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Motivación, la herramienta para evitar el abandono escolar

Alfonso Álvarez-Dardet

Fundación Exit busca desde hace 18 años que los chavales con situaciones de vulnerabilidad social terminen sus estudios y su formación profesional

E

spaña es el segundo país de la Unión Europea con mayor tasa de abandono escolar, solo por detrás de Malta, según el último sondeo de Eurostat. Un 18,98% de los jóvenes de entre 18 y 24 años decidieron en 2017 dejar sus estudios al finalizar la ESO, algunos incluso antes, cuando la media europea de abandono es de un 10,7%. Las causas de tan elevado porcentaje son complejas. Desde su entorno hasta una baja motivación, falta de autoestima y falta de reconocimiento por parte de su familia. Y a esto hay que añadir las carencias de un sistema educativo demasiado rígido.

La Fundación Exit nació hace 18 años para ayudar a los jóvenes que están en vulnerabilidad social a evitar el abandono de sus estudios y ayudarles a una futura inserción laboral. “Tenemos tres proyectos enfocados a distintas edades”, explica Pablo Zimmermann, jefe de proyectos de la fundación. “El primero es el proyecto Coach, dirigido a jóvenes de entre 16 y 18 años. Aquí trabajamos la motivación para que sigan estudiando. Les motivamos para que no engorden las cifras de abandono escolar”

El segundo es el proyecto eDuo, para jóvenes de 18 a 21 años que se encuentran en el primer grado medio de Formación Profesional. “Les acercamos la realidad de la empresa al aula para evitar un abandono importante que hay en el primer año de este grado medio”. Y el tercero es el proyecto Yob, orientado a los jóvenes que están en este segundo año de grado medio de FP. “Lo que queremos es prepararlos para una posible salida laboral. Les acercamos a talleres de competencia y le preparamos para las entrevistas de trabajo”, explica Zimmermann.

El porcentaje de éxito con los jóvenes que acuden a la fundación es del 97%, siendo un porcentaje muy pequeño el que abandona. “El perfil lo cuidamos mucho, son jóvenes que están a punto de abandonar los estudios pero que entran voluntariamente, quieren dar un cambio a su vida. El trabajo que hacemos es importante porque queremos evitar que caigan en mayor marginalidad, ya que esto es un proyecto a largo plazo”, apunta el jefe de proyectos.

“El perfil lo cuidamos mucho, son jóvenes que entran voluntariamente, quieren dar un cambio a su vida”

Entre los casos que han pasado por la fundación, Zimmermann recuerda a una participante del proyecto Coach. Una de las empresas acogió a la joven de una zona de vulnerabilidad con alto riesgo de abandono escolar. Acompañada de un voluntario de esa compañía, la chica acabó reenganchándose y no abandonó sus estudios. “Finalmente terminó el grado medio, hizo las prácticas en esa empresa y, al cabo de unos años, fue contratada en la misma compañía. El año pasado, lanzamos una nueva edición del proyecto Coach y fue ella la que se convirtió en voluntaria de un nuevo joven en riesgo de exclusión”.

La Fundación Exit trabaja con más de 155 empresas, entre ellas el Banco Santander, y varias entidades sociales. “Siempre buscamos a aquellas compañías que se involucren. Hacemos llamamientos para que se unan a los proyectos porque tenemos muchos perfiles de jóvenes diferentes.”

“A los jóvenes no les llega la información de que hay demanda de trabajo en una especialidad concreta”

Aunque unir puentes entre los jóvenes y la realidad empresarial a veces no es sencillo. Uno de los problemas con los que se encuentra Exit es la falta de conexión entre las compañías y el sistema educativo. “Las empresas que colaboran con nosotros demandan perfiles de jóvenes para puestos específicos, pero no encuentran esas especialidades. Nosotros vamos a las entidades educativas donde están estudiando estas especialidades y nos encontramos con que en el aula casi no hay alumnos estudiando estos temas. A los jóvenes no les llega la información de que hay demanda de trabajo en una especialidad concreta”.

De hecho, otro de los problemas a los que se enfrentan los voluntarios es que los jóvenes tienen la falsa creencia de que para trabajar en una empresa necesitas dos carreras y cuatro másteres, “cuando no es real. Dentro de una compañía hay múltiples perfiles profesionales. Así que se les demuestra que no tienen por qué tener esa ‘titulitis’. Queremos que se den cuenta de que una empresa no es un mundo gris, porque ellos no se ven representados. Que sepan que ese futuro también puede ser para ellos. Queremos que sigan formando para tener ese futuro”.

El Confidencial, en colaboración con Banco Santander, tiene como principal objetivo dar a conocer los proyectos de personas que transforman la sociedad e impulsan el progreso.

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