La bisnieta de Johnnie Walker, contra los dueños de la firma

La única descendiente viva del legandario Johnnie Walker, el hombre que dio su nombre a una de las marcas de whisky más famosas del mundo, anda en pie de guerra contra la empresa Diageo, propietaria de la marca que fundaron su abuelo y su bisabuelo. ¿El motivo? Las intenciones de la multinacional de cerrar la fábrica donde empezó todo y trasladar la producción concentrándola en las plantas que ya posee en Leven, Fife y Shieldhall, también en Escocia.

La compañía propietaria de la firma, bajo cuyo paraguas también se encuentran marcas como Guinness o Bailey’s, se plantea el cierre de la planta del pueblo de Kilimarnock como parte de su estrategia para capear la crisis, pero Betty Heath –y en general los habitantes del lugar– lo ve de otro modo: “Les pido por favor [a los propietarios] que lo piensen antes de arruinar cientos de vidas y de destruir todo aquello que mis antepasados lucharon por establecer”, ha rogado la bisnieta de Juanito el Caminante en declaraciones al diario Scottish Daily Record.

Cuando a mitad del siglo XIX el escocés Alexander Walker convenció a su padre John de que la solución perfecta para los problemas de sus negocios era dedicarse a la producción de bebidas espirituosas no podía imaginar que la marca que había creado iba a convertirse en uno de los principales referentes mundiales en el mundo del whisky. Desde Kilimarnock fueron surgiendo poco a poco diferentes variedades, aunque llegó un punto en el que los Walker dejaron de ser los propietarios del negocio y el pasado de la familia llegó prácticamente a borrarse de la mente de los descendientes.

Betty nunca se ha beneficiado económicamente del legado y sólo se enteró de que su bisabuelo era el famoso Johnny durante una conversación informal en casa cuando aún era joven. “Mi madre estaba muy orgullosa del origen de su familia y de su vínculo con Johhny Walker”, asegura al diario escocés.

La vida de la señora Heath ha sido tranquila, trabajando como funcionaria encargada de los suministros de leche en Kilmarnock. Su avanzada edad y el hecho de que sea la única descendiente directa viva del creador del whisky (Betty no ha tenido hijos que perpetúen la estirpe) la han animado a dar un paso adelante en defensa de la comunidad en la que siempre ha vivido. Aunque el poder de su iniciativa tenga sea más simbólico que efectivo, para Diageo es un duro golpe de relaciones públicas que, como indica la web Luxist, “podría suponer una presión para que reconsideren” su postura.