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Los expertos piden "investigación y rigor" sobre las alternativas al tabaco
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MESA REDONDA EL CONFIDENCIAL-PHILIP MORRIS

Los expertos piden "investigación y rigor" sobre las alternativas al tabaco

Cigarrillos electrónicos, tabaco calentado, vapeadores... Autoridades médicas piden conocer sus efectos a largo plazo porque a corto sí se sabe que reducen la emisión de moléculas tóxicas

Fumar no es inocuo. Fumar es perjudicial y causa serias enfermedades. Pero en el mercado existen alternativas para aquellas personas que no quieren dejar de fumar y que, a falta de estudios a largo plazo, indican que son menos nocivas que el cigarrillo. Hablamos del tabaco calentado, los cigarrillos electrónicos o los vapeadores, que pretenden erigirse como una alternativa menos perjudicial para los fumadores.

La reducción del daño basado en el uso de las alternativas al cigarro tradicional fue el eje central de un encuentro organizado en la redacción de El Confidencial con la colaboración de Philip Morris en el que cuatro expertos del ámbito sanitario discutieron acerca de estas alternativas y de los retos que se les presentan. Un encuentro del que quedó muy claro un mensaje: "Necesitamos investigación a medio plazo porque sabemos que, a corto, hay unas reducciones drásticas en la emisión de moléculas tóxicas", afirmó Miguel de la Guardia, catedrático de química de la Universidad de Valencia.

placeholder Antonio Sierra, exviceconsejero de Sanidad de Canarias y catedrático de medicina preventiva y microbiología de la Universidad de La Laguna
Antonio Sierra, exviceconsejero de Sanidad de Canarias y catedrático de medicina preventiva y microbiología de la Universidad de La Laguna

La realidad española indica un dato preocupante: la cifra de fumadores se ha estancado en torno al 34% en los últimos años. Una cifra que se traduce "en 50.000 muertes al año, unas 150 personas al día", lamentó Antonio Sierra, exviceconsejero de Sanidad de Canarias y catedrático de medicina preventiva y microbiología de la Universidad de La Laguna. Frente a estos datos, Sierra tiene clara la idea que se debería perseguir: "Que los fumadores dejen el tabaco y que los jóvenes y adolescentes no se incorporen". Una máxima en la que todos los médicos insistieron a lo largo de todo el encuentro.

Los expertos coincidieron en el estancamiento en las cifras de prevalencia de fumadores a pesar de que la ley antitabaco "fue un éxito". La relajación en las prohibiciones ha posibilitado "un repunte del tabaquismo", en palabras de Vivencio Barrios, cardiólogo del Hospital Ramón y Cajal. De la Guardia recordó que los fumadores tienen unas conductas adquiridas que "provocan estrés" si se trata de romper con ellas. Por ello, cree que es interesante que las alternativas al cigarrillo sean menos dañinas y permitan mantener el componente social de la actividad así como ciertos hábitos que un fumador ya ha interiorizado con los años.

El cigarrillo electrónico calienta el tabaco a 300 grados, frente a los 900 del convencional, liberando menos sustancias nocivas para el organismo

Ante las cifras mostradas por el último estudio EDADES, Sierra hace un llamamiento a estudiar las medidas tomadas en otros países. "¿Qué se hace en Reino Unido? Son pioneros en el estudio de la relación entre tabaco y salud y en un estudio publicado en 2016 se demostró la evidente reducción del daño que provoca el paso a las alternativas al cigarrillo tradicional".

