San Isidro labrador...

Plaza de toros de Las Ventas

15 de Mayo de 2014

Festividad de San Isidro

Lleno de no hay billetes

6 toros de Victoriano del Rio

Bien presentados y flojos en general. Justos de casta.

El mejor el sexto.

Enrique Ponce (celeste y oro). Silencio y Ovación desde el tercio

Sebastián Castella (lila y oro). Silencio y Silencio

David Galán, (blanco y oro) confirmaba alternativa. Silencio y Ovación

... Poco mordedor. Eligió Ponce una ganadería de referencia para su única tarde del abono. Castella y un ilustre confirmante por delante conformaban un cartel que había ganado enteros después de los manifiestos esfuerzos por superar sus molestias en el hombro tras el desafortunado percance de Valencia y de su buena y meritoria actuación en la feria de Sevilla. Cartel que auguraba éxito y que sorprendía en una fecha en la que siempre se habían programado combinaciones de menor fuste confiando, sin duda, en el capote que echaba el santo a la taquilla con su festividad.

"Ladraron", aventurando éxito, los tendidos en la ovación que le brindaron a Enrique al acabar el paseíllo. Fue uno de esos detalles de la afición de Madrid que reconfortan y que hacen albergar esperanzas de la prevalencia del buen gusto general de esta plaza sobre la insignificancia de los cuatro desalmados que se atrevieron a pitar el sincero y respetuoso saludo de respuesta de Ponce. Buen gusto de la inmensa mayoría que se hizo más evidente todavía cuando, en uno de los momentos más emotivos de la tarde, David Galán brindó al cielo buscando la mirada de su padre, fallecido en accidente de coche cuando él era apenas un niño, y pareció que brindis, ovación y recuerdo(reciente y presente gracias a Iván Fandiño) de la machada de matar sinmuleta preludiaban arrancar un gran éxito, aunque fuera a mordiscos. Tal y como el Genio de Fuengirola solía arrancar de joven sus hazañas.

Pero perro labrador poco recolector, y un San Isidro que ladraba triunfos se quedó en silencio por el poco mordiente de los toros. La corrida de Victoriano del Río que tantos éxitos viene dando por todas las ferias de España se ahogó en la orilla de su buena presentación. Toros que mostraban a ráfagas su calidad pero cuya falta de fuerza conseguía terminar demasiado rápidamente con cualquier destello de casta, bravura o nobleza.

Ponce se esforzó en su último toro de la feria, parece mentira decir esto un 15 de mayo después de cómo ha protagonizado abonos durante los últimos 23 años, y tuvo por momentos ganada durante su faena, definitivamente conquistada con sus doblones finales y sorprendentemente perdida con la espada y el descabello, una oreja que habría sido muy justa y muy a la altura de su esfuerzo. Sus ganas hicieron posible igualar en su ovación de despedida el cariño con el que la afición le había recibido, que no fue pequeño.

Castella lidió el peor lote de la tarde y completaría el tópico diciendo que el público no vio las dificultades del toro o que el torero estuvo un poco ausente. Supongo que podré estar seguro de lo que ha pasado cuando le vea la próxima tarde. Hoy no estoy seguro.

David lleva un Galán dentro. Confirmar alternativa en Madrid con su bagaje no está al alcance de apellidos menos ilustres que esos. Es seguro que ganas, corazón y linaje se unirán a oficio, confianza y suerte para honrar, al mejorarlos, a todos los toreros de su familia... que no son pocos.

San Isidro ayudó más con la taquilla que con los éxitos. Perro ladrador...