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Estrategias de energías renovables para los países en desarrollo

Tomás Muñoz M.

Greenvest utiliza datos de los satélites para establecer un plan ágil y eficaz de electrificación en cualquier parte del mundo

E

l crecimiento de la demanda energética está siendo exponencial en los últimos años, especialmente en los países en vías de desarrollo. Sin embargo, en muchas zonas del mundo no existen registros ni datos que permitan llevar a cabo una electrificación en condiciones de eficacia. Y ese es el terreno en el que se mueve Greenvest, que presta ayuda a los Estados y a las empresas encargadas de construir estas infraestructuras para que puedan acometer esta transición desde un punto de vista más económico, a la par que sostenible con el medio ambiente.

La ‘startup’ comenzó su actividad casi por casualidad cuando su fundadora, Sara Ramos, probó suerte participando en una experiencia colectiva de creación de aplicaciones tecnológicas en Toulouse. En aquel momento, la joven trabajaba para una cadena de producción de aviones en la ciudad francesa y decidió presentarse al certamen —conocido en el sector de la innovación como ‘hackathon’— junto a otros cuatro ingenieros aeroespaciales. “Los cinco compartíamos unas enormes ganas de imaginar y crear”, recuerda. “La sorpresa fue que lo ganamos contra todo pronóstico y así nació nuestra compañía”.

Pero no fue un salto al vacío. Sara ya conocía el mundo del emprendimiento de la mano de su anterior proyecto, Frame, creado en la última etapa de su formación universitaria y con el que también obtuvo diferentes premios y galardones, como quedar finalista de los premios nacionales Woman Explorer Awards 2018 organizados por el Banco Santander. “Consistía en una tecnología para crear mapas inteligentes en zonas afectadas por desastres a partir de un enjambre de drones, dirigidos con inteligencia artificial y que se coordinaba de forma autómata”, explica. La ingeniera reconoce que fue ahí cuando comenzó su especialización en la visión aérea. “Comencé muy abajo, a 200 metros de altitud, y ahora utilizo sistemas que están a más de 30 kilómetros sobre la superficie de la Tierra”, bromea.

Precisamente, el punto de partida del trabajo de Greenvest es la utilización de distintos tipos de satélites que sirven para medir y recoger parámetros, así como para tomar imágenes multiespectrales de altísima resolución. “Después aplicamos nuestro algoritmo para proporcionar datos estratégicos que sirven para planificar la edificación y desarrollo de plantas de energía renovable”. Sara confirma que en muchos países “no tienen censos, desconocen dónde se ubica la población y no saben cómo crece”. Para llegar a entender los recursos solar y eólico, el equipo de ingenieros mide aspectos como la temperatura o la velocidad del viento, lo que proporciona datos clave a la hora de establecer una estrategia ágil y eficaz de electrificación en cualquier parte del mundo. Pero la joven precisa que es fundamental “entender cómo era la ciudad previamente, qué sectores tienen un mayor crecimiento, cuáles son las infraestructuras existentes de partida y cuáles hay que construir desde cero”.

Muchos países “no tienen censos, desconocen dónde se ubica la población y no saben cómo crece”

A pesar de llevar menos de un año funcionado, Greenvest participa en proyectos tan dispares como la instalación de microrredes solares en Bangladesh, donde unas comunidades productoras intercambiarán electricidad con otras que no lo son, o la electrificación de Liberia, centrándose en el residuo agrícola. “Recientemente fuimos seleccionados para proponer soluciones al gobierno de Etiopía en materia de energía y allí nos dimos cuenta del potencial de nuestra propuesta —detalla la emprendedora— ya que podemos proporcionar de una manera muy efectiva, precisa y veloz toda la información necesaria”.

Además, concreta que estudian a menudo “cómo mezclar las fuerzas eólica y solar para garantizar que la luz llegue rápidamente a quién más lo necesita”. En este sentido, Sara recuerda que “no solo hay que medir el retorno económico de una inversión, sino que también es importante el retorno social” y aclara que un proyecto llevado a cabo de forma adecuada “puede aportar beneficios en otros ámbitos indirectos como la agricultura, la reducción de emisiones o el acceso al agua, por ejemplo”.

“Fuimos seleccionados para proponer soluciones al gobierno de Etiopía en materia de energía y allí nos dimos cuenta del potencial de nuestra propuesta”

Entre sus logros más recientes se encuentra un plan desarrollado en Ruanda, donde han conseguido que un grupo inversor italiano ahorre más de un 25% en la instalación de plantas renovables. No obstante, a pesar de que el Banco Mundial y la Agencia Internacional de la Energía centran su atención en África y Asia, desde la empresa tecnológica también se considera importante el mercado europeo porque “las plazas energéticas tradicionales están cambiando y aparecen nuevos modelos de operación”. De hecho, según apunta la ingeniera, “nuestra flexibilidad y tecnología se adapta a cualquier entorno y esa es nuestra principal ventaja”.

El apoyo a Greenvest ha sido internacional y casi desde su comienzo ha tenido una importante repercusión mediática, pero Sara admite que en España la situación “continúa siendo algo más complicada”. En esta dirección, reclama a las instituciones que “permitan que maduren las ideas innovadoras para poder obtener algún beneficio inicial” y que, de este modo, “no se ahoguen la mayoría de las iniciativas”. Bajo su punto de vista, “no es lógico que los emprendedores pierdan dinero desde el primer momento”.

Aunque la ‘startup’ se encuentra inmersa en sus operaciones asiáticas y africanas, actualmente también está desarrollando un importante proyecto con una gran compañía española, desde donde se están “avalando los resultados”, lo que desde su perspectiva indica que avanzan “en la buena dirección”. Sobre el futuro inmediato, la joven señala que próximamente trabajarán para expandir su plataforma y “hacerla más precisa y funcional”, y que de esta forma “los clientes se registren con facilidad y comiencen a utilizar todos nuestros recursos y productos de manera inmediata”.

El Confidencial, en colaboración con Banco Santander, tiene como principal objetivo dar a conocer los proyectos de personas que transforman la sociedad e impulsan el progreso.

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