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“La medalla de Oro de Chaves ha salvado a la Pantoja de la cárcel”
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LAS ESTRECHAS RELACIONES DE ISABEL CON ZARRÍAS Y LA JUNTA

“La medalla de Oro de Chaves ha salvado a la Pantoja de la cárcel”

Manuel Chaves es consciente de que uno de los bienes mejor guardados de Isabel Pantoja es su medalla de Andalucía. La guarda en su vitrina de Cantora

Foto: “La medalla de Oro de Chaves ha salvado a la Pantoja de la cárcel”
“La medalla de Oro de Chaves ha salvado a la Pantoja de la cárcel”

Manuel Chaves es consciente de que uno de los bienes mejor guardados de Isabel Pantoja es su medalla de Andalucía. La guarda en su vitrina de Cantora al 'ladito' del escapulario de la Virgen del Rocío, sus dos talismanes de la suerte.

La de San Telmo ella dice que se la ganó “a pulso”. Un 28 de febrero soleadito de 2002, vestida de chaqueta blanca, inclinó la cabeza ante Manuel Chaves para que el político le impusiera el galardón. Eso sí, siempre bajo la atenta mirada de su amigo Gaspar Zarrías, el consejero con el que urdió un torpe plan que aspiraba a destituir al jefe de Urbanismo de Marbella, Juan Antonio Roca, de su cargo, y que con su mala estrategia le costó finalmente la alcaldía a su novio Julián Muñoz y hoy la cárcel al que llamaba su “amor amado”.

Un letrado decía ayer en los aledaños de la Ciudad de la Justicia tras conocerse la sentencia de Isabel Pantoja que “la medalla de San Telmo ha ayudado tanto a Isabel como hasta para librarla de la cárcel”. Muchos son los que insisten en que “las amistades peligrosas de la cantante la siguen protegiendo. Y que por eso una y otra vez seguirá reluciendo entre los premiados y los flashes de las cámaras de los fotógrafos porque sus pactos con el poder la tapan de todo”.

En todo este tiempo que ha durado el proceso de la Operación Malaya, Isabel se ha sentido arropada por este poder político que nunca la abandona. Las imágenes de la artista desmayada y por los suelos de la Ciudad de la Justicia contrastan con esas salidas dignas y altivas de la época en que abandonaba el Palacio de San Telmo, cambiando sonrisas con el mismísimo Gaspar Zarrías. Sólo hay que refrescar archivos o acordarse de las palabras que el mismísimo Jesús Gil apostillaba: “Esta utiliza a Julianito de marioneta para darle pan a los del jersey rojo”. 

Cariños y afectos

Todos en la Junta de Andalucía sabían de los “cariños y afectos” de Isabel Pantoja y Gaspar Zarrías. Este mismo en persona marcó los silencios que sobre la tonadillera pesaban en Canal Sur y que tanto enfadaban a los directivos cuando les tocaba hablar del tema. Ahí quedan prendidas en el tiempo las conversaciones del trío Pantoja, Zarrías y Muñoz para que la Junta desbloqueara la situación que atravesaba Marbella, poco antes de que Juan Antonio Roca perpetrara la moción de censura al saber que el alcalde Muñoz estaba dispuesto a entregar en bandeja de plata su cabeza a los 'chicos de la Junta'.

Ahora alguno relata que sólo es “un clavo más en la cruz de la cultura del pelotazo, de los Roca, los ERE y la Cantora”. Y es que el mismísimo Chaves era consciente de que el tema Pantoja iba a poner sobre el tapete la complicidad de la Junta y del PSOE con Marbella.

En Andalucía todos saben que nada de lo que ha sucedido en Marbella con Gil y con sus herederos, ahora en el brete de embargos de sus propiedades, habría sido posible sin esta connivencia. De hecho, muchos apuntan las entradas y salidas del consejero de Presidencia Zarrías, padrino para muchos de Isabel Pantoja, del Club Financiero de Gil.

En la época de la instrucción de Malaya no había cenáculo político en el que no se apostara que antes o después Miguel Ángel Torres acabaría llamando a declarar al "aforado andaluz", el ‘prestidigitador’ del Gobierno Chaves, que tuvo gran relación con Jesús Gil.

Pero eso nunca ocurrió, pese a que la prensa sacó a la luz unas supuestas conversaciones telefónicas de Roca con Zarrías sobre la moción de censura contra Muñoz. Luego el político saldría al paso diciendo que "en mi vida he hablado con Roca, y menos por teléfono", pero lo cierto es que más de uno le vio entrar al Club Financiero de la calle Ricardo Soriano, donde también estaba Roca. 

Zapatero como colofón

Isabel Pantoja siempre le decía a Julián “que el gordo te acabará quitando el pan”. Pero no fue así. Su propia torpeza con Zarrías hizo que se desmantelaran todos sus planes. Para cuando Julián descubrió que tenía los días contados como alcalde, ya era tarde. Sabía que los poderosos tentáculos de Gil le habían advertido de su acercamiento a la Junta de Andalucía y que habían descubierto el golpe de Estado que planeaba desde hacía tiempo con Isabel Pantoja, cómplice de la traición.

El mismo día que recibía su segunda condena firme de cárcel, les recibió Zarrías. Y como si de una copla se tratase, el colofón del ‘pantojeo’ lo puso otro líder del PSOE. Isabel fue detenida en Marbella pocas horas después de que el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, diera un mitin en Málaga y visitara, por sorpresa y fuera de programa, la comisaría en cuyos calabozos la tonadillera pasaría luego la noche.

Así los socialistas mostraban su disposición de combatir la corrupción como en su día se hizo con las detenciones de Lola Flores o la de Mariano Rubio, exgobernador del Banco de España, en el caso Ibercorp, ambos con los Gobiernos de Felipe González.

Sin embargo, en Andalucía, Zarrías sigue pesando. Y la medalla de Oro de Chaves casi más que el escapulario del Rocío. Isabel se ha librado de la cárcel por los pelos y, si ningún otro ‘líder’ lo remedia, seguirá cantando. 

Manuel Chaves es consciente de que uno de los bienes mejor guardados de Isabel Pantoja es su medalla de Andalucía. La guarda en su vitrina de Cantora al 'ladito' del escapulario de la Virgen del Rocío, sus dos talismanes de la suerte.

Manuel Chaves