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Portugal, una oportunidad de mercado en energía renovable

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Lisboa desde el Tranvía 28
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l país vecino se ha erigido por derecho propio como avanzadilla del modelo energético sostenible europeo, pero también presenta características muy atractivas para las compañías españolas

Por Tomás Muñoz M.

En la necesaria carrera por descarbonizar la producción de energía, España ha pisado el acelerador con decisión en el último año con los planes de cierre de las últimas grandes centrales de carbón. El objetivo es generar electricidad que proceda únicamente de fuentes renovables en 2050. Se trata de un proceso paulatino que comenzó hace años y requiere esfuerzo, cooperación de los actores afectados y decisión a la hora de superar los grandes retos que quedan por delante. Un buen espejo en el que mirarse es el país vecino. El decidido impulso que ha dado Portugal a la energía limpia en los últimos años se ha convertido en referencia a nivel europeo.

Desde que el estado luso asumió en 2016 el compromiso de la neutralidad carbónica, las instituciones fijaron de forma rotunda varias metas: “Reducir los gases de efecto invernadero entre un 45% y un 55% en relación al año 2005, alcanzar un 35% de eficiencia y lograr un 47% en la incorporación de energías verdes en el consumo final”, según recoge su Plan Nacional de Energía y Clima (PNEC). Un año después de asumir ese compromiso de la neutralidad carbónica, y según datos de la Asociación Portuguesa de Energías Renovables (APREN), la suma de combustibles fósiles congregó en aquel año “un total del 58,2%” de la producción eléctrica, mientras que “las renovables sumaron un 41,8%”.

“El 54% de la producción eléctrica de Portugal se realiza con combustibles fósiles, el 23% con generación hidráulica, el 21% con eólica y el 2% con fotovoltaica”

Tres años más tarde la cifra ya es otra: “El 65% de la capacidad instalada es no contaminante, distribuida en 7,1 gigavatios de hidráulica, 5,4 de eólica y 0,7 de solar”, tal y como detalla Laureano Álvarez, socio de Monitor Deloitte. Pero las exigencias son mayores. “En 2030 se espera que la capacidad instalada sea en un 86% verde, gracias a que los modelos de desarrollo han pasado de un sistema FiT (acrónimo de ‘Feed-In Tariff’, un plan de tarifa regulada) a un sistema basado en subastas, del que están resultando precios muy competitivos”, concreta el experto.

Según desgrana el socio de Monitor Deloitte, “el 47% del consumo de energía final se realiza con productos petrolíferos, el 27% con electricidad, el 11% gas natural, el 8% renovables de uso final y el 7% mediante calor”, matiza.

Parque eólico

Con estas cantidades encima de la mesa, cabría preguntarse cuáles son las tecnologías con mayor producción y qué porcentaje tiene cada una para entender en qué línea se trabaja. A esta cuestión responde de nuevo Álvarez: “El 54% de la producción eléctrica se realiza con combustibles fósiles —carbón y gas natural—, el 23% con generación hidráulica, el 21% con eólica y el 2% con fotovoltaica”.

Portugal todavía emite 66 millones de toneladas de CO2 al año, sin contar los denominados sectores LULUCF (terrenos forestales, tierras de cultivo, humedales, pastizales o productos de madera recolectada, entre otros). “El objetivo planteado en el PNEC portugués es reducir más de un 40% las emisiones respecto al valor actual”, recalca Álvarez, pero entre los principales retos para lograr la penetración de renovables de forma sostenible se encuentra “acelerar el despliegue de nuevas tecnologías como el hidrógeno”. El especialista subraya que este “será una pieza clave en un modelo energético neutro” en el que igualmente es necesario abordar materias como “la electrificación de la demanda y el incremento de la eficiencia”.

Presa

Portugal sigue acatando con paso firme la estrategia de la Comisión Europea que aboga por la neutralidad climática. Las cifras que maneja la Asociación Portuguesa de Energías Renovables para las fechas señaladas por europa indican altos niveles de descarbonización, basados en que “la contribución de la electricidad renovable deberá ser del 85% en 2030, y del 94% en 2050, sin incluir la cogeneración”. Por lo tanto, alcanzar los objetivos del PNEC proporciona un amplio margen de crecimiento para el sector energético.

El estudio ‘El mercado de la energía solar fotovoltaica en Portugal’, encargado por la entidad pública ICEX España Exportación e Inversiones explica que el país vecino “aúna muchas condiciones favorables que la convierten en una interesante oportunidad de mercado”. Este informe elaborado en 2019 por la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Lisboa destaca que las firmas nacionales “dedicadas al sector eléctrico suman una amplia presencia en el territorio luso, donde cuentan también con una percepción reputada entre empresas y clientes”.

Parque solar

Portugal atrae a las empresas españolas porque es uno de los mercados más prometedores para el desarrollo de la energía fotovoltaica, tanto por su localización geográfica como por esa visión estratégica de descarbonización. Allí lleva instalada desde hace tres décadas Endesa. Su entrada supuso la construcción de la primera central fuera del ámbito público y hoy, 30 años después, ya tiene una cuota del 5,6% del consumo eléctrico total del país, consolidándose como segundo operador de Portugal. Hoy, el interés de la firma española en el país vecino pasa ineludiblemente por fomentar la energía limpia. Para Antonio García Gallego, responsable Business Development Portugal de Enel Green Power, “hay un gran interés por desarrollar e invertir en renovables en Portugal debido a la abundancia de recursos naturales y la estabilidad regulatoria del territorio luso”.

Recientemente la compañía ha ganado un lote de 99MW de potencia solar que le permitirá construir una central en el Algarve. Será el primer proyecto renovable con almacenamiento que realizará el grupo empresarial en la Península Ibérica. Está previsto que empiece a funcionar en 2024 y supondrá una inversión de 90 millones de euros.