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Las viviendas del futuro que potenciarán el ahorro

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Vivienda con paneles solares
Vivienda con paneles solares

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os expertos nos explican cuáles son los caminos que llevarán a nuestros hogares a ser más sostenibles en pocos años

Por Tomás Muñoz M.

En España, las ciudades concentran el 70% de la población y en ellas se consume el 40% de la energía final, según el informe ‘Ciudades energéticamente sostenibles’ de Deloitte. Estos datos dejan entrever que las ciudades serán claves para la transición energética de nuestro país. Los hogares son una de las principales fuentes de emisiones, por lo que el modelo actual está en plena transición, buscando la fórmula para hacerlo más eficiente.

La mayoría de los especialistas coinciden en señalar que las viviendas del futuro serán autónomas e inteligentes. José María Espejo y Agustín Manzano, director y manager de Financial Advisory de Deloitte, explican que “la sensorización y la domótica serán la piedra angular de la sostenibilidad y la eficiencia” de los futuros hogares. Asimismo, serán imprescindibles “las mejoras técnicas y constructivas”, tales como “aislamientos y cerramientos exteriores de alta calidad o instalaciones con mayores rendimientos”, matizan.

“Poco a poco, los edificios pasarán a ser ‘prosumidores’, de tal manera que producirán, almacenarán y consumirán energía al mismo tiempo”

En este sentido, desde hace años se habla de las ‘passivhaus’ o casas pasivas, como paradigma de construcción idóneo para convertir el hogar en un lugar habitable pero no contaminante. Espejo y Manzano confirman que “la construcción será la antesala de los denominados edificios de consumo negativo”, es decir, inmuebles que producen más energía de la que demandan”.

En la misma línea se pronuncia Eneritz Barreiro, responsable de Ecosistema Urbano en Tecnalia, que apunta que el objetivo es que “los edificios pasen a ser ‘prosumidores’, de tal manera que produzcan, almacenen y consuman al mismo tiempo”. La experta en investigación y desarrollo tecnológico asegura que, de esta forma, se pueden crear nodos energéticos en determinados distritos. Y pone un ejemplo: “En algunos casos, hay grandes superficies de cubierta aprovechadas con placas fotovoltaicas que generan más vatios de los que utilizan. La idea es que este excedente se vuelque en la red y el resto de viviendas de la zona lo puedan aprovechar“. Es decir, crear comunidades energéticas en las grandes urbes.

Edificio antiguo de viviendas

¿Y los edificios antiguos?

La realidad del parque inmobiliario español obliga a los investigadores a reflexionar sobre los dos grandes hándicaps autóctonos de nuestro país. A la antigüedad y obsolescencia de numerosas construcciones se suma una ubicación en barrios y ciudades con gran densidad de población, donde no abundan las casas individuales. A priori, ambos factores complican la adaptación energética de los hogares, aunque tanto compañías privadas, como administraciones públicas, ya trabajan de forma decidida para solventarlos.

Sin embargo, desde Tecnalia consideran que las construcciones antiguas son, precisamente, donde más potencial de ahorro existe. La solución que defiende Eneritz Barreiro pasa por “actuar sobre los estándares energéticos” y propone los “sistemas industrializados” como medio para hacerlo. “Para entenderlo, podemos decir que son como las piezas de un Lego que se montan de forma sencilla y poco invasiva, a la par que ahorran tiempo a los profesionales encargados de la rehabilitación, ya que todo viene diseñado previamente y su implantación es rápida y estandarizada. Si acompañamos un aislamiento adecuado o la integración de renovables con dispositivos ‘plug-and-play’ (conectar y usar) será factible la incorporación de nuevas tecnologías en los edificios”, explica.

“Las herramientas digitales sirven para optimizar, indicando al propietario cuándo es mejor consumir o cuál es el origen de la energía consumida”

La llegada de las herramientas digitales a estos hogares servirán para “optimizar todos los procesos, indicando al propietario cuándo es más recomendable consumir o cuál es el origen de su energía”, apunta la especialista en Ecosistemas Urbanos. “El usuario pasa a estar en el centro de un contexto donde la domótica, la Inteligencia Artificial y el internet de las cosas serán determinantes a la hora de crear una gestión activa de la demanda y la producción”, aclara. El objetivo es que todas las aplicaciones informáticas y herramientas utilizadas para recoger y analizar los datos aportados por la propia casa sirvan para alcanzar la eficiencia y, por lo tanto, la sostenibilidad.

La domótica ya disponible

La domótica ya disponible

Para facilitar al cliente esta transición, las grandes compañías han comenzado a poner a su disposición productos y servicios tecnológicos que cubren las nuevas necesidades. Por ejemplo, la energética española Endesa, a través de su filial Endesa X, ha sacado a la venta una nueva solución inteligente para las viviendas llamado Homix que permite al usuario administrar de forma sencilla y remota la calefacción, la seguridad, la iluminación o cualquier ‘smart device’. Su premisa es lograr un entorno único dirigido desde su pantalla táctil, que se puede fijar a una pared y se convierte en un centro de control, aunque igualmente se pueden dirigir todas las funciones mediante una ‘app’ para móvil o con comandos del famoso altavoz Alexa.

En lo que se refiere al modelo de ‘prosumidor’, también Endesa X ofrece tecnología solar fotovoltaica, poniendo a disposición de cualquier tipo de usuario la obtención de su propia energía eficiente y sostenible. Ofrece asesoramiento profesional para identificar qué necesita el cliente o la pyme, desde una instalación para aquellos que solo quieren las funcionalidades básicas hasta los que buscan una instalación de autoconsumo con almacenamiento para maximizar su independencia energética. El servicio incluye estudio, trámites, gestión de posibles ayudas y la instalación. Hoy tener una instalación fotovoltaica en casa no es solo posible sino que la energética compensa a sus clientes por los excedentes de energía que viertan a la red.