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'Dramatis personae' de un crimen con demasiados cabos sueltos
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CASO ASUNTA BASTERRA

'Dramatis personae' de un crimen con demasiados cabos sueltos

"Algo no está bien atado. O algo falla", dice una fuente de la Guardia Cilvil. Estos son los perfiles y sombras de quienes rodean el caso de Asunta

Foto: El padre de Asunta Basterra y otros familiares, en su funeral. (EFE)
El padre de Asunta Basterra y otros familiares, en su funeral. (EFE)

"Ningún crimen tiene fundamento razonable", escribió Tito Livio. Esta semana, una vez levantado el secreto de sumario por el juez Vázquez Taín, parece atado hasta el último de los cabos que implican en exclusividad a Alfonso Basterra y Rosario Porto en el asesinato de su hija adoptiva, Asunta Basterra. Todos los cabos menos el "fundamento razonable" cuya existencia niega Tito Livio. Eso que la criminosemántica popular da en llamar "el móvil". Los dos más reiterados de la historia del crimen, el económico y el pasional, están descartados. Fuentes cercanas a la investigación refrendan una teoría bastante débil: Asunta había sido adoptada por imposición de sus abuelos maternos. A la muerte de estos, ni Basterra ni Porto -separados- querían hacerse cargo de la niña. ¿Suficiente? F.R. es guardia civil y psicólogo: "Todo lo que rodea este caso es bastante extraño, por lo irracional. Parece evidente que los padres son los culpables, pero hay algún cabo suelto que no está bien atado. Como móvil, el que se está barajando es inconsistente. Un poco más coherente sería el contrario: que ambos estuvieran peleando encarnizadamente por quedarse con la custodia y que el odio llevara a uno de los dos a cometer el crimen. Pero presuntamente son cómplices. Algo no está bien atado. O algo falta". Este es el 'dramatis personae' de un crimen que aún no está del todo cerrado:

Basterra, Asunta: 12 años, 1,55 de altura, 42 kilos de peso. Con nueve meses fue adoptada en China por Basterra y Porto, que no podía concebir. El 22 de septiembre su cadáver fue encontrado en una pista forestal de Teo (cercana a Santiago de Compostela y a un lujoso chalet de sus abuelos). Había sido drogada con Lorazepam y después asfixiada mecánicamente, según desvela la autopsia. Una vez muerta, ataron sus pies con una cuerda naranja, quizá para simular un secuestro. "¿Pudo ver algo la niña que la condenara a muerte?", se pregunta M.L.C., analista de la Guardia Civil. "Es una de las hipótesis que se ha manejado como móvil. Pero tendría que ser una cosa atroz, terrible... Algo que una niña de doce años pudiera entender... Se ha hablado de eso en la prensa y entre nosotros, pero no parece posible. Es demasiado de película. ¿Qué pudo ver una niña de 12 años que llevara a sus padres a asesinarla?".

Porto, Rosario (1969): "La coartada de la madre de la niña es una de las más estúpidas que he escuchado a lo largo de toda mi carrera profesional", apunta M.L.C. Porto, tras denunciar la desaparición de su hija, declaró que la había dejado sola en casa entre las 19 y las 21.30. Cinco días después, el estudio de las cámaras de comercios y bancos cercanas a su domicilio desvelaron que a las 20 horas estaba en el interior de su Mercedes con Asunta en el asiento trasero. "Esta mujer es abogado. Y aunque no lo fuera. Todo el mundo sabe que con las cámaras se puede reconstruir lo que ha hecho cualquier persona en casi cualquier recodo del centro de una ciudad. Y aunque ella fuera inconsicente de eso por un tema de enajenación mental, estaba su marido, presunto cómplice, periodista. ¿Tampoco reparó en ese detalle?". El guardia civil y psicólogo F.R. encuentra otra laguna difícilmente explicable en el sumario de Vázquez Taín: "Rosario Porto es una mujer menuda, y no una gimnasta. No es fácil desplazar el cadáver de una niña de más de 40 kilos a un coche y subirla sola al maletero. Tampoco es muy normal que ella sola condujera hasta la pista forestal y sacara ella sola el cadáver del maletero sin que la viera nadie. Demasiado movimiento para que nadie la hubiese visto... O al menos para que ella no temiera ser vista", continúa F.R. en su ejercicio de desentrelazar "cabos sueltos", como él los define.

