Uno de los agresores de Samuel intentó vender su móvil

La investigación del grupo de homicidios de la Policía Nacional de Coruña raya la perfección. Desde el pasado 3 de julio, cuando Samuel Luiz fue asesinado a golpes, los agentes han reunido casi medio centenar de testimonios, revisado numerosas cámaras de seguridad, cruzado datos de posicionamientos de los teléfonos móviles y han realizado un sinfín de pesquisas más. “Las diligencias policiales están bien armadas”, apunta una fuente judicial a El Confidencial.

Tras la muerte de Samuel, los agresores decidieron que, si nadie hablaba, todo iría mejor

Se sabía que, cuando acabó la primera parte de la agresión, Samuel se dio cuenta de que había perdido su teléfono y, antes de huir, le encargó a la amiga que le acompañaba que fuera a buscarlo. Nunca lo encontró. Se ha sabido ahora que no lo hizo porque uno de los presuntos agresores, Cayo, lo encontró y se lo quedó. Esa misma noche, después que Samuel fuera asesinado a patadas y puñetazos, este joven, que es uno de los tres mayores de edad que se encuentra en prisión provisional, trató de venderle el móvil de Samuel a otro de los integrantes de la jauría. Este individuo se negó a comprarlo y entonces Cayo reparó en “el marrón” que tenía encima si le detenían en posesión del aparato. Así que se deshizo del mismo arrojándolo en un contenedor.

Otro de los datos que revela el sumario es que los presuntos agresores se reunieron en un par de ocasiones la misma noche de la muerte de Samuel en un par de puntos de A Coruña. Allí hablaron de lo sucedido. Hay testigos que aseguran que en esas conversaciones se verbalizó la gravedad de las agresiones y que se cruzaron reproches entre unos y otros. También se sugirió que, si nadie hablaba, todo iría mejor.

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Las identificaciones de los presuntos asesinos se han realizado con base en testimonios, cámaras de seguridad y posicionamientos de móvil. Los agentes pudieron averiguar que Alejandro, el segundo presunto agresor, robó una botella del bar y pudo utilizarla para agredir a Samuel. De hecho, se encontró la botella partida junto a la víctima y se investiga si también recibió golpes con un objeto metálico

Los investigadores recogieron los trozos del suelo y, al buscar ADN, dio positivo con el de Alejandro. El cuerpo de la víctima presentaba multitud de golpes y la autopsia estableció que murió por un politraumatismo craneoencefálico. En la intervención, Agudo ha defendido que la causa de la muerte de Samuel fueron golpes en la cabeza. "No hay un único autor material. Son varios".

La autopsia estableció que Samuel murió por un politraumatismo craneoencefálico tras diversos golpes en la cabeza

La agresión que mató a Samuel, un crimen que provocó una gran indignación en la sociedad española al conocerse que los agresores le gritaron "maricón" al enseñarse con él, duró “seis minutos fatales”: comenzó a las 2:58 y finalizó a las 3:04.

Informes de ADN

Por su parte, el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, indicó ayer en rueda de prensa que la Policía Judicial ya ha entregado dos informes de ADN a la jueza que “implican directamente a los dos principales autores de los hechos”. Respecto a la otra incógnita por resolver, ha detallado que registraron la casa del menor que tiene antecedentes y hallaron un objeto metálico que no es un puño americano, como ha aclarado.

Tras registrar la casa de uno de los agresores, hallaron un objeto metálico que pudo utilizar para agredir a Samuel

La Policía develó, igualmente y a través de una nota de prensa, que varios testigos de la agresión a Samuel Luiz vieron a una persona con “una navaja que sacó del bolsillo delantero” del pantalón y que le daba patadas a la víctima mientras estaba en el suelo.

¿Delito de odio?

Miñones detalló también que la investigación policial cuenta con 41 pruebas testificales y el volcado de datos obtenidos, entre otros, de las redes sociales, para esclarecer las circunstancias en las que se produjo el crimen. De hecho, la Policía Nacional mantiene abierta la investigación y analiza, entre otras cuestiones, si las pruebas recabadas podrían concluir en que detrás de la motivación hubo un delito de odio.

Sobre esta cuestión, el delegado del Gobierno en Galicia, y ante la posibilidad de que detrás de lo sucedido hubiese una agresión homófoba, ha explicado que va a ser la jueza la que dictamine "si existe ese delito de odio". "Se está trabajando con exquisitez en la motivación de la agresión", añadió el jefe superior de Policía de Galicia, José Luis Balseiro, que insistió en que por el momento "no está comprobada esa motivación".

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Otro de los detalles que se conocieron ayer es que los detenidos por el crimen de Samuel (con edades entre los 16 y los 25 años), a los que se les imputa un delito de homicidio o asesinato consumado, también están siendo investigados por otro de homicidio en grado de tentativa por las lesiones que causaron a Ibrahima Diack, el hombre senegalés que auxilió a la víctima mortal.

Ibrahima “cubrió con su cuerpo" a Samuel recibiendo por ello "agresiones que pudieron acabar con su vida”. Por ello, Miñones indicó que también se les investiga por un delito de homicidio, o asesinato, en grado de tentativa al senegalés al que ya se le ha concedido su permiso de residencia por intentar ayudar a Samuel.

De los seis detenidos, tres permanecen en prisión provisional, una ha sido puesta en libertad con comparecencias en el juzgado y dos menores han sido internados en un centro. A la única chica detenida la consideran encubridora.

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Agudo lamentó que “la colaboración de los detenidos ha sido nula”, salvo el cuarto, investigado también por haberse quedado supuestamente con el teléfono móvil de Samuel. Con todo, este se presentó en un primer momento en la comisaría de Policía como testigo y “no dijo la verdad”, explicó. Sobre los demás, contó que “los detenidos querían declarar, pero al entrevistarse con sus letrados no lo hacen”. Es lo que ha apuntado el comisario, que ha compartido que la chica podría ser “encubridora” pues, “si hubiera participado en la agresión, estaría en prisión”. De igual modo, la Policía sabe que los detenidos borraron contenido de sus redes sociales, factor clave en la investigación junto al visionado de las cámaras situadas en la zona y el volcado de datos de los móviles.