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Rutas compartidas en ‘supervans’ para ir a trabajar

Jacobo Menéndez

Poomba propone un nuevo modelo de transporte compartido para aquellos que viven fuera de la almendra central de las grandes ciudades

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n España, cada conductor pierde alrededor de 20 horas al año en atascos según los datos recogidos en el último informe INRIX Global Traffic Scorecard; en Madrid y Barcelona la media supera las 70. En tiempos de polución, congestión y regulaciones para rebajar los altos niveles de contaminación surge Poomba, una solución de movilidad compartida que busca recuperar la sostenibilidad de las grandes ciudades y devolver a miles de usuarios su bien más preciado, el tiempo.

Diego Campa y Carlos Checa, ambos ingenieros, están detrás de esta iniciativa que surgió de un pensamiento recurrente. “Mientras sufríamos los atascos de Madrid, nos dimos cuenta de que en la mayor parte de los coches solo viajaba un pasajero. Me sorprendía que, con la tecnología de la que disponíamos, no existiera un servicio de calidad con rutas más eficientes que invitaran a la gente a dejar el coche” —explica Carlos— “Sobre todo teniendo en cuenta que la mayor parte de los trayectos de las personas a lo largo del día son recurrentes, básicamente del trabajo, o el centro de estudios, a casa y viceversa”.

De un tiempo a esta parte se ha considerado la electrificación como la panacea para que las ciudades vuelvan a ser sostenibles. En Poomba lo consideran un paso clave, pero inciden en la necesidad de apostar también por la movilidad compartida. Diego, que durante varios años trabajó como consultor de operaciones en Europa, EEUU y Pakistán, lo explica con un ejemplo práctico: “Si 50.000 coches de carburación pasan a ser eléctricos, evidentemente se reduce la contaminación. Pero siguen circulando 50.000 vehículos que saturan las carreteras. Nuestro concepto de sostenibilidad va más allá de la calidad del aire”.

Carlos añade que la clave es la concienciación: “Queremos recuperar las ciudades para los peatones y no tanto para vehículos. Para lograrlo debemos cambiar nuestros hábitos de movilidad. Cada uno tenemos que poner un poco de nuestra parte”.

“Me sorprendía que, con la tecnología de la que disponíamos, no existiera un servicio de calidad con rutas eficientes que invitara a dejar el coche”

El funcionamiento de la 'app' es sencillo. Una vez registrados, los usuarios pueden optar por una de las rutas que ya están predefinidas o proponer una nueva. El precio es fijo y solo depende de los kilómetros entre el punto de recogida y de destino.

El valor diferencial de Poomba tiene un componente tecnológico. Según la demanda, y por medio de algoritmos, la aplicación crea rutas eficientes a las que se les asignan ‘supervans’ de hasta 15 plazas, ajustando el recorrido a las necesidades específicas de cada usuario. “Nuestro servicio gana en efectividad con cada nuevo cliente y dependemos del boca a boca. Por eso cuidamos mucho la calidad del servicio”, reconoce Carlos, que para el desarrollo de la ‘app’ ha aprovechado su experiencia en el campo de la ciencia de datos.

Carlos también aclara que Poomba es un servicio que no compite con el transporte público, lo complementa: “Nosotros somos los primeros que reconocemos su importancia. Es más, lo recomendamos en la zona centro de ciudades como Madrid. Nuestro servicio va enfocado a un público que reside, principalmente, fuera del centro de las ciudades. Usuarios que no disponen de una calidad y flexibilidad de servicio que les invite a abandonar el coche”.

Con Poomba cada pasajero reduce en un 80% su huella de carbono por trayecto y cada ‘supervan’ elimina 15 coches de las carreteras

“Además de la comodidad y el tiempo que recuperan nuestros clientes durante el viaje, que pueden aprovechar para ver series, trabajar, leer o relajarse, cada pasajero reduce en un 80% su huella de carbono por trayecto y, por cada ‘supervan’ que fletamos, estamos eliminando hasta 15 coches de las carreteras”, explica Diego.

Actualmente operan en el barrio madrileño de Las Tablas y en los municipios de Majadahonda, Alcobendas, Móstoles y Boadilla del Monte y trabajan con la intención de ampliar su radio de acción y exportar su idea a otras grandes urbes españolas. El objetivo a largo plazo es convertirse en una empresa de cero emisiones. “Aunque ya estamos contribuyendo a la reducción de la contaminación diaria en la ciudad de Madrid, queremos dar un paso más y estamos estudiando la opción de incluir en nuestra flota ‘supervans’ eléctricas o impulsadas por hidrógeno. Pero, por el momento, la oferta de los fabricantes es muy reducida”, reclama Diego.

El Confidencial, en colaboración con Banco Santander, tiene como principal objetivo dar a conocer los proyectos de personas que transforman la sociedad e impulsan el progreso.

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