El citado estudio EDADES, que analiza datos de consumo entre 1995 y 2017, un 43% de hombres de entre 25 a 34 años fuma a diario y el porcentaje de mujeres entre 45 y 54 años que también lo consume diariamente es del 36%. Una realidad que los presentes en el encuentro creen que podría cambiar gracias a la aparición de alternativas. Tanto el cigarrillo electrónico, que libera nicotina, como el tabaco calentado comparten una característica principal: ambos evitan la combustión, causante principal de las enfermedades ligadas al tabaquismo (se calienta a unos 300 grados en contraposición a los 900 grados de la combustión), liberando un vapor o aerosol diferente al humo, con hasta un 95% menos de sustancias tóxicas sin alterar de manera significativa la experiencia para el fumador.

placeholder Miguel de la Guardia es catedrático de química de la Universidad de Valencia
Miguel de la Guardia es catedrático de química de la Universidad de Valencia

¿Cómo es el hábito de tabaquismo en personas que han sufrido un infarto? En Europa, el 55% de las personas que fumaba antes de la dolencia sigue fumando, recordó Barrios destacando los problemas con los que se encuentran los fumadores que, ante enfermedades coronarias, no pueden o no quieren dejar de fumar: "El 19% de los sujetos que sufren un infarto son fumadores. De esa cifra, la mitad sigue fumando tras sufrir un infarto, aunque en España esa cifra es algo menor y está en torno al 30%", apuntó Barrios. Y de nuevo pone el ejemplo de Reino Unido para ilustrar la idea de que alternativas como el cigarrillo sin combustión han ayudado a bajar el número de fumadores hasta una cifra que se encuentra alrededor del 14%.

La importancia de la investigación

José Miguel Rodríguez, jefe del servicio de neumología del Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, puso sobre la mesa la necesidad de contar con estudios a largo plazo que confirmen que las alternativas al tabaco convencional son menos nocivas para la salud. "Por ahora sabemos que las alternativas liberan menos sustancias tóxicas, aunque no sabemos que pasará dentro de 15 o 20 años. Es necesario desarrollar estudios que analicen los efectos en la salud a largo plazo de los fumadores que se pasan a estas alternativas".

Rodríguez recordó que las alternativas no son la panacea y lo comparó con los indicadores de calidad del aire. "El mundo ideal sería ese en el que no hay contaminación. Por eso se fijan unos niveles de seguridad por encima de los cuales el riesgo aumenta. En el tabaquismo, las estrategias de reducción de daños pretenden ir en esa línea".

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Vivencio Barrios, cardiólogo del Hospital Ramón y Cajal

¿Cómo se pueden medir esos niveles de riesgo para el fumador de cualquiera de estas alternativas? Para De la Guardia es importante apoyarse en datos científicos. "Si se estudia a un fumador convencional que lo ha sustituido por otra práctica, podemos seguir una serie de marcadores: al comparar a un fumador con uno que se pasa al vapeo o al tabaco calentado podremos ver si existen diferencias entres esos marcadores", opinó.

Estudios, rigor y planteamiento de alternativas "de manera científica" son claves, según Barrios, para que los fumadores tengan toda la información necesaria para tomar una decisión acerca de su hábito de consumo. En este punto, el cardiólogo lamentó el daño que hizo en su día la campaña que presentó el cigarrillo electrónico como inocuo. "Hay que hacer autocrítica, eso fue una barbaridad. Aquello expandió una sombra de mala fama a estas alternativas para el tabaquismo", afirmó.

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José Miguel Rodríguez, jefe del servicio de neumología del Hospital Príncipe de Asturias

Ante esta nueva realidad, la comunidad médica está dividida, tanto a favor como en contra de las alternativas. Precisamente, los asistentes lamentaron la ausencia de defensores de la implantación de las alternativas al tabaco, con los que creen que se podría dar un interesante debate. "Lamento la unanimidad de este encuentro porque me gustaría escuchar voces contrarias", expresaba De la Guardia, poniendo el broche final a la mesa redonda.

Fumar no es inocuo. Fumar es perjudicial y causa serias enfermedades. Pero en el mercado existen alternativas para aquellas personas que no quieren dejar de fumar y que, a falta de estudios a largo plazo, indican que son menos nocivas que el cigarrillo. Hablamos del tabaco calentado, los cigarrillos electrónicos o los vapeadores, que pretenden erigirse como una alternativa menos perjudicial para los fumadores.

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