‘Raptorex’, el pequeño abuelo depredador del T Rex

Desde su descubrimiento los seres humanos hemos vivido fascinados con el Tyrannosaurus Rex, símbolo los grandes saurios que dominó la tierra durante los últimos 25 millones de años de la era Mesozoica, en el periodo Cretáceo. Hasta ahora se creía que sus características físicas, como los brazos cortos y el cráneo de gran tamaño con mandíbulas musculadas, le habían sobrevenido con el aumento de tamaño. Sin embargo el descubrimiento de un fósil de una nueva especie en China cambia toda la perspectiva sobre la evolución de esta familia.

 

Un equipo de científicos estadounidenses y chinos encabezado por Paul Sereno, de la Universidad de Chicago, publica en el número de la revista Science de este viernes los resultados de los estudios realizados a un fósil hallado al noreste de China. Se ha estimado que la edad del animal en el momento de fallecer no debía de superar los cinco o seis años.

La nueva especie, bautizada con el nombre científico de Raptorex kriegsteini y datada decenas de millones antes de la aparición del Tyrannosaurus rex, “muestra la mayoría de las especializaciones funcionales de los tiranosáuridos en el craneo y el esqueleto incluyendo extremidades superiores de corto tamaño”, explican en su trabajo. Todo a pesar de su relativamente pequeñas dimensiones, que no superaban de media los tres metros y 65 kilos de peso.

Tenía un cráneo proporcionalmente largo en relación con su tronco, al igual que ocurría con el T. Rex. Esta característica diferencia al Raptorex de otros terópodos como el tiranosauroide Guanlong. Lo mismo ocurre con su mandíbula, adaptada ya a la colosal musculatura que convertía a estos animales en perfectos devoradores.

El pequeño tamaño de las extremidades superiores es otro de los elementos que vincula directamente al Raptorex con los miembros de la superfamilia Tyrannosauroidea más evolucionados. El tamaño relativo del húmero en comparación con el fémur (29%) es similar y sirve para diferenciar a la nueva especie de tiranosauroides como el Guanlong. La faja pélvica del Raptorex también exhibe las características presentes en otros tiranosáuridos que están ausentes en el Guanlong y sus extremidades inferiores resultan un modelo en miniatura de las de sus sucesores en la cadena trófica.

El fósil también ha servido a los investigadores para establecer tres fases morfológicas diferenciadas en la evolución de los tiranosáuridos. La primera incluye a los surgidos entre el Jurásico medio y el comienzo del Cretáceo, distribuidos en torno a toda la región laurásica (antiguo ‘supercontinente’ que incluía el territorio de América del norte, Europa y Asia). Estos animales eran de un tamaño entre pequeño y mediano y mostraban sólo algunas características especializadas inciales.

Las especies de la segunda ya presentaban la mayor parte de especializaciones funcionales de los tiranosáuridos que también están presentes en el Raptorex, que quedaría incluido en esta rama del árbol filogenético. La tercera etapa incluye a los animales de mayor tamaño y surgidos en un momento posterior.

Tras los hallazgos se puede concluir que las características de los tiranosáuridos evolucionaron a partir de animales de tamaño relativamente modesto hace unos 125 millones de años. “Esas características ya no pueden ser explicadas como una consecuencia pasiva (...) del incremento del tamaño corporal o como producto de una trayectoria de crecimiento extendida”. Al contrario: esos rasgos evolucionaron desde un principio como parte de una estrategia depredadora que resultó eficaz incluso cuando las especies tenían un tamaño relativamente pequeño.