Basterra, Alfonso (1964): "Desde el principio se pensó que iba a ser la 'pata' que se iba a derrumbar. No es que se hicieran apuestas, pero yo creo que todos [los guardias civiles que participaron o siguieron el caso] estábamos convencidos de que no iba a aguantar una semana sin confesar. Pero después aparecieron las evidencias de su participación activa y muy premeditada", señala M.L.C. Basterra es periodista. Desarrolló toda su carrera profesional en Compostela. Conoció a Rosario Porto en 1997 y dos años después contrajeron matrimonio. Llevan separados más de un año, aunque, antes de ser encarcelados, se veían a menudo y viven en dos pisos que distan apenas cinco minutos a pie. En principio, los investigadores sospecharon que solo había sido cómplice, cuando la que se barajaba era la hipótesis del homicidio y no la del asesinato. El cambio de imputación se produjo el 18 de octubre, cuando los toxicólogos elevaron al juez su certeza de que la niña había sido sedada con Lorazepam durante al menos tres meses. En el domicilio de Basterra se encontraron cajas de Orfidal (medicamento cuyo principio activo es el Lorazepam). Y su propia exesposa, en una de sus múltiples y contradictorias declaraciones, le acusó de llevar tiempo suministrando a la niña "unos polvos blancos". Segúnel juez, Basterra drogó a la niña y Porto, en soledad, se encargó de trasladarla aún con vida al chalet de Teo (que era de los padres de Porto, recientemente fallecidos), asfixiarla y depositar su cadáver en la pista forestal. Un ordenador y un teléfono de Alfonso Basterra todavía no han aparecido. Tuvo 24 horas para hacerlos desaparecer: los que median entre la detención de su exmujer el 24 de septiembre y la suya.

Vázquez Taín, José Antonio (1968): El juez orensano ha tenido una carrera bastante mediática desde su desembarco en Vilagarcía de Arousa, capital gallega del narcotráfico, en 1999. Allí pasó a la historia como el responsable de la incautación del mayor alijo gallego de cocaína del presente siglo, escondida a bordo del South Sea. Se le empezó a conocer como el 'Garzón gallego', pero su estrella fue declinando por su gusto por las radios y televisiones y, sobre todo, por su instrucción del robo del Códice Calixtino en la capital compostelana. Las filtraciones sobre el caso fueron constantes. Después, se consideró oportunista que publicara una novela, La leyenda del santo oculto, sobre aquel mismo caso. El fantasma de las constantes filtraciones le ha salpicado también en el caso Asunta. Hasta el punto de que, en el propio sumario, se vanagloria de que no hayan trascendido los nombres de las personas que hallaron el cadáver aquel 22 de septiembre. Pero hay otra sombra más densa, según varias fuentes de la Guardia Civil consultadas, que deberá aclarar antes de que se dicte sentencia y el caso pase al archivo. "¿Cómo es posible que haya habido contaminación de una prueba tan importante como la ropa de la niña [apareció una mancha de semen cuyo origen está enla ropa de un convicto de otro caso] y que no se hayan depurado responsabilidades? Eso es algo que tarde o temprano se tendrá que aclarar", asegura F.R.

Francisco Porto y María del Socorro Ortega: Los abuelos maternos de Asunta eran abogado y profesora de Arte, respectivamente, y habían amasado una considerable fortuna. Ambos fallecieron el año pasado en el intervalo de muy pocos meses. Tras el asesinato de Asunta, familiares de Rosario Porto denunciaron oficiosamente en los medios que también ella era responsable de la muerte de sus padres. Y que había matado a Asunta porque los abuelos le habían dejado todo a la niña. "Ese móvil solo lo barajaron los medios. Es una barbaridad. En España no puedes desheredar a tus hijos. Y la custodia de los bienes correspondería a los padres hasta la mayoría de edad. Era una teoría bastante disparatada", la califica M.L.C. Fuentes oficiosas informan de que el patrimonio de los abuelos de Asunta, teniendo en cuenta también el inmobiliario, podría rondar los tres millones de euros.

