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Juicio por el 'crimen de la Guardia Urbana': "gotitas" de sangre, una barba afeitada y confabulación
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50 testigos han declarado

Juicio por el 'crimen de la Guardia Urbana': "gotitas" de sangre, una barba afeitada y confabulación

Una exreclusa desmiente la versión de la presa y una amiga de Peral asegura que vio rastros se sangre en la casa: el complot plagado de fallos que ven los investigadores

Foto: Continúa el juicio contra los agentes de la guardia urbana
Continúa el juicio contra los agentes de la guardia urbana

El juicio sobre el denominado como 'crimen de la Guardia Urbana' ha llegado a su segunda semana y, en total, ya han sido medio centenar los testigos que han declarado ante el juez de la Audiencia de Barcelona, entre los que se encuentran familiares, amigos y compañeros de profesión. Por el momento, se desconoce el verdadero grado de participación que tuvo cada uno de los acusados, Albert López y Rosa Peral, en el asesinato del agente Pedro Rodríguez en 2017 y sin más pistas que falsos testigos, restos de sangre y confabulación entre los examantes.

Foto: Rosa Peral y Albert López en la cuarta sesión del juicio. Foto: Atlas

Todas los testimonios recogidos por los testigos servirán para esclarecer lo ocurrido en la madrugada del 1 al 2 de mayo de 2017, cuando el agente fue asesinado y cuyo cuerpo fue encontrado en el maletero de un coche calcinado en las inmediaciones del pantano de Foix. Hasta ahora, las acusaciones han sido cruzadas entre Peral y López, quienes se echan la culpa mutuamente ofreciendo versiones contradictorias.

El resumen del caso, según ha destacado uno de los investigadores del caso, está plagado de "errores" y "connivencias" en lo que considera que ha sido un "plan preparado" entre ambos amantes para acabar con la vida de Rodríguez.

Desacreditan la versión de la reclusa

Uno de los testigos más reseñables de esta semana ha sido el de una antigua reclusa de la prisión de Wad-Ras en la que permanece encarcelada la acusada de forma preventiva y que ha tumbado por completo la revelación de una reclusa que aseguró ante el juez que en una conversación mantenida con Peral esta le expresó sus sospechas de que su exmarido estuviera detrás del crimen, para luego pasar a culpar al otro acusado.

Según este mismo relato, la procesada habría drogado a la víctima antes de asesinarla administrándole unas pastillas para que se calmara. Sin embargo, esta nueva testigo desmiente esta versión y asegura que Peral siempre sospechó de López como el asesino de su entonces pareja y que la amenazaba con hacer daño a sus hijas si lo contaba a la Policía, según recoge Efe.

Foto: Resumen de las cuatro primeras jornadas del juicio por el conocido como 'crimen de la Guardia Urbana'. Foto: Efe

De acuerdo con el relato de la expresa, López "la llamó para que la siguiera con su coche" y que en ningún momento se percató de que su amante había matado a Rodríguez, ni de que el cuerpo de este se encontraba en el maletero. "Me dijo también que Albert había estado en su casa los días después para asegurarse de que ella no fuera a la policía", ha aseverado la testigo, quien ha contradicho el testimonio que brindó la otra reclusa dos semanas atrás.

Tras oír estas palabras, el propio magistrado se ha dirigido a la expresa para preguntarle si había recibido algún tipo de amenaza por parte de la acusada para posicionarse a su favor. La respuesta de la mujer ha sido tajante: "Absolutamente no".

Varias "gotitas" de sangre pero ninguna sospecha

En paralelo a esta declaración, compareció también ante el juez el martes una agente de la unidad de investigación de la Guardia Urbana de Barcelona, amiga y excolega de Rosa Peral. Según ha revelado, acudió en varias ocasiones a visitar a la acusada tras enterarse del asesinato de Rodríguez y fue en uno de esos días cuando vio "tres gotitas de sangre fresca" en el zócalo de mármol de la puerta inferior del domicilio, donde supuestamente se perpetró el homicidio.

placeholder Domicilio de Peral y la víctima en Vilanova i la Geltrú. Foto: Efe
Domicilio de Peral y la víctima en Vilanova i la Geltrú. Foto: Efe

"Le pregunté si se había hecho daño y me dijo que la perra tenía la regla y que ahí era justo donde se sentaba", ha señalado antes de apostillar que la explicación no le pareció "descabellada" y que, por eso, no le dio "más importancia". La testigo también apreció otros restos de sangre "del tamaño de un puño" en dos toallas sucias colocadas en la cama cuando acudió allí a ayudar a su amiga a limpiar la casa. Sin embargo, estas manchas tampoco le parecieron sospechosas: "Me dijo que mantenía relaciones con Pedro y que, para no manchar la cama, ponían la toalla para limpiarse".

Sin rastro del hacha...ni de la barba

Finalmente, en la décima jornada del juicio ha comparecido uno de los Mossos d'Esquadra que inspeccionaron el coche de López y que aseguran que durante el registro del vehículo lo encontraron "exageradamente limpio", con un "fuerte olor a gasolina mezclado con ambientador" y rastros de sangre en el asiento trasero. "No es normal si no eres extremadamente cuidadoso y lo limpias cada día", ha subrayado.

placeholder El acusado A. López. Foto: Efe
El acusado A. López. Foto: Efe

Además de los restos de sangre, el agente ha hablado también sobre el supuesto hacha que López habría utilizado para matar a Pedro — y el propio acusado aseguró haber comprado el día posterior al crimen —. Sin embargo, la existencia de este arma no ha podido ser probada de momento al no haber encontrado la mochila en la que estaba guardada y que, según Peral, el procesado lanzó a un descampado cercano a su chalet de Vilanova i la Geltrú (Barcelona). "No se encontró nada, ni mochila, ni objetos, ni restos biológicos", ha concluido el Mosso.

Otro de los detalles que ha desgranado y que podrían ayudar en el proceso es la frondosa barba que López se afeitó días después del asesinato y que los agentes creen que podría contener restos de gasolina o quemaduras.

El juicio sobre el denominado como 'crimen de la Guardia Urbana' ha llegado a su segunda semana y, en total, ya han sido medio centenar los testigos que han declarado ante el juez de la Audiencia de Barcelona, entre los que se encuentran familiares, amigos y compañeros de profesión. Por el momento, se desconoce el verdadero grado de participación que tuvo cada uno de los acusados, Albert López y Rosa Peral, en el asesinato del agente Pedro Rodríguez en 2017 y sin más pistas que falsos testigos, restos de sangre y confabulación entre los examantes.

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