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Ricardo Arranz, el promotor marbellí que esquivó 'Malaya' acoge ahora a los Obama
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PROPIETARIO DEL COMPLEJO VILLA PADIERNA

Ricardo Arranz, el promotor marbellí que esquivó 'Malaya' acoge ahora a los Obama

Es uno de los promotores de referencia de la Costa del Sol. Después de más de tres décadas dedicado al negocio inmobiliario, con Marbella y alrededores

Foto: Ricardo Arranz, el promotor marbellí que esquivó 'Malaya' acoge ahora a los Obama
Ricardo Arranz, el promotor marbellí que esquivó 'Malaya' acoge ahora a los Obama

Es uno de los promotores de referencia de la Costa del Sol. Después de más de tres décadas dedicado al negocio inmobiliario, con Marbella y alrededores como centro principal de operaciones, el empresario Ricardo Arranz (60 años) ha alcanzado especial protagonismo esta semana después de que trascendiera que parte de la familia del presidente de Estados Unidos -Michelle Obama y una de sus hijas- pasará a comienzos de agosto una semana en la deprimida costa malagueña.

El efecto mediático que arrastra el presidente Barack Obama ha convertido al complejo hotelero Villa Padierna -bautizado con el apellido de esposa- en una especie de lujoso Villar del Río del siglo XXI. Ahora, sin embargo, Ricardo Arranz ha mutado en un equivalente del edil encarnado por Pepe Isbert, pero engalanado con traje de magnate del turismo. España ya no gasta el blanco y negro de la recordada película de Bienvenido, Mister Marshall, pero sí necesita de estrellas que le ayuden a olvidar las penas de la crisis.

Hombre público por vocación, Arranz ha llegado a saturarse estos días con el efecto de la obamamanía, aunque la penitencia será bendita si llama la atención de medio mundo. “Nosotros llevamos en crisis desde 2004”, explicaba ayer a este diario mientras cruzaba Marbella a bordo de un taxi. “Este tiempo hemos logrado mantener la ocupación casi completa, pero lo hemos conseguido a base de bajar el perfil de los clientes”. Una media que los Obama contribuirán a elevar.

Acostumbrado a clientes selectos y a compartir negocios con empresarios de éxito, como hizo en los ochenta con el lechero Tomás Pascual para desarrollar el complejo marbellí de La Quinta, Ricardo Arranz ha conseguido salir inmune del peligroso caldo de cultivo que se genera en torno al dinero del ladrillo. Aunque ha sido investigado por la Fiscalía de Málaga en varias ocasiones, incluso ha estado imputado en el caso Malaya, su carrera no se ha visto truncada como la de otros competidores.

Amigo de los hermanos León

Esa hoja de servicios ha permitido a Ricardo Arranz ocupar cargos importantes de representación, como la presidencia de la Asociación Nacional de Urbanizadores y Turismo Residencial, además de lograr una proyección pública relevante en Málaga. No extraña, por tanto, que trate con facilidad con la clase política, así como algunas de las familias ilustres de la provincia, como ocurre con los tres hermanos León, entre los que se encuentra el secretario general de Presidencia, Bernardino León.

Precisamente, el papel del asesor de Rodríguez Zapatero ha sido también parte destacada de la cadena de transmisión de la visita de la familia Obama a Marbella. Lo que iba a ser un viaje de carácter estrictamente privado ha alcanzado cotas de visita oficial, para disgusto de la Casa Blanca. Por razones de discreción obligadas, Arranz resta importancia a lo sucedido y asegura que la elección de Villa Padierna se debe a una recomendación personal de alguien muy próximo al presidente de los Estados Unidos.

Aunque Arranz hará de anfitrión de los Obama, el trabajo será cuestión de yankis. Desde hace cuatro años, el complejo Villa Padierna, que incluye un hotel, villas privadas y tres campos de golf, es gestionado por la cadena Ritz-Carlton. Un acuerdo muy similar al que también realizó la familia Polanco con la misma cadena hotelera para ceder la explotación de Abama, su cinco estrellas de Tenerife, y tratar de hacer rentable una inversión millonaria que no contemplaba un entorno económico tan adverso, ni siquiera para los clientes más selectos.

Marbella dejó de ser meca internacional del turismo hace ya años, a pesar de las visitas estivales de algunos jeques árabes y de las apariciones nocturnas de famosos demodé. El futuro de la Costa del Sol, en opinión de Arranz, pasa por “conseguir que las grandes marcas se establezcan en la zona. Sólo así se consolidará una oferta atractiva”. Aunque para el empresario al final todo es una cuestión de expectativas que depende del cliente, “debemos seguir el ejemplo de ciudades como Miami”. Todo viene de EEUU.

Es uno de los promotores de referencia de la Costa del Sol. Después de más de tres décadas dedicado al negocio inmobiliario, con Marbella y alrededores como centro principal de operaciones, el empresario Ricardo Arranz (60 años) ha alcanzado especial protagonismo esta semana después de que trascendiera que parte de la familia del presidente de Estados Unidos -Michelle Obama y una de sus hijas- pasará a comienzos de agosto una semana en la deprimida costa malagueña.

Caso Malaya