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El dinero del petróleo ‘ensucia’ la respuesta de los grupos ecologistas a la catástrofe de BP
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ONG DE EEUU ACEPTARON MILLONES DE DÓLARES DE LA PETROLERA

El dinero del petróleo ‘ensucia’ la respuesta de los grupos ecologistas a la catástrofe de BP

El 20 de abril, la plataforma petrolífera Deepwater Horizon, ubicada a 84 kilómetros de la costa de Luisiana, explotaba matando a 11 trabajadores y provocando el

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El dinero del petróleo ‘ensucia’ la respuesta de los grupos ecologistas a la catástrofe de BP

El 20 de abril, la plataforma petrolífera Deepwater Horizon, ubicada a 84 kilómetros de la costa de Luisiana, explotaba matando a 11 trabajadores y provocando el mayor desastre ecológico en EEUU. Pese a haber invertido 1.900 millones de euros, la compañía BP ha sido incapaz de detener el vertido, cuya marea negra afecta ya a 200 kilómetros de litoral estadounidense. Sin embargo, las protestas de los grandes grupos ecologistas y sus acciones contra la petrolera no han estado a la altura de la catástrofe, abriendo el debate sobre la verdadera relación que mantienen estas empresas con las organizaciones no gubernamentales.

Felipe González se preguntaba recientemente en una conferencia en Madrid qué estaba haciendo Greenpeace, habitualmente tan espectacular en sus campañas, en el caso de BP. El ex presidente del Gobierno ponía voz a una duda cada vez más extendida entre la ciudadanía y los propios militantes de los grupos ecologistas. Pero la prensa internacional ha ido más allá desvelando los millonarios acuerdos que unen a BP con algunas de las ONG más importantes de EEUU.

The Washington Post publicó que Nature Conservacy, una de las grandes organizaciones conservacionistas, había aceptado cerca de 10 millones de dólares en contribuciones de BP, así como un asiento en su Consejo de Liderazgo Internacional. Y no es la única. Enviromental Defense Fund, que presume de rechazar donaciones de estas compañías, participa junto con diversas petroleras como Shell y BP en la sociedad Partnership for Climate Action, que promueve mecanismos de mercado para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Otra ONG, Conservation Internacional, que según The Economist recibió de BP 2 millones de dólares, había aconsejado a esta empresa sobre sus métodos de extracción. Como señala este semanario británico, el vertido en el Golfo de México ha reabierto sobre las relaciones de cooperación entre ONG y multinacionales como McDonald’s, Wal-Mart o las petroleras. Unos vínculos que pueden ser muy beneficiosos para ambas partes, pero que en situaciones críticas hacen tambalear la credibilidad de organizaciones que se pretenden independientes.

El papel de Greenpeace

Mario Rodríguez, coordinador de Greenpeace España, explicó a este diario que, a diferencia de lo que sucede con otros grupos, esta organización ecologista no ha recibido dinero de BP ni de otras compañías, por lo que no participa de los “lavados verdes”, ni de otras políticas de responsabilidad social corporativa de las petroleras. Pero, ¿por qué no se ha oído la voz de Greenpeace como en otras crisis medioambientales? “Somos una ONG, no la policía mundial del medio ambiente. Estamos actuando sobre el terreno desde el primer día, siguiendo el patrón del Prestige, pero no hemos conseguido penetrar en los medios de comunicación”, aseguró Rodríguez.

En esta ocasión, Greenpeace no ha dirigido su famoso buque Rainbow Warrior hacia el Golfo de México, pero su coordinador en España cita una larga lista de actuaciones visibles en su web, como popularizar un nuevo logotipo de BP manchado de petróleo. “Fuimos los primeros en alertar de que el juez Feldman, que anuló la moratoria decretada por la Administración Obama sobre los nuevos proyectos para buscar petróleo a grandes profundidades, poseía acciones por valor de 15.000 dólares en Transocean, propietaria de la plataforma hundida”, recordó.

No obstante, Rodríguez reconoció su preocupación por que se instale en la ciudanía la idea de que los grupos ecologistas han sido acallados por el dinero del petróleo. Y es que, el crudo también amenaza con contaminar las siglas de las ONG.

El 20 de abril, la plataforma petrolífera Deepwater Horizon, ubicada a 84 kilómetros de la costa de Luisiana, explotaba matando a 11 trabajadores y provocando el mayor desastre ecológico en EEUU. Pese a haber invertido 1.900 millones de euros, la compañía BP ha sido incapaz de detener el vertido, cuya marea negra afecta ya a 200 kilómetros de litoral estadounidense. Sin embargo, las protestas de los grandes grupos ecologistas y sus acciones contra la petrolera no han estado a la altura de la catástrofe, abriendo el debate sobre la verdadera relación que mantienen estas empresas con las organizaciones no gubernamentales.

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