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¿Cómo escapar de la espiral de la pobreza energética?

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Pareja acomodada junto a una manta
Pareja acomodada junto a una manta

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pesar de la dificultad para tener datos fiables, lo que sí se sabes es que el número de personas afectadas por la pobreza energética se ha incrementado tras la pandemia

Por Tomás Muñoz M.

Cada invierno, las personas con menos recursos se enfrentan al problema que supone calentar sus hogares. Esta incapacidad para mantener una temperatura adecuada en la vivienda es lo que se conoce como pobreza energética, un concepto que tiene reconocimiento oficial en España desde que se aprobara una estrategia nacional con medidas urgentes para proteger a los consumidores más vulnerables. A estos se han sumado recientemente nuevos colectivos debido a la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus.

Administración pública, organizaciones humanitarias y compañías eléctricas ya trabajan para que nadie pase frío en los meses más duros del año. Sin embargo, los hándicaps a los que se tienen que enfrentar son numerosos, como la falta de datos por la inmediatez de la situación. “Las cifras más recientes corresponden a 2019 y, en muchos casos, se trata de estadísticas correspondientes realmente a 2018. Esto ocurre, por ejemplo, en el caso de la Encuesta de Condiciones de Vida que realiza el INE, que trabaja con casi dos años de desfase”, aclara Aitana Alguacil, responsable de Pobreza Energética de European Anti Poverty Network España (EAPN-ES).

Cruz Roja prevé atender a 2.000 personas más este año por situaciones de pobreza energética, lo que supone un incremento del 15%

La representante de EAPN-ES también hace mención a otro documento desfasado, el ‘Informe de Actualización de Indicadores 2020 de pobreza energética’, publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) a mediados de noviembre. En este texto se refleja que los datos de 2019 habían mejorado hasta el punto de situarse en valores similares —e incluso inferiores— a los de 2016. La experta matiza que esto sucede porque “el programa se implantó en 2017 enfocado a atenuar los efectos de la anterior recesión. De hecho, la política del Bono Social Térmico había permitido mejorar, pero con el difícil contexto actual han aumentado significativamente el número de damnificados por este tipo de carestía”.

El MITECO se basa en los cuatro indicadores que marca el Observatorio Europeo contra la Pobreza Energética para establecer que existe, efectivamente, ese tipo de desigualdad: un gasto energético en relación con los ingresos que doble a la mediana nacional; un gasto energético absoluto inferior a la mitad de la mediana nacional; la incapacidad para mantener la casa a una temperatura adecuada; y el retraso en el pago de las facturas.

Aunque desde European Anti Poverty Network España se reconoce que el Gobierno “trabaja actualmente para mejorar los criterios de acceso al bono social”, todavía “se tienen que revisar los parámetros, ya que existen realidades que quedan fuera”. Aitana Alguacil concreta que “pese a que desde septiembre se reconoce como afectadas a las familias con miembros en situación de desempleo o en ERTE, así como a aquellos trabajadores obligados a reducir su jornada por el cuidado de un dependiente, este criterio se ha establecido solo hasta junio. Nosotros creemos que la crisis durará mucho más”, destaca.

Madre con su pequeña en un día de frío

En busca de ayuda por primera vez

Un indicador del incremento de la pobreza energética es el escenario manejado por Cruz Roja. El organismo humanitario ha atendido en lo que va de 2020 a casi 15.000 personas y sus previsiones son de ayudar a 2.000 más antes de que termine el período. Este aumento supone un 15% más que las previsiones al inicio del año. “Con el impacto del covid-19 hemos visto cómo las necesidades se han disparado”, indica Sara Casas, responsable del Departamento de Medio Ambiente de la entidad internacional. “Nos estamos encargando de mucha gente que acude por primera vez a servicios sociales”.

