Siete consejos para conducir de manera eficiente y respetando el entorno

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l coche, el gran medio de transporte privado, es también enemigo del cambio climático. A la espera de que el motor eléctrico se democratice para que los vehículos reduzcan sus emisiones de gases contaminantes, hay medidas sencillas para reducir nuestra huella de carbono.

Jaume Esteve

La propia elección del coche es la medida que más va a determinar nuestro impacto ambiental. Los vehículos híbridos e híbridos enchufables se están extendiendo poco a poco como alternativa a los motores de gasolina o diésel que dominaban las carreteras hasta hace pocos años, no obstante, su elevado precio, su aún limitada autonomía y la ausencia de una infraestructura extensa de cargas a nivel nacional, son trabas a la hora de hacerse con uno.

Si no estás pensando en cambiar de vehículo, todavía puedes aportar tu granito de arena al cuidado del entorno con pequeños consejos que no solo harán que tu conducción sea más eficiente sino que, en algunos casos, aumentarán tu seguridad al volante.

  • Evita los acelerones. Conducir de manera agresiva es la mejor manera de vaciar tu depósito a gran velocidad. Pisar el acelerador de manera progresiva es un buen consejo para ahorrar combustible. Trata de tardar unos cinco segundos desde que arrancas hasta que alcanzas los veinte kilómetros por hora. Otro truco es imaginar que tienes un café en el salpicadero y que no debes verter ni una sola gota por culpa de tu conducción.
  • Anticípate al tráfico. Esta es una máxima no solo para ser más eficiente sino para ser más seguro. Estar pendiente de lo que pueden hacer los coches (y peatones) de nuestro alrededor nos permitirá anticiparnos a sus acciones y evitar frenazos o acelerones. Lo mismo sucede con la distancia de seguridad: mantenerla es una opción sensata para evitar estas prácticas.
  • Utiliza el freno motor. Siempre que sea posible, es importante frenar levantando el pie del pedal y no usando el freno. Usar el freno motor te permitirá reducir tu velocidad de manera progresiva de manera que si tienes que volver a acelerar gastarás menos combustible para regresar a la velocidad a la que estabas.

ciudad de noche

  • Mantén una velocidad estable. Si tu coche tiene el control de velocidad de crucero es interesante que lo actives para que sea él quien lo regule. Según algunos estudios, variar la velocidad entre 75 y 85 kilómetros por hora cada 18 segundos puede aumentar tu consumo hasta un 20%.
  • Evita conducir a altas velocidades. La ecuación es sencilla: cuanto mayor sea la velocidad a la que se mueve el vehículo, mayor es su consumo energético y más contamina. Un coche que se mueve a 120 kilómetros por hora consume un 20% más que uno que lo hace a 100 kilómetros por hora.
  • Subir y bajar con cabeza. Las cuestas y los descensos son lugares en los que también podemos ahorrar si conducimos de manera eficiente. Trata de acelerar con ligereza en las subidas y de retrasar en la medida de lo posible las reducciones de marcha; en los descensos aprovecha la inercia del coche, siempre con precaución, y haciéndolo con marchas largas.
  • La importancia de la temperatura. La calefacción y, sobre todo, el aire acondicionado pueden llegar a incrementar el consumo un 25%. Pero viajar con las ventanas bajadas también puede ser contraproducente. A altas velocidades se recomienda tenerlas subidas para eliminar la resistencia al aire.

Tienes que tener en cuenta también el equipaje. El peso extra y los portaequipajes en el techo del coche pueden aumentar considerablemente el consumo de combustible. También una presión inadecuada de tus neumáticos puede suponer más consumo de gasolina o diésel. Y, sobre todo, planifica bien tu ruta y apóyate en los GPS: evitar el tráfico y conocer el camino evitará hacer más kilómetros de los necesarios.