De la IA al algoritmo que descubre potencial oculto en RRHH: tres proyectos liderados por talento joven

Una funcionalidad de Alexa para Cruz Roja: Gerard Cegarra (27 años, Barcelona)

Primavera de 2020. Toda España está confinada. Es entonces cuando a Cruz Roja le surge un importante reto por resolver: ¿cómo ampliar su alcance a más personas mayores o afectadas por covid, entre otros colectivos? “Pese a tener ya muchas vías de comunicación en marcha, vimos una gran oportunidad de incorporar una vía nueva y adicional de interacción en el multicanal con las personas en un momento además tan delicado y que tanto valor añadido podrían aportar”, explican desde Cruz Roja.

Con esta nueva necesidad empezaron a trabajar junto a Accenture. Al otro lado se encontraba Gerard Cegarra, analista senior de inteligencia artificial de la compañía, para quien “participar en un proyecto como este significa hacer lo que me gusta con tecnología puntera, además de generar un impacto positivo en la sociedad. Es una combinación perfecta para sentirse realizado”. ¿La solución al reto? Desarrollar una funcionalidad de Alexa para que las personas vulnerables pudiesen consultar información relacionada con el covid-19, todo ello con tecnología de Amazon y un equipo multidisciplinar que desarrolló el sistema de inteligencia artificial con el que funciona la aplicación de voz.

"Por ejemplo, una persona mayor es más vulnerable que la persona media ante la pandemia porque tiene ciertas necesidades y más riesgo ante el virus", nos cuenta Cegarra, así que el objetivo estaba claro, pero la metodología aún estaba por definir. "Unimos perfiles de gestión y de desarrollo para crear un canal de información que no dependiera de conectarse a medios de comunicación digitales, sino que se pudiera interactuar con la voz".

“Participar en este proyecto significa hacer lo que me gusta con tecnología puntera, además de generar un impacto positivo en la sociedad. Es una combinación perfecta para sentirse realizado”

La solución llegó al "crear una interfaz de voz inteligente que puede entender al usuario cuando le habla de varias maneras, sin necesidad de mandarle comandos concretos, e introduciendo la forma natural para el usuario de interactuar, de acceder a esa información y a ciertos servicios que le puedan ayudar tanto a prevenir el covid como a gestionar el estrés durante los confinamientos o incluso a hacer ejercicio en casa".

Este proyecto, desde su punto de vista, tiene una ventaja doble: “A Cruz Roja se le da la posibilidad de aumentar su alcance a ciertos colectivos vulnerables como la gente mayor o gente con ciertas dependencias, porque quita la barrera de usar la interfaz de un ordenador o un móvil, y lo hace directamente mediante la voz”. Por otro lado, “las personas que usan esta aplicación de voz pueden interactuar con Cruz Roja y obtener información sin tener que pasar por esa barrera”. Hasta ahora, más de 3.000 personas se han beneficiado de esta herramienta, que ya ha evolucionado para adaptarse a dispositivos con pantalla incluyendo imágenes y visuales.

Realidad aumentada para ser más productivos: Cristina Dai (32 años, Barcelona)

Estamos acostumbrados a ver gafas de realidad aumentada en las películas o en proyectos empresariales muy a largo plazo, pero ¿te las imaginas en el día a día de una empresa? Eso es precisamente lo que pasa en Merck, compañía líder en ciencia y tecnología, que hace tiempo acudió a la consultora con un objetivo en mente: facilitar el trabajo de sus operarios y hacerlo más productivo.

Al frente de la respuesta se situó Cristina Dai, manager de Industry X de Accenture especializada en proyectos de transformación digital, quien siempre ha tenido una palabra fijada en su cabeza: innovación. “Siempre he estado involucrada en proyectos muy innovadores en la compañía: desde proyectos de IoT (Internet of Things) a definir nuevos servicios para coches conectados o a proyectos relacionados con el trabajador conectado como este”, asegura. “Para mí, trabajar en proyectos que aportan innovación, tecnología y nuevas maneras de hacer las cosas es muy motivador y me empuja a querer seguir aprendiendo”.

