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México se salta el acuerdo y prohíbe la entrada a una turista española injustificadamente
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LA CÓNSUL MEXICANA LE RESPONDIÓ QUE "EN BARAJAS HACEN LO MISMO CON MUCHOS MEXICANOS"

México se salta el acuerdo y prohíbe la entrada a una turista española injustificadamente

Begoña Moreno-Luque aterrizó en México el 29 de julio a las ocho de la tarde, hora local. El aeropuerto Juárez Internacional de la capital le resultaba

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México se salta el acuerdo y prohíbe la entrada a una turista española injustificadamente

Begoña Moreno-Luque aterrizó en México el 29 de julio a las ocho de la tarde, hora local. El aeropuerto Juárez Internacional de la capital le resultaba conocido, pues era la tercera vez que iba a pasar sus vacaciones en ese país. Todo marchaba con normalidad hasta que una agente del control fronterizo la interceptó. Fue el principio de un interrogatorio de pesadilla que la abogada nunca olvidará.

La viajera llevaba en su mano todos los papeles en regla: pasaporte vigente, billete de vuelta a Madrid para el 2 de septiembre y reserva en un hotel para las primeras dos noches de su estancia. No fue suficiente para la funcionaria. Tras preguntarle cuánto tiempo iba a pasar en el país -34 días-, su profesión y comprobar toda su documentación, quiso saber qué iba a hacer al salir del aeropuerto. "Tomar un taxi para ir al hotel". Cuando le enseñó la reserva, la agente le preguntó a qué iba a dedicarse el resto de los días. “Voy a moverme por diferentes ciudades y tengo amigos abiertos a recibirme en su casa”.

Nada bastó. La agente fue a buscar a su superior en rango de inmigración, una tal señorita Berta a quien todos llamaban "licenciada". Según Begoña, esta supuesta responsable le preguntó el motivo  de su viaje y le reprendió agresivamente por la reserva del hotel: "Con que no está pagada", le increpó la agente. “Cortésmente le expliqué lo habitual de abonar un porcentaje de la estancia antes de abonar el total en recepción”, asegura la turista.

Nada sirvió. Tras volver a repetir su profesión, le exigieron una credencial para demostrar que es abogada que no llevaba encima pero que podía conseguir con una simple consulta en Internet, a lo que los agentes se negaron. "¡Así que no tiene trabajo!", exclamó una de ellasl. “Cuando me preguntaron por el dinero que tenía, empecé a sospechar que todo fuese una artimaña de hurto, dadas las historias que se cuentan". Begoña les explicó que llevaba lo justo en metálico para algún apuro, ya que pensaba ir sacando pesos mexicanos del cajero. Aún así, les aseguró que en total gastaría unos 1.800 euros, lo que tampoco detuvo el tercer grado.

"¿Y si tienes amigos por qué te quedas en un hotel?", le preguntaron. Desconcertada, les respondió que prefería llamarles una vez se hubiera instalado en la ciudad para coordinar sus planes, a lo que los agentes respondieron exigiéndole la dirección. "No me la sabía de memoria, pero ni me dejaron buscarla en Internet ni me pidieron el teléfono de mis amigos", afirma"Se limitaron a decirme de forma agresiva que estaba incumpliendo todos los requisitos de entrada", se queja.

Siete horas de encierro y 'deportación' a Atlanta

Begoña en ningún momento tuvo que firmar una declaración, ni recibió ningún documento que constatara la denegación de entrada o detallara los motivos. “Tampoco me explicaron los requisitos legales que supuestamente incumplía para poder entrar en el país”. Viendo que no le quedaban opciones exigió hablar con la embajada española, a lo que el funcionario que la custodiaba respondió que solo se le permitiría llamar "una vez y una hora antes del vuelo".

Pero, llegado el momento, tampoco se le concedió hablar por teléfono. "No pude informar de mi situación a la embajada, ni a mi familia en España o a mis amigos en México". Tampoco pudo recurrir al móvil, inoperativo por problemas de roaming. Después de siete horas retenida en un cuarto, dos funcionarios se la llevaron escoltada mientras ignoraban sus súplicas por hablar con algún responsable. La tragedia fue mayúscula cuando leyó su nuevo destino en la puerta de embarque: Atlanta. La mandaban de vuelta a la ciudad donde hizo escala desde Madrid.

"En México ni siquiera me dijeron si después me llevarían a España. Cuando llegué a Atlanta me di cuenta de que tendría que buscarme la vida sola para volver a mi país", dice. Y así fue. Tuvo la suerte de que los empleados de Delta Air Lines gestionaron su regreso sin coste añadido. Pero afirma que a ellos no les constaba ninguna explicación del aeropuerto mexicano. Con el incidente había perdido los 1308 euros de su billete de ida y vuelta a México, además de sus vacaciones.

Begoña ha denunciado su caso tanto a la embajada de México en España como a la española en México. También lo ha remitido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Todos les han asegurado que lo estudiarán, pero hasta el momento no ha obtenido ninguna solución.

Guerra en las fronteras

México podría estar empezando a rechazar la entrada arbitraria a ciudadanos españoles. El caso de Begoña es solo uno de las múltiples denegaciones de paso que tienen lugar en las fronteras, a veces sin motivo aparente. Pero sí hay uno, en este caso reconocido por México. La cónsul mexicana en España, María Guadalupe Sánchez, explicó a Begoña, explica ella, que aunque su problema “fue aislado”, en Barajas hacen lo mismo con muchos ciudadanos mexicanos.

De hecho, México manifestó en junio el trato desigual que -considera- reciben sus turistas en los aeropuertos españoles, y ambos países llegaron a un acuerdo por el que se garantizaba que no se producirían inadmisiones, “salvo aquellas que sean plenamente justificadas”. En la embajada de México han declinado hacer declaraciones sobre el problema de Begoña en México, pero aseguran que a raíz del acuerdo España ha tratado mejor a los viajeros mexicanos, sin especificar cifras.

No es el primer país en el que esto ocurre. El intercambio de turistas entre Brasil y España protagoniza una guerra diplomática en los aeropuertos desde hace varios años. Al igual que en México, en Brasil creen que el trato que reciben sus turistas en la frontera española no es el mismo que en el resto de Europa, dado que las cifras de viajeros rechazados son mucho mayores.

Por este motivo, desde el pasado mes de abril el Gobierno brasileño aplica unas rigurosas medidas para los españoles que quieran entrar allí. Estas incluyen poseer un billete de vuelta con fecha confirmada, una reserva pagada de hotel y un comprobante de medios suficientes para manutención de unos 80 euros diarios. Además si el turista se hospeda en una residencia particular debe tener una carta de invitación de la persona que le aloja.

Brasil justifica que los nuevos requisitos solo se apliquen a españoles en lo que considera "un mero acto de reciprocidad". Todo ello a pesar de que el número de pasajeros brasileños a quienes se ha denegado el paso ha bajado -en 2007 España rechazó a 3.000, frente a unos 1.400 (menos de la mitad) en 2011.

Begoña Moreno-Luque aterrizó en México el 29 de julio a las ocho de la tarde, hora local. El aeropuerto Juárez Internacional de la capital le resultaba conocido, pues era la tercera vez que iba a pasar sus vacaciones en ese país. Todo marchaba con normalidad hasta que una agente del control fronterizo la interceptó. Fue el principio de un interrogatorio de pesadilla que la abogada nunca olvidará.