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El MBA, o cómo comprar una entrevista de trabajo por 150.000 dólares
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NO GARANTIZAN ENCONTRAR UN EMPLEO DE PRESTIGIO

El MBA, o cómo comprar una entrevista de trabajo por 150.000 dólares

“Contar con un MBA en tu currículum no te proporciona mayores ingresos ni consigue que tu carrera profesional se desarrolle. Así lo asegura el único estudio

Foto: El MBA, o cómo comprar una entrevista de trabajo por 150.000 dólares
El MBA, o cómo comprar una entrevista de trabajo por 150.000 dólares

“Contar con un MBA en tu currículum no te proporciona mayores ingresos ni consigue que tu carrera profesional se desarrolle. Así lo asegura el único estudio sistemático sobre la efectividad de las Business Schools que conozco, y que analiza datos de 40 años”. Para Josh Kaufman, autor de The personal MBA, tales conclusiones distan mucho de ser sorprendentes, toda vez que los conocimientos que nos procuran titulaciones tan caras distan mucho de poder aplicarse con éxito en la vida cotidiana. Kaufman, que afirma ser un profesor independiente, se dedica “a investigar, sintetizar y enseñar lo que sabemos sobre el mundo de los negocios de manera que la gente pueda entenderlo y utilizarlo. Mi propósito es ayudar al mayor número de gente posible a que conozca y maneje los conceptos indispensables del mundo de los negocios en sus propios términos”. En síntesis, lo que hace es contraponer el conocimiento de sentido común con la retórica de titulaciones de gran prestigio que no nos enseñan lo necesario para abordar el día a día.

Sin embargo, si la tesis de Kaufman resultara cierta, y si además la posesión de un MBA tampoco genera los ingresos esperados ni catapulta hacia el éxito, bien cabría preguntarse por que mucha gente invierte una cantidad y un tiempo considerables en obtenerlo. Para Kaufman, la clave reside en el estatus y en el prestigio. “El mundo de los negocios está acostumbrado a  asociar titulaciones caras con trabajos bien pagados, una relación que comienza cuando muchas empresas de consultoría y bancos de inversión requieren un MBA como parte del proceso de contratación. Las escuelas de negocios y las universidades han utilizado esta asociación para inflar drásticamente el coste de sus programas, y más aún desde que descubrieron que los precios elevados y los bonitos campus atraían a más estudiantes, incluso si estos estudiantes no aprendían allí las habilidades que les son precisas en día a día empresarial, como Daniel Luzer ha puesto de manifiesto en The prestige racket”.

Así, muchos estudiantes de MBA creen que gastar un montón de dinero en un título les hará aterrizar automáticamente en un trabajo prestigioso y bien pagado, una creencia que no es cierta, “ya que el mercado remunera las habilidades, no las titulaciones”. Para lo que sí es útil el MBA, sobre todo si has estudiado en una Escuela de negocios del Top 10 “es para  incrementar tu probabilidad de tener una entrevista con una consultoría de prestigio, con un banco internacional o con una empresa que figura en el Fortune 50. Si quieres trabajar para McKinsey o Goldman Sachs, necesitarás un MBA. Porque, esencialmente, lo que haces con él es comprar una entrevista de trabajo por 150.000 dólares”.

Para Juanma Roca, autor de MBA, ángeles o demonios, hay algo cierto en esta afirmación, toda vez que muchas escuelas no se esconden a la hora de vender su network como parte esencial de su oferta. “Hablamos de una enseñanza formativa de élite, de una titulación de calidad para gente que quiere tener una gran trayectoria, y, que por lo tanto, puede situarte en una posición muy buena para que tejas relaciones profesionales sólidas y amistades interesantes, a través de las cuales puedes llegar a formar parte de ese núcleo de gente brillante y bien posicionada que dirige las empresas”. Pero esto, asegura Roca, también tiene su vertiente negativa, toda vez que está generando que algunas instituciones educativas sólo pongan el énfasis en esa red de relaciones. “Hay voces críticas, como la de Rakesh Khurana, que señalan que el fin de las escuelas no debe ser otro que la formación de calidad. Y cuando se hace del network el objetivo último en lugar de un elemento más del proceso formador, se está tergiversando la esencia del MBA”.

Eduardo Fernández-Cantelli, Director General de Marketing y Mercados de IE Business School, añade un elemento más, al entender que lo más importante del MBA no es ni lo puramente académico ni el aspecto relacional, sino el desarrollo de las habilidades directivas y personales del individuo. “Abrir puertas, y más en una sociedad como la española, es algo que se puede hacer a través de los contactos sociales de cada cual. A lo que te ayuda el MBA es a tener ese punto extra de confianza, seguridad y conocimiento para poder emplearte a fondo en ese entorno profesional al que accedes”.

Una mala decisión financiera

En todo caso, mucha gente piensa que si ese es el camino para el éxito, es bueno recorrerlo; que si el MBA asegura un puesto de trabajo en las compañías más grandes, estamos ante una buena inversión. Kaufman no está de acuerdo ya que “no hay ninguna garantía de que poseer un MBA te lleve a un trabajo MBA. Obtienen esa titulación entre 200.000 y 300.000 personas cada año y las firmas de prestigio sólo contratan a unos cuantos miles, de modo que te puedes encontrar con un título muy caro bajo el brazo y sin un trabajo bien pagado que te ayude a costearlo”.

