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Qué piden los curas de base al nuevo Papa
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Qué piden los curas de base al nuevo Papa

Uno de los retos de Francisco I es recuperar la confianza de las bases y la credibilidad y el prestigio de la Iglesia en la sociedad en

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Qué piden los curas de base al nuevo Papa

Uno de los retos de Francisco I es recuperar la confianza de las bases y la credibilidad y el prestigio de la Iglesia en la sociedad en general, así como reformar el gobierno de la institución, esto es lo que reivindican los curas de base, los más reformistas, que aplauden los primeros gestos que ha hecho el nuevo Papa. Esperan que durante su pontificado recupere el mensaje de Jesús y que devuelva al pueblo su protagonismo y su dignidad. 

La actual distancia de la Iglesia con el pueblo y el mensaje original de Jesús se debe, en opinión Evaristo Villar, presidente del Foro de Curas de Madrid, a que en los dos papados anteriores se ha ido en la dirección contraria al espíritu del Concilio Vaticano II, convocado por el papa Juan XXIII en 1959 y con el que se hacía una apuesta por la modernidad y por abrir las ventanas de la Iglesia al mundo. Los dos últimos jefes de la Iglesia "han sido involucionistas y hasta contrarreformistas". Este, dicen, es progresista, aunque tiene poco tiempo

Villar es uno de los fundadores de la Iglesia de Base de Madrid, que agrupa a decenas de grupos de cristianos contrarios a la doctrina y actuación de la jerarquía. Se manifestó contra la Jornada Mundial de la Juventud que organizó Benedicto XVI en Madrid, porque consideraba que era un pacto con las fuerzas económicas y políticas que lo que hacía era reforzar la imagen de una Iglesia privilegiada, cercana al poder. Villar y el resto de miembros de la Iglesia de Base creen que la actual jerarquía eclesiástica está fuera de la realidad y luchan por conseguir una sociedad más digna. 

Cambio por la dignidad

“La consecuencia es que ha habido una enorme pérdida de prestigio y de credibilidad de la Iglesia y hasta de plausibilidad de la propia fe católica”, explica Villar. Ahora hay que esperar a ver si Francisco I es capaz de dar un golpe de timón y recuperar aquel espíritu. “Lo más grave es que una religión no sea capaz de crear esperanza, si es así, tiene poco que aportar. De momento, los primeros gestos del Papa apuntan en esa dirección, señala Villar.

De entrada, la elección ha sido una sorpresa y ya supone un cambio: es jesuita y está muy alejado, teológicamente, del conservadurismo del anterior jefe de la Iglesia. Sus biógrafos destacan su sencillez y aversión a todo lo que sea una exposición innecesaria. Evaristo Villar es uno de los religiosos que pide que el Papa lleve a cabo un cambio en el seno de la Iglesia y en las relaciones de la institución con el resto del mundo, que se escuche a las bases. El Papa reivindicó en su primera misa el jueves la importancia de la figura de Jesús. Sin ella, “seríamos una ONG piadosa, pero no la Iglesia”.   

En primer lugar, “del nuevo Papa espero que devuelva el protagonismo al pueblo, un protagonismo que se ha ido debilitando”, indica Villar.  Y no solo devolverle la voz al pueblo, sino "también la dignidad, es decir, la igualdad. No es de recibo que se divida a hombres de mujeres y a hombres de laicos. Todos en el pueblo cristiano somos iguales, como señalaba San Pablo en su carta a los gálatas".

Recuperar a Jesús

Otra cosa importante es que el papado debe servir para volver a la práctica de Jesús, que la jerarquía recupere su figura y no se esté tan pendiente de su propio poder. Además, Francisco I debería conseguir que la Iglesia acepte a los diferentes, como los homosexuales. “No hay derecho a que estén ninguneados y no se les acepte, igual que no hay derecho a que se niegue el acceso a los sacramentos a exreligiosos o divorciados, por ejemplo. Hay que aceptar a toda la gente como lo haría Jesús”, destaca este cura.

Bajo este papado sería interesante que el pueblo cristiano tome conciencia de que el punto de partida de Jesús eran los pobres y "que se den los pasos para que los que menos tienen vuelvan a recuperar su dignidad", comenta Villar.

La Iglesia también debería recuperar la democracia, la representación y participación del pueblo y relacionado con esto, el restablecimiento de la colegialidad -que todos voten, para que los elegidos tengan una verdadera representatividad- dentro de la iglesia, para evitar el centralismo y la concentración del poder.

Relaciones con el mundo

En cuanto a las relaciones con el resto del mundo, “la Iglesia no debe mirar desde arriba. Es parte de este mundo y es servidora del mundo, por lo tanto debería tener una relación estrecha y de apoyo a la dimensión científica y creativa del ser humano. Debe tener con la ciencia no una relación conflictiva, si no de cooperación, aunque vele junto con la ética cívica por que su uso digno”, afirma este cura, que considera que la Iglesia también debe apostar por la lucha por la justicia social, preocuparse por la gente que se queda fuera.

Por otra parte, “la Iglesia debe practicar la compasión, la actitud del samaritano que se paró y se encargó del apaleado. Ha perdido el corazón por apostar demasiado por la cabeza, por ideologías…”, comenta. Además, la institución y sus miembros “deberíamos hacer un esfuerzo por entrar en contacto con todas las religiones, buscar cierta complicidad y vinculación. Unirse para mantener la esperanza y la humanidad en el mundo”.

¿Es posible que Francisco I consiga este cambio?: “¡Ójala!”, concluye Villar. De momento, el discurso del sumo pontífice parece ir en esa dirección, ya que ha expresado su deseo de contribuir al “progreso de las relaciones entre religiones”. En una carta publicada el jueves decía: "Espero intensamente poder contribuir al progreso de las relaciones entre judíos y católicos conocidas a partir del Concilio Vaticano II, en un espíritu de colaboración renovada. También ha exhortado, en su primera misa,  a volver a la esencia del cristianismo.

Uno de los retos de Francisco I es recuperar la confianza de las bases y la credibilidad y el prestigio de la Iglesia en la sociedad en general, así como reformar el gobierno de la institución, esto es lo que reivindican los curas de base, los más reformistas, que aplauden los primeros gestos que ha hecho el nuevo Papa. Esperan que durante su pontificado recupere el mensaje de Jesús y que devuelva al pueblo su protagonismo y su dignidad. 

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