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Jóvenes españoles ayudan a las pymes a tener su propio plan de sostenibilidad

Ángela Sepúlveda

ReTree les ofrece unas directrices para disminuir sus emisiones de CO2 y plantan un bosque cerca de sus oficinas para compensar lo que no se puede reducir

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Pedro las integrales no le llenaban demasiado, pese a haber estudiado la carrera de ingeniería y estar haciendo simulaciones de accidentes de tráfico y aerogeneradores. A él y a un amigo le rondaba por la cabeza la emergencia climática del planeta y empezaron a pensar cómo poder aportar su granito de arena. Entre todos los problemas actuales, decidieron focalizar sus esfuerzos en reducir las emisiones de CO2 ayudando a pequeñas empresas a tener su propio plan de sostenibilidad.

“Las grandes compañías ya tienen capacidad de montar un departamento de sostenibilidad pero a las pymes les resulta muy difícil y caro ser sostenibles. Les falta el conocimiento y tiempo, así que nosotros queremos brindarles las herramientas para que también puedan serlo”, explica Pedro Pérez de Ayala.

Así nació ReTree, con el objetivo de estudiar cada caso concreto, viendo las fuentes de las emisiones de CO2 de cada empresa para hacer un plan de reducción personalizado, “intentando maximizar las reducciones y minimizando el coste”, apunta Pedro. “Con la tecnología y optimizando procesos podemos conseguir esas reducciones”.

Después de facilitarle las herramientas, queda una tercera pata: compensar aquellas emisiones que no se pueden eliminar. “Es imposible no contaminar nada, eso es una realidad”, asume el fundador de ReTree. Para ello plantan un bosque cerca de la empresa. “Así conseguimos mucho más impacto. Vas a ver tu bosque todos los días, pero también los empleados, proveedores, la comunidad que trabaja contigo... Es darle visibilidad y educar”, apunta.

El beneficio también llega en imagen. “Los consumidores cada vez apuestan más por empresas responsables con el medioambiente, aunque se tengan que gastar un poco más”. La primera compañía con la que han trabajado ha sido un rocódromo en Madrid y el objetivo es que, tras ofrecerles las pautas a llevar a cabo, solo generen un 10% de energía contaminante en un plazo de tres años.

“Las grandes compañías ya tienen capacidad de montar un departamento de sostenibilidad pero a las pymes les resulta muy difícil y caro”

También han llevado a cabo actividades con algunos empleados de empresas en la que es otra de las vías de acción ReTree, la educación medioambiental. Empleados del Banco Santander y sus hijos fabricaron casas de pájaros para colgarlas en los árboles a la vez que aprendían la importancia de estos animales para repoblar los bosques: dispersan las semillas para que crezcan más árboles. “Si los más jóvenes se preguntan si algo es sostenible o no desde el principio creamos concienciación. Aunque en estos talleres al final aprenden más los padres que los niños”, reconoce Pedro.

Su próximo paso es una herramienta online y gratuita para que las empresas calculen sus emisiones y sepan cómo reducirlas. También deben seguir estudiando. Tienen conocimientos suficientes para reducir el CO2 pero les falta saber más sobre bosques, por ejemplo. “Tenemos mucho que aprender sobre el suelo para plantar árboles. Lo intentamos en zonas desertificadas y es muy complicado. Estamos trabajando con dos universidades para crear un método para plantar en estas zonas”.

Tras dejar atrás hace un año las integrales, hoy Pedro reconoce que le llena “ayudar a los demás porque al final también es ayudarme a mí. El árbol que planta una empresa nos repercute a todos. El CO2 no tiene fronteras, se escapa por todos lados”, sentencia.

El Confidencial, en colaboración con Banco Santander, tiene como principal objetivo dar a conocer los proyectos de personas que transforman la sociedad e impulsan el progreso.

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