectorial de robótica y automática, un evento que muestra la extraordinaria salud del sector en nuestro

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Las empresas españolas de robótica, entre las más avanzadas del mundo

Acaba de celebrarse el Sabadell Robotik 2010, la segunda feria intersectorial de robótica y automática, un evento que muestra la extraordinaria salud del sector en nuestro país. Probablemente la experiencia española en la fabricación de automóviles explique que nuestro país tenga un parque de robots industriales superior al que le correspondería por nuestra capacidad productiva. Según datos de la Asociación Española de Robótica (AER), la industria del automóvil ocupa unos 19.000 robots, casi el doble que el resto de los sectores.

 

La industria española ha dado cobijo hasta la fecha a 29.000 robots industriales. Por parque instalado, ocupamos el cuarto lugar de Europa y el séptimo del mundo. Pero en este campo, España no es sólo un consumidor de productos. Dentro de nuestras fronteras se encuentran algunos de los mejores equipos de programación de autómatas industriales. En cualquier caso, los robots industriales no son la parte de la robótica que más potencial de crecimiento presenta para la próxima década.

El campo de los robots de servicios cuenta con excelentes expectativas de futuro, y es donde los investigadores españoles se están ganando un puesto entre los mejores del mundo. "Todavía faltan entre 20 y 30 años para que los robots humanoides circulen habitualmente por las calles. Bueno, en Japón, que van muy deprisa, es muy probable que en 10 años pueda haber robots pisando el asfalto", explica Oriol Torres, coordinador del departamento de electrónica de Pal Robotics. Antes de que ese momento llegue, los robots de servicio tendrán que instalarse en casas y negocios. Muchos de ellos se camuflarán bajo el aspecto de inocentes mascotas, como los robots japoneses, pero otros tendrán una forma netamente humanoide.

"El robot humanoide, a largo plazo, es una herramienta muy práctica, porque el entorno en el que se va a mover está diseñado para humanos. Cuanto más se parezca a un humano, mejor se adaptará a nuestro entorno", señala Oriol. Por eso, su empresa ha apostado por la forma humana. Su creación estrella, REEM B, es un robot bípedo, de aire simpático y con cierta apariencia humana; con su metro y medio escaso de altura y sus 60 kilos de peso, ha puesto en pie a los exigentes jeques de Abu Dhabi. Y eso que se trata de un público difícil, acostumbrado a las monerías de Asimo, la superestrella de Honda.

Es posible que el robot japonés pueda bailar rap y dirigir orquestas, pero el español es capaz de andar, subir y bajar escaleras, reconocer rostros y asociarlos a un nombre, orientarse en espacios nuevos, y cargar hasta 15 kilos de peso. REEM B puede trabajar en museos, informando y haciendo de guía de grupos de turistas, e incluso atender enfermos, proporcionándoles la medicación y empujando sillas de ruedas.

Falta de financiación

Ya hay miles de robots de servicios trabajando en nuestro país, aunque no tengan aspecto humanoide. "Hay tareas en las que un robot que camina no es práctico. Toda esta tecnología que permite mantener el equilibrio y moverse sin titubeos por diversos terrenos, es demasiado cara y lenta. Ahora hay robots sobre plataforma Segway, que es una solución elegante al problema del desplazamiento y del equilibrio", comenta David Agustín, director general de Aquiles Robotics Systems.

Estos robots de servicios no son demasiado atractivos. En muchos casos parecen una simple caja con ruedas, y suelen ser pequeños. Sin embargo, son máquinas que sustituyen a los seres humanos en entornos peligrosos como centrales nucleares o complejos petroquímicos, y que están preparadas para realizar tareas de búsqueda entre las ruinas inestables que quedan después de un terremoto. También salvan vidas en las brigadas desminadoras que limpian los campos de países recién pacificados, y en las unidades de desactivación de explosivos que participan en la lucha contra el terrorismo. El robot más versátil de Aquiles Robotics Systems pertenece a esta categoría más discreta de robots de servicios con aspecto no humanoide.

Aquiles 2 "es una plataforma versátil que se puede adaptar a muy diversas aplicaciones. Puede llegar allí donde el ser humano no podría sobrevivir", apostilla David Agustín. Aquiles 2 puede desplazarse sobre ruedas u orugas, y en su plataforma superior se pueden instalar todo tipo de sensores y dispositivos como manipuladores, brazos robóticos, pequeñas cámaras, herramientas de análisis, sistemas de desactivación de explosivos, etcétera. Es una máquina creada para realizar tareas de patrulla y vigilancia en entornos industriales, contaminados o catastróficos. Como tiene dimensiones reducidas, puede moverse sin problemas en interiores.

Por desgracia no todo es color de rosa dentro del mercado español de la robótica de servicios. Es cierto que en nuestro país hay equipos de ingeniería a la altura de los mejores del mundo, pero "todavía falta inversión. La Administración está haciendo un gran esfuerzo, pero hay proyectos que no consiguen financiación, y deben salir fuera del país", comenta el director general de Aquiles Robotics.

Acaba de celebrarse el Sabadell Robotik 2010, la segunda feria intersectorial de robótica y automática, un evento que muestra la extraordinaria salud del sector en nuestro país. Probablemente la experiencia española en la fabricación de automóviles explique que nuestro país tenga un parque de robots industriales superior al que le correspondería por nuestra capacidad productiva. Según datos de la Asociación Española de Robótica (AER), la industria del automóvil ocupa unos 19.000 robots, casi el doble que el resto de los sectores.