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El rebaño contra el pastor: la rebelión de los curas (y feligreses) asturianos
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CLÉRIGOS RECHAZAN EL TRASLADO A OTRAS PARROQUIAS

El rebaño contra el pastor: la rebelión de los curas (y feligreses) asturianos

El rebaño se rebela contra el pastor. La decisión del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, de promover una intensa reestructuración en su diócesis ha originado

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El rebaño contra el pastor: la rebelión de los curas (y feligreses) asturianos

El rebaño se rebela contra el pastor. La decisión del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, de promover una intensa reestructuración en su diócesis ha originado en algunas parroquias el rechazo frontal de los afectados y sus feligreses, que consideran que los nombramientos vacían de contenido la comunión entre el sacerdote y sus fieles y ponen de manifiesto un sesgo muy conservador en la actual nómina de representantes eclesiales, ya que la mayoría de los trasladados se acomodan en las posiciones vinculadas al sector reformista de la Iglesia o, como dice uno de ellos, "en la Iglesia de los pobres".

El caso más paradigmático es el del párroco de la pequeña localidad costera de Castiello de la Marina, cercana a Gijón, Jesús María Menéndez, conocido como el Padre Chus, a quien la jerarquía eclesiástica acusa de conducta inapropiada para un pastor de almas que esconde bajo la enigmática afirmación de hallarse "bajo secreto sumarial eclesiástico". Tanto el cura como los asiduos a sus misas rechazan que el Padre Chus pueda haber cometido una falta y entienden que se trata de un pretexto para castigar sus posiciones siempre contestatarias con, como ha dicho, "la Iglesia de la visa oro".

Suelen ser frecuentes las muestras de malestar de muchos feligreses cuando el cura con quien  compartían liturgias y vivencias es trasladado de parroquia. Pero son casos individuales y de periodicidad irregular. En esta ocasión, la revuelta de los parroquianos es múltiple y, al menos, en tres ejemplos concretos, amenazan con no volver a los actos religiosos si la revocación se confirma. En otros casos, la protesta es menos radical, pero no por ello menos firme, haciendo ver que una cosa es la obediencia a la jerarquía y otra la indignación por tomar a los sacerdotes como "fichas de parchís", achacando la responsabilidad de la desazón ciudadana a la "falta de diálogo" del arzobispo.

La respuesta eclesiástica

El runrún de la irritación de los fieles ha llegado a tal extremo que ha obligado al arzobispo a salir al paso de las acusaciones y a señalar que los cambios en la diócesis son obligados por las necesidades de personal y negar que sean producto de "prebendas, caprichos o penalizaciones". El prelado justifica muchos de los traslados por la reducción de vocaciones y el alarmante descenso en la nómina de sacerdotes y añade que en los últimos días han fallecido varios clérigos ancianos y es preciso sustituirlos. "No podemos hacernos dueños del cura o de la parroquia”, añadió.  

Hasta ahora, la jerarquía asturiana había permanecido en silencio. Ni siquiera cuando los admiradores del Padre Chus le mostraron su malestar por su cese. El portavoz del arzobispo se limitó a señalar que su conducta era impropia y que no podía precisar más porque estaba bajo secreto sumarial eclesiástico. Las cábalas sobre las razones de su traslado se esparcieron como la pólvora por las redes sociales, pero sus feligreses se mantienen leales a su cura sin hacer caso a rumores y especulaciones. Cierta pista sobre la investigación eclesiástica la proporcionó el propio Padre Chus: "de relaciones con menores no hay nada y en las relaciones con adultos, uno lo hace libremente".

El cura represaliado, que afirma que llegará hasta el final en la defensa de su buen nombre, contrapone los criterios ecuménicos y de valores de una Iglesia progresista que oficia "nueve misas diarias" con los de quienes "van a esquiar a Huesca o utilizan la visa de oro para sus viajes turísticos". La alusión a Huesca obedece a que de esa diócesis procedía Sanz Montes antes de ser destinado a Oviedo, además de ser pública y notoria su afición a deslizarse por la nieve en temporada de invierno.

En el cisma de Asturias intervendrá el Vaticano. Según parece, el caso ha llegado a las altas instancias del catolicismo que ha impuesto silencio a las partes. Tanto el Arzobispado como los feligreses y el propio Padre Chus han apelado a la dirección de la Iglesia en busca de la razón. No parece que, con este camino emprendido, la solución esté cercana, aunque el desarrollo de los acontecimientos puede modificar esta impresión generalizada. La última misa del párroco de Castiello de la Marina estuvo plagada de actos de afirmación hacia el sacerdote con aplausos, lectura de un texto por sus fieles que fue respondido por sus  párroco al grito: “Viva la madre que os parió”.

Más parroquias afectadas

La crisis eclesiástica con el Padre Chus tiene otras variantes derivadas de su condición de profesor de Religión en dos institutos de Gijón, donde sus compañeros de claustro y los alumnos de su clase le han mostrado su total solidaridad, hasta el punto de que bastantes estudiantes ha hecho saber que si el año que viene el párroco deja de impartir la asignatura se plantearán seguir con ella. 

No es únicamente en Castiello de la Marina donde se centra la revuelta contra el arzobispo. En dos parroquias de Avilés, la de Santo Tomás de Canterbury  y la de Valliniello, el traslado de los curas Ángel Fernández Llano y Jesús González ha sentado como un tiro entre sus feligreses y aunque la protesta no llega a los niveles de la del Padre Chus, ya están programados sendos homenajes de desagravio a los dos clérigos. La marcha del titular de la iglesia de San Juan, en Oviedo, también ha originado mucho malestar.

El traslado de estos sacerdotes se inscribe en un amplio movimiento de personal que implica a 56 integrantes de la diócesis, en el que se considera el más ambicioso de los cambios de Sanz Montes desde que llegó a la región hace tres años. Todas las críticas que se le hacen tienen que ver con el viraje conservador que ha dado a los nombramientos y la relegación  de los pastores con más carisma entre sus fieles. Como se sabe, el arzobispo de Oviedo se inscribe en la línea pastoral que defiende el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Antonio María Rouco.    

El rebaño se rebela contra el pastor. La decisión del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, de promover una intensa reestructuración en su diócesis ha originado en algunas parroquias el rechazo frontal de los afectados y sus feligreses, que consideran que los nombramientos vacían de contenido la comunión entre el sacerdote y sus fieles y ponen de manifiesto un sesgo muy conservador en la actual nómina de representantes eclesiales, ya que la mayoría de los trasladados se acomodan en las posiciones vinculadas al sector reformista de la Iglesia o, como dice uno de ellos, "en la Iglesia de los pobres".