Porque esa es otra de las críticas que suelen hacerse al MBA, que cuesta más de lo que vale. Es importante recordar, señala Kaufman, que “a menos que seas rico o que tu empresa pague los gastos, tendrás que pedir dinero prestado para ir a una escuela de negocios. En EEUU, en estos casos, la tasa de interés suele ir del 6,8 % al 10%, de modo que tanto el tamaño del préstamo como su tasa de interés son muy similares a los de una hipoteca. Si te lleva 20-30 años pagar el préstamo, pagarás entre 2-3 veces el coste del préstamo al banco.  Además, si por cualquier razón tienes problemas para devolverlo, tus tasas de interés se incrementarán, y acabarás pagando mucho más. Incluso si te declaras en quiebra, la ley estadounidense señala que las deudas de los préstamos de estudios no pueden ser liberadas, de modo que los cobradores de crédito te perseguirán sin piedad hasta que pagues”. Estas son situaciones en las que no nos gusta pensar pero que•son una realidad para mucha gente que pensó que pedir dinero prestado para ir a una business school era una buena decisión financiera. Sin embargo, se trata de una opción con grandes riesgos, ya que sus retornos son inciertos”.

Según Roca, esto es uno de los asuntos más llamativos respecto del MBA, porque en ningún otro segmento educativo se cuestiona la rentabilidad de la educación mientras que en el MBA está en el centro del debate. “Si por  retorno de la inversión entendemos una mejor trayectoria, una red de contactos interesantes o adquirir grandes conocimientos, sí hay un gran retorno; si lo que pretendemos es hacernos directores generales nada más haberlo terminado, tendremos que despertar a la realidad”. Fernández-Cantelli cree que “si se mira en el corto plazo, no va a haber un altísimo retorno en la inversión. Pero aunque un programa MBA en una de las escuelas con mayor reputación del mundo no se amortice en un año, es indudable que genera beneficios. Según el ranking del Financial Times, quienes han cursado en nuestra escuela el  Executive MBA Executive han aumentado sus salarios en tres años un 144%”. La mejor prueba, para Fernández- Cantelli de que el MBA es rentable es que “hay un alto porcentaje de gente que está dispuesta a hacer sacrificios por obtener la titulación”.

Sin embargo, incluso cuando el MBA sirve para que consigamos lo que pretendíamos, avisa Kaufman, deberíamos tener en cuenta que no siempre nos encontramos con lo que esperábamos. “En las empresas que contratan MBAs hay mucha rotación, porque los trabajos son estresantes y exigentes, consumen todo tu tiempo y te dejan muy poca autonomía. Mucha gente piensa que esos puestos son atractivos, pero cuando comienzan a trabajar se dan cuenta de que están muy lejos de resultar tan excitantes como creían y se pasan el tiempo pensando cómo pueden salir de allí, como ha puesto de manifiesto Pamela Slim en Escape from cubicle nation”.

Por eso, subraya Kaufman, cuando valoramos si el MBA nos puede conducir al éxito, debemos ser conscientes de qué conceptos estamos manejando. “Si ves como un éxito trabajar en un empleo bien retribuido, en un entorno de mucho estrés y de continuas exigencias, en el que has de estar dispuesto a hacer cualquier cosa para ascender en la organización y en el que debes sacrificar al trabajo tu familia y tu salud, entonces puedes considerar el MBA una vía para conseguirlo. Si valoras la libertad de trabajar en proyectos que te atraen con gente que te gusta, si quieres pasar tiempo con tu familia, cuidar tu salud y hacer más cosas que diseñar presentaciones de Power Point y lamentarte de la rentabilidad de las acciones, el MBA no te es necesario”.

Para Kaufman,  el mejor camino para llegar al éxito es aprender cómo funciona el mundo de los negocios y después montar tu propia empresa, ya que si eres capaz de generar valor para la gente, “a nadie le importará si tienes o no un título”. Además, no debemos olvidar que “el camino más rápido para convertirte en un CEO es poner en marcha tu propia compañía”.

“Contar con un MBA en tu currículum no te proporciona mayores ingresos ni consigue que tu carrera profesional se desarrolle. Así lo asegura el único estudio sistemático sobre la efectividad de las Business Schools que conozco, y que analiza datos de 40 años”. Para Josh Kaufman, autor de The personal MBA, tales conclusiones distan mucho de ser sorprendentes, toda vez que los conocimientos que nos procuran titulaciones tan caras distan mucho de poder aplicarse con éxito en la vida cotidiana. Kaufman, que afirma ser un profesor independiente, se dedica “a investigar, sintetizar y enseñar lo que sabemos sobre el mundo de los negocios de manera que la gente pueda entenderlo y utilizarlo. Mi propósito es ayudar al mayor número de gente posible a que conozca y maneje los conceptos indispensables del mundo de los negocios en sus propios términos”. En síntesis, lo que hace es contraponer el conocimiento de sentido común con la retórica de titulaciones de gran prestigio que no nos enseñan lo necesario para abordar el día a día.