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Los empresarios chinos se lanzan a la conquista de los grandes centros comerciales de Barcelona
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PAGAN HASTA TRES MESES POR ADELANTADO Y EN EFECTIVO

Los empresarios chinos se lanzan a la conquista de los grandes centros comerciales de Barcelona

Primero, hace treinta años, fueron los restaurantes con farolillos rojos en la puerta de la entrada y menús a base de arroz frito y salsa de

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Los empresarios chinos se lanzan a la conquista de los grandes centros comerciales de Barcelona

Primero, hace treinta años, fueron los restaurantes con farolillos rojos en la puerta de la entrada y menús a base de arroz frito y salsa de soja; después vendrían locales textiles donde se vende ropa al por mayor traída en barco desde China; más tarde, peluquerías, tiendas de comestibles, golosinas y bares autóctonos. Ahora los empresarios chinos se lanzan a la compra o alquiler de locales en centros comerciales de Barcelona. No es fácil, con la actual crisis económica y ante la caída del consumo, mantener un establecimiento de este tipo en una gran ciudad. Y estar ubicado en un centro comercial, lo que garantiza el paso de potenciales clientes, se sigue pagando a un precio que en la Ciudad Condal puede alcanzar los 5.000 euros mensuales por un espacio que no sobrepasa los 60 metros cuadrados.

Los chinos son los que más están moviendo el mercado de locales en centros comerciales. Y, como novedad, ya se han introducido como inquilinos en los más importantes de la capital catalana. “Llevamos meses recibiendo visitas de empresarios chinos llegados a Barcelona que, después de alquilar bares que han dejado propietarios autóctonos, querían entrar en centros comerciales. Esta semana hemos firmado acuerdos con propietarios de locales en Diagonal Mar, la Illa Diagonal, Glòries, Heron City y en el centro Ycaria de la Villa Olímpica, donde los chinos ya empiezan a operar con sus propios locales como inquilinos, una primicia en la ciudad”, explica a El Confidencial Luis Prieto, responsable de locales comerciales en una administradora de fincas barcelonesa. Uno de los motivos por los que los chinos se han instalado en centros comerciales es la ampliación de sus negocios de restauración ante la caída de la demanda en los restaurantes chinos de Barcelona, cerca de un 30% en el último año según datos de la asociación de hostelería barcelonesa, debido a que el consumidor gasta menos en comer fuera de casa.

La entrada de los empresarios chinos en los centros comerciales supone la introducción de la restauración china y asiática en centros donde también existen restaurantes de comida catalana, americana, ecológica y dietética. Estos locales regentados por chinos suelen presentarse al público bajo la marca Wok, en la que haciendo referencia a esta olla donde se cocinan la mayoría de los platos de la cocina asiática, se ofrece una mezcla de comida japonesa, china y de otros países asiáticos como Vietnam o Camboya. Además, regentan restaurantes de comida asiática con otras marcas que se parecen más a la fonética occidental y que hacen referencia no sólo a la comida china sino también a la popular cocina japonesa.

Un precio desorbitado

“En los diez contratos de arrendamiento que hemos firmado con empresarios chinos en locales de centros comerciales han pagado por adelantado las tres primeras mensualidades. Por ponerle un ejemplo, para un local de marca Wok en un centro comercial de Barcelona de 190 metros cuadrados han pagado 120 euros por metro cuadrado, lo que resulta un alquiler mensual de 22.800 euros, y suelen abonar las tres primeras cuotas en metálico”, prosigue el directivo.

La búsqueda de nuevos espacios comerciales donde la comunidad china pueda desarrollar sus negocios se ha extendido “como una mancha de aceite”, según un portavoz de una empresa inmobiliaria del barrio del Eixample de Barcelona, debido a que ya no les resulta tan rentable abrir tiendas textiles. “El aumento del control policial de las prendas falsificadas de ropa que llegan en contenedores marítimos al Puerto de Barcelona y la caída del consumo en restaurantes chinos ha llevado a los empresarios de esta comunidad a buscar nuevas formas de negocio y estar cerca de los clientes. Por eso comienzan a regentar locales en centros comerciales aunque sea a un precio elevado”, aseguran las mismas fuentes.

A comienzos de la década de los años 80, las luces rojas vestidas de farolillos de papel rojo delataban la prodigiosa expansión del arroz tres delicias entre los paladares de todos los barrios de Barcelona. Con el mayor control sobre las prendas textiles, los chinos que se quedan en la ciudad -la mayoría aún de la región de Xinjiang-, prefieren gestionar tiendas minoristas de ropa económica, bazares, estética y, cómo no, nuevos bares, restaurantes y ahora locales en centros comerciales. El presidente de la Unión de Asociaciones Chinas y referente del colectivo en Barcelona, Lam Chuen Ping, destaca que los chinos tienen un espíritu de sacrificio y trabajo que los convierte en idóneos herederos de bares tradicionales (reproducen la oferta que encuentran y no tocan ni los rótulos) donde no hay relevo generacional.

Primero, hace treinta años, fueron los restaurantes con farolillos rojos en la puerta de la entrada y menús a base de arroz frito y salsa de soja; después vendrían locales textiles donde se vende ropa al por mayor traída en barco desde China; más tarde, peluquerías, tiendas de comestibles, golosinas y bares autóctonos. Ahora los empresarios chinos se lanzan a la compra o alquiler de locales en centros comerciales de Barcelona. No es fácil, con la actual crisis económica y ante la caída del consumo, mantener un establecimiento de este tipo en una gran ciudad. Y estar ubicado en un centro comercial, lo que garantiza el paso de potenciales clientes, se sigue pagando a un precio que en la Ciudad Condal puede alcanzar los 5.000 euros mensuales por un espacio que no sobrepasa los 60 metros cuadrados.

Círculo de Empresarios Centros comerciales