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La defensa del asesino de Laia alega que la confundió con un ladrón: "Él no vivía en el mundo real"
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La defensa del asesino de Laia alega que la confundió con un ladrón: "Él no vivía en el mundo real"

La abogada del acusado por el asesinato de Laia sostiene que no la agredió sexualmente, que en ese momento había tomado cocaína y que "no era consciente de lo que ocurría a su alrededor"

Foto: El acusado por el asesinato de Laia, la niña de 13 años asfixiada en Vilanova. Foto: Atlas
El acusado por el asesinato de Laia, la niña de 13 años asfixiada en Vilanova. Foto: Atlas

La defensa del acusado de asesinar a Laia, una niña de 13 años en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) en junio de 2018, a la que habría agredido sexualmente, ha alegado que su cliente estaba "desestabilizado" y "no vivía en el mundo real": "Acabó con la vida de Laia sin saberlo ni quererlo". Así lo ha sostenido ante el jurado popular de la Audiencia de Barcelona que juzga desde este lunes al asesino confeso, para quien la Fiscalía pide prisión permanente revisable por el crimen, que califica de "salvaje, brutal y cruel", presuntamente perpetrado con alevosía y ensañamiento en un contexto de un delito contra la libertad sexual, y 10 años de cárcel por un delito de agresión sexual a menor de 16 años.

Según la abogada Elisabet Martín, que ejerce la defensa, Juan Francisco L.O., entonces de 43 años, consumía alcohol y cocaína de forma "crónica", lo que le provocaba "alteraciones" en su capacidad de discernir la realidad, un estado mental que se había agravado por la inminente muerte de su madre y la mala relación con su padre, que lo habría amenazado con expulsarlo de casa. "No era consciente de lo que ocurría a su alrededor, ni de sus actos. En ese estado, acabó con la vida de Laia", ha señalado la letrada, quien ha aseverado que el día del crimen el acusado, "totalmente hundido", volvió al domicilio de sus padres apurado porque necesitaba ir al baño.

Foto: El vecino acusado del asesinato de Laia. (EFE)


Confundió a la niña con "un ladrón"

Juan Francisco, en prisión desde junio de 2018, se habría dejado la puerta de casa abierta y Laia -que bajaba del piso de sus abuelos para encontrarse con su padre en el portal- habría entrado por iniciativa propia, de forma que, al salir del baño, el acusado, creyendo que era un ladrón, habría agarrado dos cuchillos y, accediendo a una habitación a oscuras, "redujo al que creía su agresor".

"Así acabó con la vida de Laia, sin saberlo ni quererlo (...) sin saber que era una niña, ni aprovecharse de su vulnerabilidad", ha garantizado la abogada, quien ha negado que el procesado agrediera sexualmente a la menor, por lo que solicita que se lo condene únicamente por un delito de homicidio imprudente. De acuerdo con la defensa, el acusado "perdió el contacto con la realidad" cuando cometió el crimen, del que "se arrepiente profundamente": "No estaba viviendo en el mundo real y pensaba que estaba en otra situación cuando se produjo la muerte".

Supuesta atracción por mujeres asiáticas

La letrada también ha negado que su cliente tenga "tendencia o gusto por mujeres asiáticas" y ha aducido que si durante las pruebas periciales aparecen páginas web de pornografía china es porque Juan Francisco vivía en dicho país. "Eso no significa que mi representado tenga mayor o menor gusto por chicas asiáticas", ha enfatizado al volver a refutar que Juan Francisco agrediera sexualmente a Laia, nacida en China y adoptada cuando era bebé, y cuyo cadáver fue hallado semidesnudo, con un collar canino alrededor del cuello, debajo de un colchón en el domicilio del acusado, que cuenta con un antecedente por violencia machista.

Por estos hechos, la Fiscalía solicita también que el procesado indemnice a cada uno de los padres de la niña con 150.000 euros, al hermano con 50.000 euros, a los abuelos con 25.000 euros respectivamente y a las parejas de los progenitores con 10.000 euros por los daños morales causados.

La defensa del acusado de asesinar a Laia, una niña de 13 años en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) en junio de 2018, a la que habría agredido sexualmente, ha alegado que su cliente estaba "desestabilizado" y "no vivía en el mundo real": "Acabó con la vida de Laia sin saberlo ni quererlo". Así lo ha sostenido ante el jurado popular de la Audiencia de Barcelona que juzga desde este lunes al asesino confeso, para quien la Fiscalía pide prisión permanente revisable por el crimen, que califica de "salvaje, brutal y cruel", presuntamente perpetrado con alevosía y ensañamiento en un contexto de un delito contra la libertad sexual, y 10 años de cárcel por un delito de agresión sexual a menor de 16 años.

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