Es noticia
Gordon Gekko coopera con el FBI: Michael Douglas hace campaña contra el 'insider trading'
  1. Sociedad
EL ACTOR HUYE DE SU PERSONAJE EN UN VÍDEO DE LA OFICINA DE INVESTIGACIONES

Gordon Gekko coopera con el FBI: Michael Douglas hace campaña contra el 'insider trading'

Gordon Gekko, el despiadado hombre de negocios de ‘Wall Street’ que popularizó la frase “La codicia, a falta de una palabra mejor, es buena” se ha

Foto: Gordon Gekko coopera con el FBI: Michael Douglas hace campaña contra el 'insider trading'
Gordon Gekko coopera con el FBI: Michael Douglas hace campaña contra el 'insider trading'

Gordon Gekko, el despiadado hombre de negocios de ‘Wall Street’ que popularizó la frase “La codicia, a falta de una palabra mejor, es buena” se ha convertido en colaborador del FBI. El financiero interpretado por Michael Douglas en la mítica película dirigida por Oliver Stone ha vuelto a asomarse a la pantalla, pero esta vez para lanzar un mensaje bien distinto al que preconizaba en los años 80: “El ‘insider trading’ es ilegal”. Pocos lo saben mejor que él, puesto que esa conducta fue la que le acabó enviando a prisión en el film que le valió a Douglas un Oscar al Mejor Actor en 1987.

En un anuncio televisivo de apenas un minuto, el actor aparece sin la corbata y el pelo cuidadosamente engominado que solía lucir su personaje en ‘Wall Street’, para recordar que “la película era ficción, pero el problema es real”. El vídeo forma parte de una campaña del gobierno estadounidense para conseguir colaboradores e informantes en el distrito financiero de Nueva York, un territorio en el que la Oficina de Investigaciones no había centrado sus prioridades en los últimos años. Con esta acción publicitaria, el FBI pretende mostrarse accesible de cara a cualquiera que tenga conocimiento de prácticas ilegales y quiera denunciarlo.

“Nuestra economía depende cada vez más del éxito y la integridad de los mercados financieros”, proclama Douglas mirando a cámara. El actor, que acaba de someterse a un tratamiento contra el cáncer de garganta, ha declarado que aceptó la propuesta porque necesitaba dejar clara su postura sobre el ‘insider trading’, ya que en los tiempos de la ola de popularidad de ‘Wall Street’ solía recibir felicitaciones y efusivos saludos de auténticos traders y banqueros cuando paseaba por la calles de Manhattan. “En la película soy un criminal, ¿no se dan cuenta?”, se preguntaba Douglas.

En sus esfuerzos por combatir el uso de información privilegiada, el FBI confía en el poder de este icono del capitalismo, cuyas palabras en la película fueron elevadas a la categoría de mantra por parte de los ‘tiburones’ del parqué neoyorquino:

La codicia, a falta de una palabra mejor, es buena. La codicia está bien. La codicia funciona. La codicia clarifica, penetra y captura la esencia del espíritu revolucionario. La codicia, en todas sus formas, codicia por la vida, por el dinero, por el amor, por el conocimiento, ha elevado a la humanidad; y la codicia, recuerden mis palabras, no solo salvará a Teldar Paper sino a esa otra corporación con problemas de funcionamiento llamada Estados Unidos”.

Un discurso bien distinto al que proclama esta nueva versión del emperador de los mercados, que en el anuncio advierte contra los negocios “que parecen demasiado buenos para ser reales”.

No es la primera vez que Michael Douglas trata de distanciarse de Gordon Gekko, convertido ya en un símbolo universal de la avaricia: durante su comparecencia en una Asamblea General de Naciones Unidas en 2008 como embajador de la paz, el actor tuvo que soportar preguntas sobre su responsabilidad en el comportamiento de los grandes comerciantes que habían sido inspirados por su personaje.

Gordon Gekko, el despiadado hombre de negocios de ‘Wall Street’ que popularizó la frase “La codicia, a falta de una palabra mejor, es buena” se ha convertido en colaborador del FBI. El financiero interpretado por Michael Douglas en la mítica película dirigida por Oliver Stone ha vuelto a asomarse a la pantalla, pero esta vez para lanzar un mensaje bien distinto al que preconizaba en los años 80: “El ‘insider trading’ es ilegal”. Pocos lo saben mejor que él, puesto que esa conducta fue la que le acabó enviando a prisión en el film que le valió a Douglas un Oscar al Mejor Actor en 1987.