Ofrecido por Endesa

Iluminando el futuro

Formando informáticos en el barrio más pobre de España: la otra cara de las Tres Mil Viviendas

Por EC Brands

La escuela Don Bosco F5 forma en digitalización a los colectivos más vulnerables para promover su inserción en el mundo laboral

Aurora tiene 42 años y reside en las Tres Mil Viviendas desde que tiene uso de razón. Creció en las calles del barrio más pobre de España; las mismas que hoy también ven crecer a sus dos hijos. Un área formada por seis barriadas dentro del Polígono Sur, en Sevilla, cuyo origen se remonta a los años 60. El objetivo era conformar un gran parque público de residencias para alojar a los más vulnerables de la zona. Hoy, el tráfico de drogas y la delincuencia conviven con vecinos que intentan buscar una oportunidad laboral y social, prendiendo una etiqueta al barrio difícil de eliminar. “Vivimos en un territorio muy degradado socialmente y las personas aquí no lo tienen nada fácil”, apunta Aurora.

Pero detrás de los 35.000 habitantes del Polígono y de la alta tasa de desempleo —que alcanza el 60%— hay personas de todo tipo. Desde familias obreras con escasos recursos, hasta grupos procedentes de varios asentamientos chabolistas. Y entre ellos, muchas historias de superación. Aurora es un ejemplo. No tiene trabajo; su marido tampoco. Pero a día de hoy, sigue luchando por dar un vuelco a su vida: “Estudié un módulo superior en desarrollo de aplicaciones informáticas hace 20 años en el instituto del barrio, pero nunca trabajé de ello. Hoy, lo que más deseo es retomar mi carrera profesional en el ámbito de la tecnología y tomar un nuevo rumbo”.

Aurora sentada con su ordenador

Dos de cada tres personas en el Polígono Sur son analfabetas totales o funcionales y apenas el 7% ha obtenido alguna titulación profesional o universitaria

Aurora es uno de los 25 alumnos de Don Bosco F5, la primera escuela digital inclusiva de Andalucía. Un ‘Bootcamp’ intensivo y gratuito que ya ha sido implementado con éxito entre diferentes colectivos vulnerables en más de 20 países y que se imparte en las instalaciones de la Fundación Don Bosco —entidad puesta en marcha por la Congregación Salesiana para gestionar proyectos de intervención social— en el Polígono Sur. “Intentamos ayudar a estas personas a que encuentren su camino y se preparen para acceder a empleos con salarios seguros”, afirma Andrés González, salesiano y párroco de Jesús Obrero del Polígono Sur.

El programa formativo arrancó hace apenas cinco meses con el apoyo del Comisionado del Polígono Sur y el Ayuntamiento de Sevilla y con el sostén económico de empresas como Endesa, que ha contribuido con 105.000 euros para su desarrollo. “La pandemia mundial generada por el covid-19 ha alejado aún más a las personas más vulnerables del entorno digital, haciendo aún más grande la brecha que ya existía. Esta iniciativa de la Fundación Don Bosco Salesianos Social permite dar un paso adelante en esta área a muchas personas que lo necesitan y por eso Endesa ha querido dar su aportación”, explica José Juan Bocarando, responsable de relaciones institucionales de la compañía en Andalucía.

Digitalización para reducir el paro

Dos de cada tres personas en el Polígono Sur son analfabetas totales o funcionales, es decir, sin estudios, y apenas el 7% ha obtenido alguna titulación profesional o universitaria, según datos del Plan Integral del Polígono Sur de Sevilla. El objetivo de Don Bosco F5 es dotar de los conocimientos tecnológicos demandados por las empresas a los colectivos más vulnerables, desde mujeres en situación de precariedad, hasta desempleados de larga duración o jóvenes extutelados por la Administración Pública. “No podemos tener un barrio de estas características de espaldas a la ciudad”, afirma Jaime Bretón, comisionado del Polígono Sur. “Una de las cosas positivas que tenemos en la zona es que hay mucha gente joven, tenemos que formarla, insertarla laboralmente y que contribuyan al resto de la ciudad”.

Aula con ordenadores y jóvenes

La formación tiene una duración de 1.000 horas y no exige conocimientos previos en el ámbito de la tecnología

Además de la de Aurora, entre los alumnos de Don Bosco F5 se encuentran otras historias de vida como la de José Enrique Mejía, un joven de 25 años que, tras haber pasado parte de su adolescencia en un centro de menores, tiene muy claro hacia dónde quiere encarrilar su futuro: “Durante el tiempo que estuve en este centro me separaron de mi familia y de mi entorno. Fue lo más complicado. Ahora estoy convencido del camino que quiero seguir, la informática me apasiona, y voy a esforzarme al máximo para que esta educación tenga una repercusión positiva en mi vida”, subraya.

La formación tiene una duración de 1.000 horas y no exige conocimientos previos en el ámbito de la tecnología. “Cuando hicimos la selección, buscábamos personas que tuvieran una alta motivación, capacidad para trabajar en equipo y, sobre todo, disponibilidad para cumplir estas 1.000 horas. Queremos que acaben bien preparados para trabajar en el sector”, señala Antonio Mengual, director de la Fundación Don Bosco Salesianos social. El punto en el que se encuentran los alumnos a día de hoy les está sorprendiendo gratamente: “En tan solo unos meses están desarrollando proyectos de alto nivel tecnológico, muestran una gran implicación y llevan un ritmo de trabajo altísimo”.

“Intentamos ayudar a estas personas a que encuentren su camino y se preparen para acceder a empleos con salarios seguros”

Algunas empresas del sector privado están colaborando con la escuela para ofrecer prácticas a los estudiantes cuando finalicen la formación. Un ejemplo es GlobátiKa, una compañía de peritación informática liderada por Ángel González: “Para nosotros, lo importante en un trabajador son los cimientos, es decir, que tenga un buen corazón y ganas de salir al mercado laboral. En cuanto a lo demás, el mundo de la informática cambia constantemente, por lo que iremos modelando a los trabajadores”, cuenta.

Actualmente, Endesa y Don Bosco también colaboran en la Escuela Ocupacional que la Fundación tiene en el Polígono Sur, donde se está formando a 20 jóvenes que se encuentran en una situación de especial dificultad. La ayuda de la energética se enmarca dentro del Plan de Responsabilidad Pública (PRP) que la compañía puso en marcha en el mes de marzo y por el que se han movilizado 25 millones de euros, distribuidos casi a partes iguales entre ayuda médico-sanitaria y apoyo a pymes, desempleados, y familias y colectivos en situación de vulnerabilidad. “Si el problema del Polígono Sur tiene solución, será a través de las sinergias entre fundaciones, empresas y administraciones, no hay muchas más opciones”, concluye Bretón.