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“Banquero, banquero, tú tienes billetes y yo un agujero”
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PROTESTAS PACÍFICAS A RITMO DE FLAMENCO

“Banquero, banquero, tú tienes billetes y yo un agujero”

Está todo en su sitio. La gente haciendo cola, los trabajadores del banco hablando por teléfono o atendiendo a algún cliente,  el cajero tras la

Está todo en su sitio. La gente haciendo cola, los trabajadores del banco hablando por teléfono o atendiendo a algún cliente,  el cajero tras la ventanilla tecleando un ordenador…Hasta que una voz rompe la monotonía de la jornada con un poderoso lamento:

- ¡Ay, qué fatiga más grande me hacéis pasar!

La gente mira con cara de sorpresa a La Chunami, quien prosigue con su canción, hasta que realiza un gesto de  desplante con el que pone fin al asunto y sale por la puerta. Hay quien aplaude, quien la ignora y quien la mira curiosidad. Reacciones similares genera Valeria cuando se marca unas seguiriyas, acompañada por una docena de personas, en una entidad bancaria malagueña, para reivindicar la dación en pago de las viviendas hipotecadas, o cuando más de 20 personas del colectivo Flo 6x8 toman una gran oficina bancaria sevillana en un  llamativo flash mob.

Ese efecto sorpresa, esa ruptura de la normalidad, convenientemente registrada por las cámaras, es lo que hace que estas acciones resulten. Las personas que están en el banco se preguntan qué está ocurriendo, qué hace aquella gente bailado y cantando allí, qué es lo que finalmente quieren. Y lo que quieren, según Paca La Monea, integrante del colectivo Flo 6x8, es conseguir que “se empiecen a cuestionar las actividades de un sistema financiero complejo que es el que dicta las normas de nuestra sociedad”. Frente a esos flujos financieros inmateriales que constituyen la esencia de nuestro sistema, ellas, afirma La Monea, oponen la materialidad de su cuerpo: “Así cargas las pilas. Llegas, te das un zapateao, y sales tan contenta. Te aporta mucha energía y siempre te vas con una sonrisa”.

El colectivo Flo 6x8 partió de la iniciativa de un grupo de artistas flamencos que comenzó a realizar estas acciones espontaneas en Sevilla, en las sucursales de los barrios donde residían. Con las grabaciones de las acciones, al principio realizadas con teléfonos móviles, pusieron en marcha una web a través de la cual documentaban lo realizado. “Buscábamos formas de recuperar nuestro  imaginario y de utilizarlo a nuestro favor”.

A través del boca a boca y de la web, las acciones fueron ampliándose y llegaron también a otras ciudades, como Huelva, Granada, Málaga o incluso Madrid y Barcelona. Pero también llegaron los problemas con los bancos, que se iniciaron cuando “en lugar de grabar con teléfonos móviles, comenzamos a hacerlo con cámaras, lo que delataba que ese material iba a ser utilizado posteriormente. Hasta ese momento, cuando todo quedaba en el contexto en el que se producía, te encontrabas con gente que no sabía muy bien cómo colocarse ni cómo reaccionar; después empezamos a encontrarnos con cargos de los bancos que parecían preocupados por el hecho de vernos con una cámara en las manos

Esos mismos problemas acabaron haciéndoles más populares. El colectivo colgó en la Red un vídeo de unas acciones que hubo de ser retirado. “Nos llamaron los de Youtube nos diciendo que quitáramos el vídeo o que lo quitaban ellos, en teoría porque salían en él las caras de los empleados del banco”, explica Paca la Monea. Como suele ocurrir, esa prohibición hizo que se disparase el número de visionados, al producir un efecto llamada. Otros colectivos lo colgaron en su Red, mucha gente se solidarizó con ellos y las visitas subieron espectacularmente.

Lo cual no sólo atrajo a más gente interesada en formar parte de las acciones sino que también logró que éstas comenzaran a ser imitadas. “Esto es código abierto”, explica Paca la Monea. “Se trata de que cada cual lo aplique en su situación y en su contexto. Nosotras elegimos el flamenco porque era lo que nos resultaba más cercano; que cada cual elija aquello con lo que está más cómodo. Si en Cataluña quieren bailar sardanas…”

Una protesta diferente

Estas acciones, se han planteado, según Paca La Monea, como algo a medio camino entra la inacción y la respuesta airada. “Por un lado está el me aguanto y no digo nada, y por otra está la violencia. Nosotros nos hemos querido salir de ese par de opciones, haciendo algo que nos haga recuperar la energía y que sirva para multiplicarla. La gente que nos ve en los bancos se queda riéndose, pero también cuestionándose, y eso sirve también para multiplicar”.

Esta forma de protesta lúdica contra los bancos ha terminado por hacerse muy popular. En un sentido, porque la banca andaluza ha girado circulares advirtiendo de su existencia, como forma de prevención de estas acciones, y ya son figuras bien conocidas por los vigilantes jurados; en otro, porque sus vídeos han sido muy vistos en Internet, en especial el que contiene su hit musical, Banquero (“Banquero, banquero, banquero, tú tienes billetes y yo un agujero”). Además, las acciones han acabado conformando un documental, realizado por Pepe Cifuentes, que lleva por título Cuerpo contra capital, y que ha sido producido por Camping Producciones. La película, que fue estrenada en un local sede de CCOO en Sevilla, dada la imposibilidad de encontrar una sala que la quisiera proyectar, se ha dirigido al circuito de festivales.

Las actividades del colectivo Flo 6x8, y la buena aceptación de la que gozan, vienen a subrayar cómo existe una conflictividad que no se articula a través de manifestaciones, sino que ha buscado  otras formas de expresión, a veces más relacionadas con el espectáculo, como es el caso citado,  y en otras ocasiones a través de formas mediáticas que hagan visibles los problemas. Es el caso de José Luis Burgos, un discapacitado de 48 años que ha emprendido un peregrinaje contra la inmoralidad de la banca. Burgos ha realizado dos huelgas de hambre para detener la subasta de su vivienda, instada por el mismo banco que le debía pagar una indemnización a cargo del seguro vinculado a la hipoteca de la vivienda, cantidad que el titular había reclamado sin éxito durante dos años. Tras lograr que la subasta se detuviese y que el juez recabase la información necesaria para tomar una decisión, Burgos ha emprendido una ruta de protesta por diferentes ciudades españolas con el objetivo de denunciar los abusos que comete la banca. En definitiva, que ya sea mediante páginas de la Red, demandas colectivas dirigidas por asociaciones de consumidores, debates y mesas redondas, o acciones sorpresa, la conflictividad está tomando nuevos rumbos.

Está todo en su sitio. La gente haciendo cola, los trabajadores del banco hablando por teléfono o atendiendo a algún cliente,  el cajero tras la ventanilla tecleando un ordenador…Hasta que una voz rompe la monotonía de la jornada con un poderoso lamento:

Protesta social Flamenco