Ella y su equipo decidieron que, para que el trabajo en el área de envasado de Merck fuera más eficiente, iban a hacer uso de este tipo de tecnología: “Se basa en realidad aumentada y en dispositivos 'wearables'. Lo que hemos hecho es proporcionar a los empleados unas gafas inteligentes que sirven como guía para que puedan ver, paso a paso, las tareas del proceso que tienen que realizar”. El objetivo, asegura, es “facilitar las tareas y que la propia compañía pueda tener datos de la productividad y la calidad de todas las ejecuciones”.

“Estamos reduciendo el número de errores humanos. Al tener una herramienta de soporte guiándoles paso a paso lo hacen más rápido, con menos errores y produciendo más”

Aún es pronto para sacar resultados al dedillo, pero Dai lo tiene claro: “Estamos reduciendo el número de errores humanos que puede haber en un proceso complejo. Al tener una herramienta de soporte guiándoles paso a paso lo hacen más rápido, con menos errores y produciendo más”.

El proyecto, como en otros casos, ha contado con un equipo multidisciplinar: “Es un buen ejemplo de cómo trabajamos como 'One Accenture', como una sola compañía, mezclando perfiles muy distintos y con conocimientos diferenciales. Nuestro equipo tiene experiencia en soluciones de digitalización de los trabajadores y se ha aliado con perfiles que tienen el conocimiento y la experiencia en la industria farmacéutica, así como con perfiles de tecnología que nos han ayudado a ‘customizar’ la solución”.

IA aplicada al talento: Andrea Hernández (33 años, Alicante)

A veces los mejores proyectos surgen cuando se plantean como algo meramente interno. Con esto precisamente se encontró Andrea Hernández, una colombiana afincada actualmente en el equipo de innovación de Accenture en Alicante. “Desde el área de Recursos Humanos teníamos mucha información y necesitábamos reconocer el valor de cada una de las capacidades que se necesitan, así como gestionar a las personas de forma más segmentada y personalizada. El uso intensivo del dato es una necesidad y cómo utilizar todos los datos posibles que podamos tener de nuestros profesionales realmente puede facilitar otras cosas. Por ejemplo, nosotros lo utilizamos para descubrir talentos ocultos, ‘reskilling’, formación, etc”.

Para esta tarea, todos comenzaron con algo ‘sencillo’: evaluar los datos estructurados (el CV, básicamente) de los compañeros para evaluar si podían tener necesidades formativas. Sin embargo, el proceso fue mucho más allá. “Ahora también analizamos los datos no estructurados: las motivaciones del empleado, los programas o las redes que sigue internamente, sus intereses, los cursos que ha hecho…” nos cuenta. Con ello, las distintas áreas de RRHH, -que cuentan con inmensidad de datos de valor y que colaboraron intensamente con el equipo de negocio para el desarrollo del proyecto, - pueden saber qué habilidades tiene cada empleado, haciendo más fácil la gestión de proyectos y la asignación de perfiles internos. “Para los encargados de proyecto también es positivo, porque aseguran contar en su equipo con personas que tienen las habilidades que necesitan. Y, por último, el principal beneficiado es el empleado, ya que le van a asignar un proyecto que le interesa, y eso motiva mucho".

El principal beneficiado es el empleado, ya que le van a asignar un proyecto que le interesa, y eso es fuente de motivación.

Lo más curioso de todo es que lo que empezó como un reto meramente interno ha tenido salida externamente: "Vimos que podía escalar y ofrecerse a los clientes, ya que también manejan gran número de datos de sus empleados y en la mayoría de los casos no están gestionándolos de la mejor forma. La solución ha sido muy bien recibida porque es un beneficio no solo para la empresa sino también para sus equipos".