Absuelto tras ser denunciado por quitarse el condón en plena relación sexual sin avisar: no fue abuso sexual
"Le dije: 'no, no quiero continuar si no tienes el condón'. Y él me penetró, sin consentimiento por no tener condón".
Se conocían desde hacía dos años, pero se reencontraron en la madrugada del 5 de julio de 2019 durante un festival de música en Pineda del Mar, municipio de Barcelona. Cuando las luces y la fiesta terminaron, él, J.I. y ella decidieron irse juntos hasta el hotel en el que se hospedaba el hombre. Una vez allí, en el hotel Balmes de Calella, ambos decidieron mantener relaciones sexuales en la habitación. Pero antes de hacerlo, ella le pidió que usara un preservativo. Tras aceptar, él se lo puso; pero, en mitad de la relación, él se retiró el condón sin avisar a su compañera. Horas después, ella presentó una denuncia contra el chico que había conocido en el festival por abuso sexual después de que ella le dijera que no quería seguir teniendo sexo con él sin protección, a lo que el denunciado se negó y continuó sin el consentimiento de la denunciante. Pasado el juicio, la sentencia de la Audiencia de Barcelona ha sido clara: absolución.
En la sentencia, se considera como hecho probado que la joven denunciante "recriminó" a su compañero que se hubiera retirado el preservativo sin avisar. De acuerdo con la declaración que prestó la víctima, ella se negó a seguir manteniendo relaciones sexuales con el acusado (de origen mexicano), pero este se negó y continuó. Esta es la versión completa de la víctima:
"Empezamos a tener relaciones sexuales y yo tenía un condón, lo saqué y le dije que si lo podía usar. Dijo que sí, lo abrió, se lo puso; empezamos a tener relaciones sexuales con penetración vaginal. Pasaron unos minutos, unos cinco minutos, y noté que ya no lo tenía puesto y le dije:
— Para, no tienes el condón.
— Pues, ¿qué pasó? - me contestó.
Primero me asusté, le dije '¿tienes otro?' y él me dijo 'está bien, no te preocupes' y le dije 'no, no quiero continuar si no tienes el condón'. Y él me penetró, sin consentimiento por no tener condón. Le empujé y con mi frente le pegué en la frente y su nariz y le empujé porque él no quería parar. Era solo para que se asustara y se bajó de la cama. Los dos hablamos en inglés y yo hablaba fuerte. Le dije: 'no, sin condón no quiero tener relaciones'. Y continúa y le empujé y le dije no quiero sin condón".
Después, según el testimonio de la denunciante, él la besó pero no empleó la violencia en ningún momento; pero ella le dio "un cabezazo" para que la dejara. A continuación — coincidiendo los relatos por ambas partes —, ella "se disgustó" y quiso marcharse del hotel. El denunciado la acompañó hasta la calle para que ella pudiera pedir un taxi. Durante la espera, según el escrito del tribunal, ambos admitieron que "vieron un coche de Policía y ella no les dijo nada".
Tras escuchar la declaración de la víctima, la Fiscalía solicitó una pena de cuatro años de prisión para el acusado por un delito de abuso sexual, así como cinco años de libertad vigilada. La defensa del denunciado, por su parte, consideró desde un principio la total absolución de su cliente; siendo esta última la decisión que finalmente tomó el tribunal.
Los motivos de la absolución
Según refleja la sentencia, hubo varios motivos por los que se ha exculpado al acusado. En primer lugar, de acuerdo con el escrito, porque las declaraciones de ambos afectados difieren en cuanto al consentimiento o no consentimiento al mantener relaciones sexuales. La víctima asegura que ella se negó en varias ocasiones a seguir con ellas después de comprobar que el acusado se había quitado el preservativo y que él, sin embargo, continuó pese a sus negativas. Mientras que la defensa del mismo sostiene que su cliente "perdió la erección" debido al consumo de alcohol mientras estaban en el festival — ambos reconocieron que bebieron pero que no estaban borrachos en el hotel —, lo que motivó que "perdiera el preservativo de forma involuntaria"; pero asegura que cuando su compañera se dio cuenta, paró enseguida.
En segundo lugar, porque el tribunal considera insuficiente que la única prueba presentada contra el acusado sea la declaración de la víctima; no porque se considere inválido su testimonio sino porque, en un caso así, tal y como señalan, "debe extremarse el análisis de su declaración y de los indicios corroboradores de la misma. Algo que, a ojos de la Audiencia, no se hizo. "No se trata de creer o no creer a la considerada víctima, sino de analizar su relato con parámetros de rigurosidad y coherencia", añade el escrito. Además, la declaración únicamente se realizó mediante grabación, ya que la denunciante no se presentó al juicio oral y no pudo ser localizada.
La declaración se hizo por vídeo debido a que la víctima reside en Estados Unidos. Por ello, desde el Tribunal alegan que, mientras escuchaban su relato grabado, ni siquiera pudieron visualizar el rostro de la denunciante y, por lo tanto, tampoco lograron captar el movimiento de sus manos o sus gestos. Asimismo, destacan la dificultad en algunas partes de la toma de declaración de la testigo debido a que estaba hablando en un idioma distinto a su lengua materna.
Por último, de acuerdo con el testimonio de la víctima, ella dio un cabezazo al acusado para que este parara. Sin embargo, el denunciado no presentaba ninguna lesión y la acusación tampoco solicitó que se le realizara alguna exploración médica para comprobarlo, por lo que no había ningún "indicador" que demostrara esta leve agresión; como tampoco hallaron lesión alguna en la víctima tras ser examinada.
Asimismo, el tribunal vuelve a hacer referencia al hecho de que, después del presunto abuso sexual, ambos salieron de la habitación del hotel para salir juntos a la calle a pedir un taxi. "Hay un coche con agentes de Policía en las inmediaciones y no les dice nada, abandonando el lugar de forma tranquila", recoge el escrito. Contra la sentencia absolutoria, sin embargo, cabe interponer un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC).
Se conocían desde hacía dos años, pero se reencontraron en la madrugada del 5 de julio de 2019 durante un festival de música en Pineda del Mar, municipio de Barcelona. Cuando las luces y la fiesta terminaron, él, J.I. y ella decidieron irse juntos hasta el hotel en el que se hospedaba el hombre. Una vez allí, en el hotel Balmes de Calella, ambos decidieron mantener relaciones sexuales en la habitación. Pero antes de hacerlo, ella le pidió que usara un preservativo. Tras aceptar, él se lo puso; pero, en mitad de la relación, él se retiró el condón sin avisar a su compañera. Horas después, ella presentó una denuncia contra el chico que había conocido en el festival por abuso sexual después de que ella le dijera que no quería seguir teniendo sexo con él sin protección, a lo que el denunciado se negó y continuó sin el consentimiento de la denunciante. Pasado el juicio, la sentencia de la Audiencia de Barcelona ha sido clara: absolución.