Ramón Basterra: El abuelo paterno de la niña enfadó bastante al juez y a los investigadores cuando decidió aceptar una entrevista, apenas una semana después del asesinato, en el programa Abre los ojos y mira de Tele5. "Decía Gaston Leroux que a fuerza de hablar de este tipo de crímenes, la prensa acaba por inspirarlos. Y no le faltaba razón. No se puede prohibir a las personas cercanas a uno de estos crímenes mediáticos que caiga en la tentación de salir en un programa por dinero o por lo que sea. Pero a veces pienso que sería importante que los jueces aleccionaran de forma urgente a estas personas para que no alimentasen el morbo. La gente no sabe el daño que hace a los investigadores toda esa cantidad de rumores y chorradas. Al profesional no le contaminan. Pero sí pueden contaminar mucho a la gente a la que tenemos que tomar declaración", se queja M.L.C. Basterra padre, en aquel programa, redujo el papel de su hijo al de hombre manipulado que se dejó influir por su exmujer para encubrir un crimen que ella había cometido en solitario. Vázquez Taín aporta una versión bien distinta del papel de Basterra.

José Luis Gutiérrez Aranguren: Abogado de Asunta Basterra. Acusa a Vázquez Taín de estar instruyendo el caso con espíritu fiscal, acusador, y no con la suficiente imparcialidad que se le presupone a un juez. "El auto es pura especulación y me falta al respeto", señaló el letrado pocas horas después de que se levantara el secreto de sumario. El juez sugiere en su escrito que Aranguren es el responsable de buena parte de las numerosas filtraciones que han ido saltando a la prensa. La Guardia Civil le apunta un tanto no desdeñable en la defensa de Porto: tras su contaminación, es posible que la ropa de la niña no pueda ser tenida en cuenta como prueba ante el jurado popular que dictará veredicto.

Messaoud El-Omari: Durante bastante tiempo se convirtió en el secundario de lujo de la trama. Su presencia en el tanatorio donde se veló el cadáver de Asunta no pasó desapercibida. Es un personaje de sobra conocido en Compostela, y en principio compartió abogado con su amiga Rosario Porto. El-Omari (de origen marroquí) también necesitaba asistencia letrada, aunque por otro asunto: durante sus años al frente de la oficina de asesoramiento de inmigrantes de CCOO en la capital gallega, vendió papeles de residencia por entre 3.000 y 10.000 euros a ciudadanos marroquíes. La semana pasada, fue condenado a cuatro años de cárcel. Investigado por Taín, ningún indicio lo sitúa como posible cómplice o conocedor del asesinato. Algunos medios especularon con una posible relación sentimental entre él y Rosario Porto, algo que el mismo El-Omari se encargó de desmentir.

El empresario anónimo: Además de los nombres de las personas que encontraron el cadáver de Asunta en la madrugada del 22 de septiembre, el juez Vázquez Taín han conseguido mantener oculto el nombre de un conocido empresario compostelano, al que asesoraría Rosario Porto en sus negocios en Marruecos, y con el que al parecer mantenía una relación. "El desengaño amoroso como móvil tampoco vale aquí", señala M.L.C. "Se ha dicho que a lo mejor Rosario Porto se volvió loca porque este hombre no quería casarse con ella, y mató a su hija. Pero, entonces, ¿dónde colocamos a Alfonso Basterra como cómplice? Otro posible móvil que se derrumba".

"Ningún crimen tiene fundamento razonable", escribió Tito Livio. Esta semana, una vez levantado el secreto de sumario por el juez Vázquez Taín, parece atado hasta el último de los cabos que implican en exclusividad a Alfonso Basterra y Rosario Porto en el asesinato de su hija adoptiva, Asunta Basterra. Todos los cabos menos el "fundamento razonable" cuya existencia niega Tito Livio. Eso que la criminosemántica popular da en llamar "el móvil". Los dos más reiterados de la historia del crimen, el económico y el pasional, están descartados. Fuentes cercanas a la investigación refrendan una teoría bastante débil: Asunta había sido adoptada por imposición de sus abuelos maternos. A la muerte de estos, ni Basterra ni Porto -separados- querían hacerse cargo de la niña. ¿Suficiente? F.R. es guardia civil y psicólogo: "Todo lo que rodea este caso es bastante extraño, por lo irracional. Parece evidente que los padres son los culpables, pero hay algún cabo suelto que no está bien atado. Como móvil, el que se está barajando es inconsistente. Un poco más coherente sería el contrario: que ambos estuvieran peleando encarnizadamente por quedarse con la custodia y que el odio llevara a uno de los dos a cometer el crimen. Pero presuntamente son cómplices. Algo no está bien atado. O algo falta". Este es el 'dramatis personae' de un crimen que aún no está del todo cerrado:

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