El juez procesa al padre de los niños desaparecidos en Córdoba

Siete meses después de la desaparición de los niños Ruth y José en Córdoba, el juzgado ha dictado auto de procesamiento contra el padre, José  Bretón. A estas alturas ya nadie cree que los dos pequeños estén vivos. La madre, Ruth Ortiz, asegura que sus hijos han sido asesinados por su marido, que ha hecho desaparecer sus cuerpos.

El único hilo que unía el recuerdo de los niños desaparecidos en Córdoba con la esperanza se ha roto. Hasta ahora, en el círculo cercano a Ruth Ortiz se seguía manteniendo el discurso de la posible aparición con vida de los pequeños:  los niños podían estar vivos y ocultos en alguna parte. Era una manera de mantener viva la llama en las manifestaciones que pedían su regreso. Sin embargo, a raíz de la comparecencia de Bretón y su familia ante el juez, Ruth Ortiz parece decidida a afrontar una realidad temida pero que no por ello puede ser menos cierta.

Siete meses de indagaciones sin rastro

Las indagaciones policiales no han dado resultado alguno después de siete meses de búsqueda por los lugares en los que estuvo Bretón el día de la desaparición de los pequeños, y el persistente análisis de las grabaciones del coche que utilizó el padre en desplazamientos, saliendo y entrando en la finca de sus padres en la que se había especulado podían estar enterrados los dos pequeños, ha servido para muy poco.

Entre las declaraciones más novedosas se encuentra la de un primo de Ruth Ortiz, que ha manifestado ante el juez que el padre de los dos pequeños le llegó a reconocer que los había matado. A partir de aquí y de otros testimonios de presos y familiares de Bretón, el caso sigue pendiente de que se pueda encontrar a los niños o sus cadáveres.

El auto de procesamiento de Bretón lo acusa de la presunta comisión de los delitos de detención ilegal, en la modalidad cualificada de menores y con la agravante de parentesco, y por simulación de delito. Sin embargo, tanto en Córdoba, que fue donde  desaparecieron los niños, como en Huelva, capital en la que residían, el sentimiento común es que Ruth y José están muertos y que el padre ha hecho desaparecer los cadáveres, según se observa cuando se realizan manifestaciones ciudadanas pidiendo la aparición de los pequeños.

A esta convicción cada vez más generalizada, y respetando siempre la presunción de inocencia, conducen los informes sicológicos que se han venido elaborando sobre la personalidad de José Bretón, o el hecho de que en la última ronda de declaraciones ante el juez se haya asegurado por parte de testigos que Bretón llegó a maltratar incluso a los pequeños en algunas ocasiones.