Desarticulan una red delictivade tráfico de hachís procedente de Melilla

La Policía Nacional ha desmantelado una organización criminal dedicada al tráfico de hachís procedente de Melilla y destinado a la península. En el marco de la operación 'Hermes-Cuádriga' han sido detenidas nueve personas implicadas en el entramado y se han incautado de 1.400 kg de hachís, una plantación indoor de marihuana y se han embargado 14 inmuebles, dos naves comerciales, 55 vehículos y la suspensión de la actividad de las empresas pantalla utilizadas por la trama delictiva. En total, las autoridades han interceptado bienes de los miembros de la red valorados en un total de cuatro millones de euros.

Además, en los registros también se han intervenido 55 vehículos procedentes de robo, diverso material informático y de telefonía móvil, dispositivos de localización GPS y abundante documentación relacionada con la investigación y la suspensión de la actividad de 2 empresas vinculadas a los investigados. En medio de la investigación, en la que también ha participado la Guardia Civil, descubrieron que varios de los integrantes de la trama realizaban paralelamente operaciones de tráfico trasnacional de vehículos sustraídos en Francia.

Según informan las autoridades en un comunicado, dos de los integrantes de la organización —padre e hijo— afincados en Melilla eran los responsables de alquilar naves industriales en un polígono de la ciudad. Realizaban los trámites en persona y los pagos en mano y efectivo, con el fin de no dejar huella digital y tener cobertura legal para realizar operaciones lícitas.

Otro miembro de la organización ejercía de representante de la empresa que el líder administraba y se encargaba de contactar con organizaciones delictivas dedicadas al tráfico de hachís en Melilla o Marruecos. Una vez introducida la droga en Melilla era almacenada en las naves industriales alquiladas por el grupo, usando como cobertura legal la de ser una empresa importadora/exportadora de ropa.

Después, otra empresa consignataria despachaba la llegada a la ciudad de los semirremolques de ropa usada, procedente de Almería, que introducían en las naves.
Tras descargar la mercancía legal, introducían la droga en los remolques utilizados para traer la ropa en complejos dobles fondos realizados previamente, provistos de avanzados sistemas electrónicos de apertura, donde ocultaban dispositivos de seguimiento GPS, de tal forma que el líder de la organización controlaba en todo momento la localización del vehículo con la droga.

Una vez preparada y cargada en el semirremolque solicitaban a la empresa consignataria su traslado aparentemente vacío, hasta el Puerto de Melilla, donde lo embarcaban en los buques con destino a la península. La droga tenía como destino un polígono industrial en la localidad de Lorca (Murcia) donde, al igual que en Melilla, introducían el vehículo en una nave industrial que utilizaban como “guardería” para la descarga y almacenamiento hasta el momento oportuno de su distribución.