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Pero ¿el clima no se estaba calentando?
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Frío intenso y esporádico

Pero ¿el clima no se estaba calentando?

La borrasca Filomena ha vuelto a dar argumentos a los negacionistas del cambio climático. Confundir 'el tiempo' con el clima es algo habitual y fomenta creencias falsas

Foto: Temporal de frío y nieve en Madrid. (Foto: EFE)
Temporal de frío y nieve en Madrid. (Foto: EFE)

Es un clásico del cuñadismo de estos días desautorizar a los científicos que siguen la evolución de la crisis climática y cuestionar los datos que certifican el calentamiento global acudiendo al temporal de frío y nieve que acabamos de sufrir.

Una vez más, aprovechando la confusión entre tiempo y clima que tiene la gente, los negacionistas se han vuelto a venir arriba elevando la anécdota a categoría, como hacía su gurú Donald Trump.

"Es perfectamente compatible un temporal de frío y nieve con el hecho de que las temperaturas medias están subiendo en todo el planeta"

El catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona Javier Martín Vide, uno de nuestros climatólogos más reconocidos, atiende de nuevo a mi llamada para aclarar los conceptos: "Las intensas nevadas y el acentuado descenso de temperaturas que nos ha dejado el paso de la borrasca Filomena es un fenómeno puntual que se inscribe en la escala meteorológica, que es muy distinta a la climática".

Hace unos años el profesor Martín Vide me ayudó a entender la diferencia entre ambas escalas con una acertada comparativa. Según su explicación, el clima sería una película entera, mientras que el tiempo meteorológico es apenas un 'frame': la foto de una escena.

La confusión consiste en elevar de rango al tiempo meteorológico hasta convertirlo en categoría, que es lo que corresponde al clima. Porque no tiene nada que ver el tiempo que ha hecho esta semana o que hará este invierno con la evolución del clima en su conjunto.

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"Es perfectamente compatible un temporal de frío y nieve que hunda los termómetros durante unos días, incluso durante unas semanas —señala el científico— con el hecho constatado de que las temperaturas medias están subiendo en todo el planeta y de manera mucho más acentuada en nuestro país", explica el catedrático.

Por norma general, la labor de los meteorólogos consiste en evaluar y pronosticar la evolución del tiempo a corto plazo. Sus fuentes de información son los radares y satélites meteorológicos, los mapas de presión atmosférica (o de isobaras), el avance de los frentes nubosos, la fuerza y dirección del viento y otros datos concernientes a la evolución de la atmósfera. Con todos esos datos, y con la experiencia acumulada, son capaces de elaborar predicciones a 12, 24, 48 y hasta 72 horas con un margen de acierto cada vez más fiable.

placeholder El impacto de la borrasca Filomena en la península. Foto: EFE
El impacto de la borrasca Filomena en la península. Foto: EFE

Sin embargo esos pronósticos son mucho más difíciles de elaborar en un clima como el mediterráneo, caracterizado por su alta variabilidad y sometido a tantos giros imprevistos.

Sin ánimo de resaltar y poner en valor la difícil tarea de nuestros hombres y mujeres del tiempo, es muy fácil ser hombre o mujer del tiempo en países de clima continental donde el tiempo es prácticamente una constante a lo largo del año y en todo el territorio; pero no en España, donde podríamos decir que no ya cada comunidad, sino casi cada provincia tiene un clima propio y diferente al resto. De ahí que a veces nuestros meteorólogos yerren.

Foto: EC. Opinión

Los climatólogos, en cambio, trabajan a una escala mucho más lenta. Sus datos refieren a periodos de tiempo cronológico más prolongados. No miran los radares y los mapas de isobaras, sino que analizan las estadísticas de temperaturas y precipitación acumuladas durante varias décadas. Así, los científicos que siguen la evolución del clima necesitan observar y analizar los datos meteorológicos comprendidos en periodos de 30 años para obtener un dato climático que les permita establecer una tendencia. Y precisan de varios datos (que son siglos) para confirmarla. Por eso, cuando los climatólogos nos dicen que el clima se está calentando, con independencia del frío que haga hoy, es que lo está haciendo. Inequívocamente.

Pero es que aún hay más

Si observan cualquiera de las gráficas que muestran la evolución al alza de las temperaturas medias del planeta en el último siglo, observarán que esa curva ascendente no es una línea recta sino que avanza hacia arriba en zigzag. Y las puntas de ese zigzagueo son cada vez más pronunciadas.

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Y es que todos los informes sobre la evolución del clima y todos los modelos elaborados por los expertos coinciden en señalar una tendencia que se fortalece: los fenómenos extremos se están agravando y sus periodos de recurrencia se van acortando. Sequías desoladoras que dan paso a grandes inundaciones, olas de calor asfixiantes seguidas de periodos de frío intenso…

Esa alta variabilidad no solo cabe dentro de la teoría del calentamiento global sino que la refuerza. Y a quienes venimos alertando de las graves consecuencias a las que nos avoca la crisis climática Filomena no nos desautoriza, sino todo lo contrario: nos avala. Por eso apelamos a tomar nota de este tipo de episodios para ser conscientes del riesgo al que nos enfrentamos y emprender los cambios necesarios para evitar que se den cada vez de manera más grave y frecuente.

Es un clásico del cuñadismo de estos días desautorizar a los científicos que siguen la evolución de la crisis climática y cuestionar los datos que certifican el calentamiento global acudiendo al temporal de frío y nieve que acabamos de sufrir.

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