Estos dos ingenieros han reforestado 1.000 hectáreas y creado 480 empleos en Las Hurdes

¿Qué queda en un bosque tras un incendio? Por lo general, cenizas y una deforestación que, en demasiadas ocasiones, no tiene vuelta atrás. Eso es lo que pasaba en Extremadura, concretamente, en la parte central de la comarca de Las Hurdes, en el valle del río Hurdano, una zona que en 2012 sufrió un grave incendio, afectando a la flora y fauna de una de las zonas de mayor riqueza ambiental de Extremadura.

Ahora, el paraje luce verdaderamente distinto, con 1.091 hectáreas completamente reforestadas y repartidas entre Caminomorisco (386 hectáreas que presumiblemente absorberán más de 100.000 toneladas de CO₂), Nuñomoral (635 hectáreas que absorberán presumiblemente más de 200.000 toneladas) y Piornal (70 hectáreas que absorberán presumiblemente más de 19.000 toneladas de CO₂). ¿Qué ha pasado en este tiempo?

La respuesta la encontramos en Enrique Enciso y Francisco Martínez, dos ingenieros españoles que en 2013 fundaron la empresa Sylvestris, con un objetivo clarísimo en mente: absorber la máxima cantidad de dióxido de carbono posible mediante las reforestaciones en la Península Ibérica.

Fruto de esta filosofía, en 2021, Fundación Repsol y Sylvestris iniciaron el proyecto Motor Verde, que pretende reforestar 70.000 hectáreas de bosque en los próximos años para la compensación aproximada de 16 millones de toneladas de emisiones de CO₂ y crear miles de empleos en el entorno rural, donde se realizan las plantaciones.

Enciso nos cuenta que este proyecto genera un triple impacto. En primer lugar, el impacto medioambiental, ya que “reforestamos zonas incendiadas o baldías haciendo nuevos bosques con especies autóctonas”.

En segundo lugar, el impacto social. En los últimos dos años, este proyecto ha dado empleo a 480 personas en el norte de Extremadura, que, además, son de las zonas en las que se ha intervenido. “Todos los trabajadores y empresas que contratamos son locales, con lo cual generamos oportunidades laborales de cercanía en la España Vaciada”

Además, este empleo va más allá del terreno físico y apuesta por adentrarse en la igualdad de oportunidades: “Contamos con cuadrillas de mujeres, que no suele ser lo habitual en este sector, además de con personas de colectivos vulnerables, bien porque viven en pueblos muy pequeños o porque son migrantes o tienen algún tipo de discapacidad”, añade. Además, Fundación Repsol ofrece formación en los entornos de las reforestaciones para mejorar la empleabilidad de sus habitantes.

En tercer lugar se sitúa el impacto económico. “De toda la financiación y los recursos que destinamos a este proyecto, más del 75% acaban en los lugares donde trabajamos. La reforestación no consiste solo en plantar árboles, sino que es una labor muy intensiva en mano de obra a posteriori para mantener lo que se ha hecho. De este modo”, asegura Enciso, “la riqueza generada se extenderá en el tiempo y en la zona”.

"Motor Verde es un programa de reforestación a gran escala en España y Portugal para compensar emisiones de CO₂ con dos aspectos diferenciales: el triple impacto que genera y por la innovación tecnológica en el terreno forestal", afirma Javier Torres, director de Repsol Impacto Social de Fundación Repsol. En este sentido, "los bosques son soluciones naturales que capturan CO₂ de la atmósfera a través de la fotosíntesis”.

Hasta ahora, la iniciativa ha contado con proyectos en diferentes regiones españolas, como Extremadura, Galicia, Asturias o Castilla y León, entre otras. Desde 2022, de hecho, ya ha realizado trabajos de reforestación y de gestión en más de 4.500 hectáreas que van a retirar de la atmósfera 1.600.000 de toneladas de CO₂. Todo esto, además, creando más de 1.300 oportunidades de trabajo local e inclusivo.