No tiene el mejor palmarés, pero no hay duda: el Rey es Arnold Palmer. Lo es por su carisma, una alegría contagiosa y una imagen paradójica a caballo entre James Dean y el vecino de enfrente
'Lif'e no profundiza en el trabajo del fotógrafo ni en por qué nos atraen tanto las fotos de celebridades, tampoco da gran importancia a la capacidad de una buena instantánea para penetrar en la psique