Antes de la pandemia, la estrategia de la organización para terminar con la pobreza energética comenzaba con una visita al domicilio de los afectados para valorar sus necesidades. “Se trata de comprobar el confort existente en el hogar o, por ejemplo, que no haya humedades o una caldera en mal estado. Con esta nueva coyuntura han tenido que adaptar el proyecto y ahora llaman por teléfono, contactan por WhatsApp o incluso realizan videollamadas y talleres ‘online. “El objetivo es hacer un asesoramiento personalizado. Para ello recogemos todo tipo de información relacionada con el estado de la vivienda, hablamos sobre hábitos y les preguntamos sobre su factura eléctrica”, concreta Casas.

Persona mayor mirando una factura

En algunos casos se envía al domicilio a un voluntario especializado para terminar la evaluación y, finalmente, “se le facilita a la familia un kit de microeficiencia para responder a sus necesidades”. Este paquete básico puede estar constituido por material aislante para puertas y ventanas, bombillas de bajo consumo, reductores del caudal para grifos, así como alfombras o mantas. “Al mismo tiempo les asesoramos en las gestiones que deben realizar para recibir el Bono Social Térmico y comprobamos que no existe ningún gasto innecesario en la factura de la luz”. Además, en los casos más excepcionales “se hace un pago del suministro, pero se trata del último recurso, ya que realmente nuestro objetivo es que escapen de esta situación de forma definitiva y que no se repita año tras año”, apuntan la responsable del Departamento de Medio Ambiente.

Ante el incremento de peticiones, el reto de la Cruz Roja es ampliar la cantidad de colectivos atendidos. Para lograrlo, la organización también cuenta con el apoyo de grandes compañías como Endesa, “que colaboran a través de sus técnicos y expertos. Su experiencia y formación son tremendamente útiles para nosotros a la hora de evaluar las circunstancias de las familias y asesorarles”, apunta Sara Casas. Del mismo modo, les ayudan a capacitar a otros voluntarios que no tienen estos conocimientos “y nos mantienen actualizados en lo que a ayudas y subvenciones públicas se refiere”, remarca.

Hasta final de año la eléctrica renovará el Bono Social a 25.000 familias, que podrán beneficiarse de una reducción en la factura de entre el 25% y el 40%. Es un 7% del total de sus clientes. Endesa tramita un promedio de 24.000 solicitudes mensuales de Bono Social en toda España, de las cuales un 70% se resuelven favorablemente por parte del Gobierno con una vigencia de dos años. Pasado ese tiempo deben renovarlo para seguir recibiendo el descuento. El bono social supone un descuento en la factura, reduce la deuda de las familias y evita el corte de suministro.

Bloques de viviendas

En los últimos meses la compañía ha tenido que poner en marcha un Plan de Contingencia no solo porque las peticiones de esta ayuda se han triplicado en las últimas semanas, sino como una forma de asegurarse que las personas que lo tienen asignado lo renueven antes de que acabe el año o, los que cumplan los requisitos, lo soliciten.

Según datos de la compañía, 372.000 de sus clientes tienen ya asignado este bono: 59,5% son personas en situación de vulnerabilidad por criterio de renta, 32% familias numerosas, 8,2% pensionistas y un 0,3% son colectivos afectados por la crisis derivada del covid-19.

Además, la Ley del Sector Eléctrico estipula que no se puede interrumpir el servicio en una vivienda en la que haya, al menos, un menor de 16 años o una persona con discapacidad. En estos casos es Servicios Sociales quién ha de emitir un certificado que acredite estas circunstancias para ponerlo en conocimiento de la comercializadora.

La responsable de Medio Ambiente de Cruz Roja subraya que “trabajar para paliar la pobreza energética no sirve únicamente para erradicar esta preocupación social, sino que las actuaciones están en consonancia con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 y la batalla contra el cambio climático”. Estos criterios de eficiencia y su posterior aportación ecológica igualmente están recogidos en el texto de la Estrategia Nacional contra la pobreza energética 2019-2024 del Gobierno, así como en los planes de las principales compañías. Se trata de distintas manifestaciones de un mismo problema.